Plagas, reto para la agricultura ante el cambio climático

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México, 1 Ago.- Las plagas, los patógenos y las malezas generan pérdidas superiores a 40 por ciento en el suministro mundial de alimentos y bajo condiciones de cambio climático se prevé que aumente ese problema, alertaron especialistas.

Carolina Ureta, Adriana Espinosa y Elizabeth Ureta, de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), subrayaron la necesidad de apoyarse en la biología y la ecología de las plantas agrícolas y sus plagas para encontrar nuevas formas de manejo y explotar las existentes.

Plantearon que la sequía prolongada, el aumento constante de la temperatura y otros fenómenos derivados del calentamiento global como ciclones y nortes de más intensidad, favorecerán a las especies de insectos invasoras, en particular a las transfronterizas.

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En el más reciente número de la revista Ciencia, de la AMC, las investigadoras expusieron que esas especies superarán a las nativas y establecidas pues se adaptan a temperaturas más extremas y, por tanto, muestran más plasticidad ecológica.

Citaron datos del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica Fitosanitaria que refieren que tan sólo entre 1999 y 2009 se introdujeron al país al menos 26 tipos de plagas.

Algunas de ellas fueron ingresadas por la movilización de mercancías en el comercio internacional y otras por su capacidad inherente de dispersión o por eventos meteorológicos como los ciclones, mismas que fueron notificadas de manera oportuna.

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Las expertas recordaron que desde 1940 los plaguicidas o pesticidas son la vía más común para atacar las plagas.

De hecho se estima que en la actualidad un laboratorio debe probar entre 40 y 50 mil componentes para identificar uno que sea viable como pesticida y cumpla con estándares altos en términos de efectividad y preservación del ambiente, además de que sus impactos en la salud humana sean los mínimos posibles.

Sin embargo difícilmente se encontrará el pesticida perfecto, por lo que hay que tratar de hacer uso de todas las técnicas de manejo de plagas disponibles.

Las especialistas expusieron que el Manejo Integral de Plagas (MIP) es una estrategia relativamente reciente basada en el conocimiento de la ecología de los sistemas agrícolas y que su objetivo no es erradicarlas sino controlarlas por debajo de las densidades que puedan provocar un daño económico.

Ese procedimiento incluye métodos compatibles y complementarios como el control, el uso de variedades de plantas resistentes, prácticas culturales amigables y efectivas, el control biológico, mecánico, físico, control legal y el uso de plaguicidas.

Para aplicar un MIP es necesario el compromiso, invertir tiempo y esfuerzo, y contratar especialistas que den asesoramiento, porque el objetivo de ese manejo es crear medidas de control que se ajusten a cierto problema de plaga en particular.

Argumentaron que por ello se trata de medidas que no se pueden generalizar. “Esa situación es la principal razón por la que los agricultores no aplican tan frecuentemente un MIP como lo hacen con los plaguicidas químicos”, de ahí la necesidad de impulsar políticas públicas que faciliten el acceso a los procesos de ese tipo.