Viruela del mono, guía rápida: síntomas, transmisión y tratamiento

Conoce cómo se contagia esta enfermedad que ya se ha extendido a lo largo de distintos países, así como los síntomas que causa y su tratamiento.

EFE / La Voz de Michoacán

Ciudad de México. La viruela del mono ha encendido las alarmas en el mundo luego de que esta enfermedad se reportará en países fuera de África, por lo que el miedo y la incertidumbre ante esta patología, sumado a la pandemia, han hecho que las autoridades sanitarias a nivel mundial comiencen a tomar medidas de precaución para evitar contagios.

PUBLICIDAD

Hasta el momento la viruela del mono ya ha llegado a algunos países de Europa, Oceanía y hasta América latina. Las naciones que han reportado personas infectadas con esta enfermedad son Suecia, con 1 caso confirmado; Dinamarca, también con 1; Germania con 6, Reino Unido con 57, Ámsterdam  con 6, Francia con 4, Suiza y  Austria con 1 caso casa uno, Italia ha reportado 4, Grecia 1, Israel 2, Portugal 37, Marrueco 3, Australia 2 y España 107.

Dentro del continente americano los países que ya han reportado casos de la enfermedad son Argentina con 1 confirmado, Estados Unidos con 7 y Canadá con 23.

Por el momento, en México no se ha reportado ningún caso de la viruela del mono, incluso las  autoridades sanitarias han desmentido cualquier brote de esta enfermedad en el país, sin embargo, la Secretaría de Salud se mantiene en constante monitoreo.

PUBLICIDAD

Para monitorear esta patología originaria de África, se ha puesto a disposición de la población la página de internet https://www.ilpandacentrostudio.it/uk.htm , en donde se puede visualizar la cantidad de casos que hasta el momento presenta cada país.

Viruela del mono, la transmisión

Se trata de un ortopoxvirus que infecta a animales como roedores, los hospedadores del virus, y provoca brotes en primates y, con baja frecuencia, en humanos.

La transmisión de persona a persona se produce a través de saliva o excreciones respiratorias, o por contacto con el exudado de la lesión o el material de la costra.

También a través de heces, así como en las relaciones sexuales, sin que se trate expresamente de una enfermedad de transmisión sexual.

Periodo de incubación

Entre 5 y 21 días, siendo en la mayoría de los casos entre 7 y 14 días.

Los síntomas

La viruela del mono cursa con fiebre, dolores de cabeza, musculares y de espalda, escalofríos y agotamiento, además de inflamación de los ganglios y una erupción que comienza en la cara y se extiende a otras partes del cuerpo, principalmente manos y pies.

Duración

La enfermedad puede durar entre 2 y 4 semanas hasta una completa recuperación.

¿Cuándo sospechar de una infección?

Cuando haya “exantema vesicular” sin causa explicable en cualquier parte del cuerpo y al menos uno de los síntomas clásicos de esta enfermedad (fiebre superior a 38,5, dolores de cabeza intensos, mialgia, artralgia, dolor de espalda o inflamación de ganglios).

También por contacto con un caso confirmado o probable en los 21 días antes del inicio de los síntomas.

Pronóstico

Para la mayoría de las personas es una enfermedad autolimitada, que generalmente dura de dos a cuatro semanas y da como resultado una recuperación completa. No obstante, las personas inmunodeprimidas pueden sufrir complicaciones como dificultad respiratoria, infecciones bacterianas secundarias y encefalitis.

Aislamiento

Los pacientes deben aislarse mediante el uso de mascarilla quirúrgica y permanecer en una habitación individual. Se cubrirá cualquier lesión en superficie corporal. El paciente es contagioso hasta que todas las costras han caído.

Tratamiento ante la viruela del mono

No hay vacuna o tratamiento específico disponible para este virus y el tratamiento va dirigido a aliviar los síntomas.

La vacunación frente a la viruela humana ofrece protección frente a la viruela de los monos, aunque en España se dejó de vacunar en 1980 al considerarse erradicada.

Volver a vacunar contra la viruela

El virólogo del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), Mariano Esteban, ha abogado por vacunar a los contactos estrechos de las personas contagiadas por el virus de la viruela del mono antes de que desarrollen síntomas como método más rápido para controlar la transmisión.

Existen dos vacunas disponibles que podrían aplicarse, señala el virólogo a Efe: una es la de la viruela humana tradicional, que se dejó de administrar tras la erradicación de la enfermedad, pero que solo está autorizada por la agencia reguladora estadounidense, la FDA.

Se trata de Accam2000, una vacuna de segunda generación de uso muy limitado (personal de laboratorios de alto riesgo y unidades militares), tal y como recoge la web del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría.

Y la otra es Imnavex, autorizada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) en 2013 y por la FDA en 2019 y que en EEUU se comercializa con el nombre de Jynneos, una fórmula desarrollada por Bavarian Nordic que podría proteger de la viruela del mono en humanos en alrededor del 85 %, según la experiencia con las vacunas usadas antes de la erradicación de la viruela humana.

¿Y si recibimos la vacuna contra la viruela antes de 1980?

Aquellas personas que recibieron la vacuna antes de 1980 podrían contar con una inmunidad duradera, por lo que estarían protegidos contra este virus hasta en un 85 %, si bien precisa el virólogo que, aunque los “niveles son suficientes para el control de este virus, habría que hacer un seguimiento”.

¿Qué recomienda Sanidad?

Como ha explicado la propia ministra de Sanidad, Carolina Darias, en el programa “El Objetivo” de la Sexta, “los sistemas de detección y todos los terminales del sistema nacional de salud están en alerta para la detección” de casos cuyas muestras analiza el Centro Nacional de Microbiología para confirmar si se trata de la viruela del mono.

Darias aconseja que las personas con síntomas sospechosos contacten telefónicamente con su centro de salud, que se aíslen en su domicilio y eviten el contacto físico con personas y mascotas hasta que desaparezcan las erupciones cutáneas.

Al personal sanitario les pide la máxima protección y utilización de equipos de protección individual (epi), vigilancia, alerta y seguimiento de los casos.