Redacción / La Voz de Michoacán Como cualquier equipo médico o electrónico, una máquina CPAP para tratar la apnea del sueño requiere de un mantenimiento adecuado, para que siga funcionando correctamente y que la terapia siga siendo segura y efectiva. ¿Cómo saber si es hora de llevarla con el técnico? En este artículo te ayudaremos a identificar esas señales que indican cuándo algo no está bien y si se puede solucionar en casa, si es necesaria una revisión especializada o si es hora de reemplazarla. Presta atención a si tu equipo presenta alguna de las siguientes señales: 1. El flujo de aire se siente más débil o irregular Si tú o el paciente que lo usa notan que el flujo de aire que se recibe a través de la mascarilla ya no es constante o con la misma presión que antes, incluso si se siente dificultad al respirar, eso puede tener varias causas, como: Filtros sucios o saturados. Obstrucciones o fugas en la manguera. El humidificador tiene residuos. Fallas internas del motor. 2. Escuchas ruidos extraños o hay un olor a quemado Como sabes, los CPAP para adulto tienen un sonido habitual, que es suave y constante, sobre todo si se trata de un modelo reciente. En cambio, puede haber señales de alerta si empiezas a escuchar ruidos fuera de lo habitual, como: Zumbidos muy fuertes e intermitentes. Vibraciones o golpeteos. Sonidos de aire filtrándose. En estos casos, tu CPAP podría estar indicando una manguera agrietada o un sellado deficiente en alguna de las conexiones. Pero si además de los ruidos notas un olor a “quemado”, podría tratarse de una falla en el motor. 3. La mascarilla presenta fugas de aire persistentes Con el uso diario, es normal que las mascarillas pierdan firmeza, elasticidad y capacidad de sellado. Cuando eso sucede, podrías notarlo como fugas alrededor de la nariz, boca o mejillas que causan irritación o enrojecimiento de la cara. Esto también podría ocurrir cuando las cintas del arnés están desgastadas, más flojas de lo que se requiere o si el modelo resulta incompatible con algunos cambios faciales (barba, pérdida o aumento de peso, etcétera). Puedes notarlo si la fuga de aire o la incomodidad de la mascarilla mal ajustada te despierta varias veces en la noche. 4. La manguera muestra desgaste, grietas o acumulación de residuos Este componente es uno de los que más se dañan con el paso del tiempo, sobre todo si no se limpia de forma adecuada. Con el tiempo puede: Presentar microgrietas. Endurecer por el calor. Guardar residuos o humedad. Desprender mal olor. Cualquier cambio visible debe tomarse en serio, puesto que las mangueras deterioradas generan fugas de aire y favorecen la aparición de bacterias y hongos que pueden causar alergias o irritación de las vías respiratorias. 5. El recipiente de agua (humidificador) acumula minerales, moho o tiene un olor extraño Lo correcto es que el tanque del humidificador se vea siempre limpio, transparente y sin señales como: Manchas blancas o amarillentas. Olor a humedad. Sedimentos en el fondo. Dificultad para encajar bien en el equipo. En estos casos, vale la pena preguntarse si se está usando agua del grifo, ya que esta suele dejar residuos. En su lugar, es mejor colocar agua destilada que no contiene minerales ni impurezas sólidas. 6. La pantalla del equipo muestra errores o advertencias Si tu máquina CPAP es de un modelo reciente, tiene sistemas de alerta que indican cuando algo no está bien, mediante mensajes como: Filtro sucio Presión insuficiente Fuga detectada Error de motor Servicio requerido No ignores estos indicadores que muchas veces se resuelven con una limpieza profunda o un cambio de piezas; otras veces tu CPAP necesitará un mantenimiento profesional. 7. El equipo ya cumplió con su vida útil recomendada Aunque no tenga fallas evidentes, los fabricantes indican que la vida útil de los equipos CPAP es de cinco años en promedio, ya que después de esa fecha el motor empieza a disminuir su rendimiento; por lo tanto, se recomienda reemplazarlos. Si bien algunas máquinas pueden seguir funcionando hasta 7 o 10 años, lo más aconsejable es sustituirlas si ya rebasan esa edad. Además, por el precio del CPAP nuevo podrás conseguir un dispositivo moderno y con nuevas funciones que mejorarán tu terapia y tu bienestar. 8. Notas ronquidos, pausas respiratorias o cansancio al despertar Finalmente, otra señal de que algo no va bien en tu CPAP es que vuelvas a presentar los mismos síntomas que tenías antes de iniciar el tratamiento. Por ejemplo, si tú o tus personas cercanas nuevamente notan en ti ronquidos, boca o garganta seca al despertar, pausas respiratorias, somnolencia durante el día o sensación de no haber descansado suficiente, puede ser que tu equipo esté teniendo fallas. ¿Qué hacer? Desconecta tu CPAP y, si no presenta olor a “quemado”, desarma las piezas removibles de acuerdo con el instructivo, y realiza una limpieza profunda, con ayuda de limpiadores especiales y cepillos para cada pieza. Una vez que estén secos, debes revisar detenidamente cada accesorio, en un espacio bien iluminado, para observar: El estado de los filtros (ver si ya están muy sucios, desgastados o saturados). Identificar grietas o presencia de hongos en la manguera. Evaluar la flexibilidad del arnés para saber si aún ajusta bien. Descartar que el cojín de la mascarilla no esté agrietado, deforme o rígido. Observar si el tanque de agua presenta manchas persistentes. Cambia las piezas que sea necesario reemplazar y nota si el problema que presentaba desaparece, se minimiza o queda solucionado. Si después de hacer la limpieza y los cambios correspondientes, el equipo sigue sin funcionar correctamente, podría tratarse de un desgaste más profundo del motor, que requiere una revisión especializada. El técnico te indicará si es posible repararlo o si es un problema del motor que hace imprescindible el reemplazo de tu máquina por una nueva. ¡No lo dejes pasar!