Casa Romero: un puente entre el arte y la comunidad en Callejón del Romance de Morelia

Un pilar fundamental de Casa Romero es el apoyo a artistas en crecimiento; los interesados deben presentar su obra y estar dispuestos a una corresponsabilidad más allá del porcentaje de venta.

José Roberto Morales Ochoa / Colaborador de la Voz de Michoacán

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En el corazón del Callejón del Romance de Morelia, surge un proyecto cultural que busca tender puentes: Casa Romero. Con cuatro años de vida, esta iniciativa, dirigida por la moreliana María Luisa Romero, se ha consolidado como un espacio plural dedicado a impulsar el arte local. En entrevista, su fundadora nos comparte la filosofía, evolución y ambiciones de este singular proyecto.

María Luisa Romero, estudió Relaciones Internacionales y se especializó en gestión de proyectos. Su relación con el arte comenzó de manera personal durante sus ocho años viviendo en Ciudad de México. “Comencé a ir a museos. Yo no sabía nada de arte y lo más importante es que no sabía lo mucho que podía disfrutar yo del arte”, confiesa. Al observar que en Morelia la oferta cultural podía ser “limitada” y “un poco sesgada”, nació la inquietud de crear un espacio accesible. La pandemia y una propiedad familiar en el emblemático callejón dieron el impulso final para materializar la idea: generar un lugar para la cultura, las conexiones y la escena artística local.

Dignificar el trabajo de los artistas emergentes

Un pilar fundamental de Casa Romero es el apoyo a artistas en crecimiento. “Lo que queremos es dignificar su trabajo; que no estén en bazares al lado de churritos, que no tengan que perseguir un lugar”, afirma con convicción. El proyecto busca combatir la percepción de que el arte local tiene menos valor, ofreciendo estructura y un espacio donde las piezas se presenten con la estima que merecen.

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Entre los artistas que han habitado la casa se encuentran Mariana Fraga, el maestro Rogues (Jaime Rodríguez), Eduardo Mendoza y el joven escultor Adahí Campa. Para participar, los interesados deben presentar su obra y estar dispuestos a una corresponsabilidad más allá del porcentaje de venta, involucrándose en el proceso. Enfáticamente reconoce el trabajo de Alejandra Salgado (Cactácea Morada) y Paulina Martínez, artistas que fortalecen la galería desde su interior – “son parte de la familia y hacen posible el proyecto”.

Un concepto triple: galería, estudio y tienda concepto

El núcleo de Casa Romero es ser “arte al alcance de todas y todos”, un puente para conectar con la gente. Para lograrlo, el proyecto se estructura en un concepto triple de tres espacios interconectados: La Galería, espacio dedicado a exposiciones itinerantes y piezas de mayor formato y valor, aunque actualmente con una programación más espaciada por cuestiones de recursos; el Estudio Crudo, inspirado en un formato francés, que reúne obras plásticas (pintura, grabado, pequeñas esculturas) de pequeño y mediano formato, con precios más accesibles, pensadas para ser adquiridas y transportadas con facilidad; y la Tienda Concepto, el motor operativo del proyecto donde se fusiona el arte con lo utilitario. “Este arte utilitario busca hacer ese puente… donde una persona puede comprar unos aretes pero no sabe que son pequeñas obras de arte porque se pintaron de cero a mano”, explica Maria Luisa. En este espacio colaboran artistas plásticos, ilustradores, grabadores y arquitectos.

Casa Romero trasciende la galería para aspirar a ser una “casa concepto” que alberga microproyectos culturales afines. Actualmente, comparte el edificio con “El Colegio Invisible”, una librería, y una propuesta gastronómica de pizzas modernas.

Próximamente, se inaugurará un nuevo concepto galería permanente llamada “El Callejón”, un pasadizo que conectará la Avenida Madero con el Callejón del Romance. Este espacio estará dedicado a artistas con una trayectoria más consolidada, completando así el ecosistema de apoyo a diferentes etapas de la carrera artística.

Un proyecto que crece 

María Luisa Romero hace una invitación abierta: “Me encantaría invitar a todas las y los artistas de Morelia y del Estado a que manden sus propuestas, a que vean Casa Romero como un punto de encuentro”. Su meta es clara: visibilizar y fortalecer el talento local, cultivando la esencia cultural de una ciudad que, en su opinión, puede ser mucho más.

Con generosidad y tenacidad, Maria Luisa asume este reto. “Sé que hay mucho que hacer, pero también sé que es algo que me da mucha vida, mucho gozo”, concluye, dejando claro que Casa Romero es más que un negocio; es un acto de fe en el arte y la comunidad artística de Morelia.