La visita a los 7 templos o las 7 casas es una tradición religiosa que se lleva a cabo el JUEVES SANTO. Para los católicos, consiste en rezar y en reflexionar en siete iglesias sobre la pasión de Cristo. Catedral de MoreliaSin duda, la más tradicional y conocida es la visita a la Catedral, ubicada en el primer cuadro de la ciudad sobre la avenida Madero. Conocida también como Catedral de la transfiguración del Señor, es sede de la arquidiócesis moreliana; de estilo barroco novohispano y en su interior neoclásico, diseñada por el arquitecto Vicente Barroso de la Escayola e inaugurada en 1744. Templo de San AgustínConsiderado una de las construcciones más antiguas de Morelia, de estilo barroco, comenzó su construcción en 1550. En 1863 el convento fue nacionalizado, a pesar de que el emperador Maximiliano lo devolvió tres años más tarde, con el regreso de los liberales al poder, el tempo y el convento se fraccionaron. El convento actualmente es ocupado por una casa de estudiantes, de la Universidad Michoacana. Templo de la CruzEsta sencilla iglesia fue construida entre 1680 y 1690 por órdenes del padre Nicolás de la Serna. Desde 1920 es resguardada por los Misioneros del Espíritu Santo. Templo de San FranciscoEn 1531 los franciscanos llegaron al Valle de Guayangareo, y para 1543 ya habían erigido una modesta capilla de adobe; así inicia la construcción de la ciudad, siendo el templo y la plaza Valladolid, una de las construcciones más representativas de Morelia. Templo de las MonjasSu verdadero nombre, es Convento de Santa Catalina de Siena, escenario de uno de los mayores acontecimientos de la antigua Valladolid: el traslado de las monjas dominicas. Templo de San JoséSe inició la construcción de este impresionante templo de estilo barroco en 1760, por órdenes del obispo Sánchez de Tagle. Debido a que está construido sobre un desnivel, la parroquia tiene un efecto de majestuosidad, al que se suma el jardín al frente, agradable lugar de reunión de las familias morelianas. Santuario de GuadalupeTambién conocido como “Templo de San Diego”, lo que lo hace especial es el extraordinario decorado interior, realizado por el artesano local Joaquín Orta en 1915. Lleno de formas florales además de pinturas, en donde predomina el rosa y el dorado.