¿Cómo hacer para mantener una dieta sana y retomar buenos hábitos a la vuelta?

Prioriza cocciones a la plancha, al horno, hervidos, al vapor, al wok y evita los fritos y rebozados. Aliña y cocina con aceite de oliva.

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Agencias/La Voz de Michoacán
México. Antes de enfocarnos en cómo recuperar hábitos luego de un período de vacaciones, vamos a hablar un poco sobre cómo llegamos y qué hicimos durante este. De eso va a depender un poco la dificultad o facilidad con que logremos volver a adquirir un estilo de vida saludable. 

Con la llegada del verano llega también la ambición de muchas personas por tener una buena figura que lucir. Pero resulta que falta muy poco para comenzar mis vacaciones y yo tengo que perder esos 4 kilos de más, ¿qué hacemos? Pues la mayoría se somete a una dieta restrictiva que genere una pérdida de peso rápida y fácil. Nadie está pensando en adquirir una buena alimentación que le garantice salud física y mental sino estética.

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¿Qué ocurre con esto? Hacemos la famosa ‘operación bikini’ (preparación física prevacacional), luego llegamos al verano y lo que queremos es comer de todo, sin restricciones, sin horarios, mucho alcohol, muchos eventos sociales, entre otras cosas.

El cuerpo que ha estado en privación de alimentos por un cierto período de tiempo no va a asimilar todos esos cambios en la ingesta de una forma apropiada, haciendo que se almacene mucha más cantidad de grasa. Entonces, se acaba el verano y resulta que recuperaste no solo el peso perdido, sino que adquiriste aún más. 

Las dietas súper restrictivas antes de las vacaciones suelen ocasionar el efecto rebote. (Foto: Getty Creative)
Las dietas súper restrictivas antes de las vacaciones suelen ocasionar el efecto rebote. (Foto: Getty Creative)

Otra cosa que se altera son las percepciones de hambre y saciedad y el autocontrol de la persona. Y aquí va mi primera recomendación: si quieres prepararte para el verano, tienes que hacerlo de manera gradual, con una adquisición de hábitos saludables para una pérdida de peso progresiva. 

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Si te eliminas por completo un grupo de alimentos, incitas a incrementar el deseo por estos, y cuando vayas a comerlos, puedes caer en un atracón. Además, generas miedos y falsos conceptos sobre lo que es una alimentación equilibrada.

La segunda recomendación sería durante el verano. Es una época de descanso y disfrute y en ello están incluidas las comidas. Aquí es súper importante lo que llamamos tener una buena relación con los alimentos. Es decir, no hay que obsesionarse y que se vuelva un dolor de cabeza el qué comer por miedo a ganar peso. Sin embargo, tampoco se te tiene que ir de las manos y entonces en cada lugar donde vayas elijas papas fritas con cerveza y helado. 

Lo ideal en las vacaciones es fijarse un objetivo realista de mantenimiento de peso, mantenerse bien hidratado, darles oportunidad a las golosinas saludables durante los planes de playa y terrazas, y evadir el sedentarismo. Mantente activo con alguna actividad que te guste, bailar, correr, caminar.  

Consejos posvacaciones 

Se acabó el verano y estamos de vuelta a la rutina. Si seguiste las recomendaciones anteriores, recuperar un estilo de vida saludable no tiene por qué ser tarea difícil. Simplemente se trata de seguir las bases de una alimentación equilibrada, con alta calidad nutricional, cantidades adecuadas, ejercicio, descanso y control emocional

Se hace de la misma manera como se llega al verano. Es decir, de manera paulatina e inteligente. ¿De qué nos sirve perder peso si no lo vamos a mantener en el tiempo? ¿Vas a vivir toda la vida en un sube y baja de peso? ¡Hay que crear hábitos! Sonará repetitivo, pero es lo único que garantiza salud y longevidad a largo plazo. 

Se debe iniciar por la regulación de los horarios y adaptarlos de nuevo a la rutina diaria. Esto nos ayudará también a organizarnos con las comidas, controlar el hambre, la saciedad y la ansiedad.

Otra cosa fundamental es continuar o reincorporar el consumo de verduras y frutas, que nos dan fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes esenciales para nuestra salud y para la recuperación del peso. Consume ensaladas variadas y hagamos el esfuerzo de volver a las golosinas con frutas y no con galletitas. Sin embargo, es un proceso progresivo. Puedes empezar alternando hasta que te acostumbres. No hace falta un patrón restrictivo.  

Consume frutos secos, cereales integrales, tubérculos, legumbres y proteínas tanto de origen vegetal como animal, especialmente huevo y pescado, que son ricos en nutrientes, de fácil digestión y de bajo contenido en grasas saturadas.

Prioriza cocciones a la plancha, al horno, hervidos, al vapor, al wok y evita los fritos y rebozados. Aliña y cocina con aceite de oliva. 

Mantén una hidratación adecuada. ¡Toma agua! Y vamos dejando de lado los refrescos, bebidas azucaradas y alcohólicas que probablemente consumimos en el verano. 

Si habías parado de realizar actividad física, reiníciala o continúala. El ejercicio no solo te ayudará a recuperar tu peso, también te dará muchos beneficios en cuanto a salud cardiovascular, estado de ánimo, control de la ansiedad, más energía y menos fatiga.  

Por último, pero no menos importante, duerme bien y descansa. El sueño y el ayuno nocturno son súper importantes para diversas funciones, entre ellas la pérdida de grasa.

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