Tu piel es un lienzo y el tatuaje, una obra de arte; ambos requieren cuidados y aquí te damos algunos tips

Al decidir hacerte un tatuaje, es fundamental planificar con cuidado y elegir bien el diseño, su significado, si lo quieres toda tu vida contigo y al artista que lo hará

Redacción / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Ya lo pensaste bien, ya escogiste qué será lo que te acompañe por el resto de tu vida y además ya fuiste a un lugar establecido, con todasd las medidas sanitarias para evitar riesgos. Ya tienes un tatuaje, pero ahora querrás que luzca así de fabuloso por siempre. Para asegurar el color vívido, la forma bien definida y la duración de tu tatuaje, el cuidado que le brindas durante los primeros 30 días es fundamental.

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Primero debes saber que el tiempo de curación de un tatuaje, las primeras 4 semanas, es crucial, por eso hay que seguir estas recomendaciones:

Asegúrate de mantener una buena práctica de higiene, usa un jabón neutro y suave, pero también puedes recurrir a un limpiador calmante dos veces al día.

Después del lavado, aplica una crema que promueva la cicatrización del tatuaje para calmar y proteger la zona contra la hiperpigmentación posinflamatoria (decoloración marrón del tatuaje):

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  • Mientras se cura tu tatuaje, evita usar jacuzzis, saunas y albercas, ya que son posibles fuentes de infección.
  • Usa ropa suave y suelta para evitar la fricción y el roce.
  • Evita rascarte el tatuaje, ya que puedes arruinar su definición.
  • A largo plazo, sigue cuidando de tu tatuaje con hidratación regular y protección solar diaria para mantener su nitidez y protegerlo de la decoloración.

Para conocer cómo se curan, tienes que saber cómo funcionan los tatuajes. Tu piel está compuesta por tres capas: la epidermis externa proporciona una barrera protectora. La capa intermedia, la dermis, es donde trabajan las glándulas sudoríparas, los folículos pilosos y las terminales nerviosas. Por último, la capa subcutánea contiene grasa y tejido conectivo que adhiere tu piel al resto del cuerpo.

Los artistas del tatuaje usan pequeñas agujas embebidas en pigmentos que penetran repetidamente a través de la epidermis, hasta llegar a la segunda capa de la piel, la dermis.

La precisión es clave: si tu tatuaje es demasiado superficial, la tinta se desintegra a través de los procesos normales de regeneración de la piel, y pronto se verá borroso y desdibujado. Si es demasiado profundo, los pigmentos se pueden extender a través de las capas subyacentes de la piel de forma descontrolada, por lo que tu tatuaje perderá definición. Pero si la penetración de la aguja es correcta, la tinta permanecerá relativamente inalterada debajo de tu piel y tu tatuaje mantendrá su intensidad y claridad por mucho tiempo, siempre que lo cuides bien.

Pero recuerda que pinchar tu piel repetidamente con agujas embebidas en tinta es un proceso invasivo, ¡y a tu cuerpo no le gusta! La primera respuesta del cuerpo es enviar un ejército glóbulos blancos para intentar deshacerse de la tinta. Por suerte, las partículas del pigmento son más grandes que los glóbulos blancos, por tanto, tu cuerpo falla en gran medida, y la mayor parte de la tinta queda exactamente donde se puso, en la dermis. Por eso es que los tatuajes duran muchos, muchos años.

La reacción del cuerpo a ser pinchado con una aguja hará que la zona tatuada se enrojezca, hinche y, eventualmente, forme costras. Como ocurre con cualquier otro tipo de herida, es importante saber cómo cuidar de tu tatuaje durante su plazo de curación natural de 2-4 semanas.

El proceso de curación del tatuaje

Semana 1: Mantén el tatuaje limpio

La persona que te tatúe limpiará e higienizará de inmediato la zona tatuada, y luego la cubrirá para protegerla contra una posible infección (lo que implicaría el riesgo de que queden marcas en el tatuaje). También te dirá cuánto tiempo tienes que esperar antes de quitarte esa protección inicial. Al quitarte la cobertura, es muy probable que el tatuaje comience a exudar una mezcla de plasma, sangre y tinta.

En esta etapa deberás lavar con mucho cuidado la zona tatuada con agua tibia y un limpiador suave con pH equilibrado. No lo frotes con un paño o toalla áspera.

Durante la primera semana limpia tu tatuaje dos veces al día para eliminar el exceso de plasma. Es ese plasma lo que forma las costras, si hay demasiado se formarán costras más grandes que podrían secarse y quebrarse, lo que podría hacer que el tatuaje pierda definición.

Usa una toalla suave para secar tu tatuaje dando golpecitos delicados, luego aplica una capa abundante de crema que promueva la cicatrización del tatuaje para hidratar y reparar intensamente la barrera de la piel.

La higiene es primordial en esta etapa, pero opta por darte duchas breves; sumergirte en una bañera llena de agua caliente va a interferir con la formación de costras y prolongará el plazo de curación del tatuaje. También deberías evitar entornos potencialmente contaminados (saunas, jacuzzis, piscinas o lugares polvorientos), ya que representan un mayor riesgo de infección.

Hacia fines de la primera semana, ya deberían haber comenzado a formarse costras en tu tatuaje. Mientras se cicatriza, es importante que evites usar ropa áspera o ajustada que pueda interferir con el proceso de formación de costras. Usa prendas suaves y sueltas durante las dos primeras semanas.

Durante los primeros días es normal experimentar dolor leve, comezón y enrojecimiento, pero consulta a un médico si el dolor es fuerte, sientes que tienes fiebre o malestar general, si el enrojecimiento se extiende más allá de la zona afectada o si tu tatuaje exuda pus blanco o amarillo

Recuerda: evita dormir sobre la parte tatuada, no consumas picante, alimentos irritantes ni carne de cerdo. De preferencia no bebas alcohol.

Semana 2: ¡No te rasques!

A medida que comienza a cicatrizar tu piel, es normal que empieces a sentir tirantez y comezón. Este es nuestro consejo más importante: ¡no te rasques!

Usa una crema calmante fría sobre el tatuaje, prueba con agua termal refrescante en aerosol, practica meditación y respiración profunda, párate de cabeza, usa guantes, haz lo que sea para distraerte pero no te rasques.

Durante esta etapa, las costras comenzarán a caerse solas y tu piel empezará a descamarse y pelarse. De nuevo, resiste el impulso de tirar de la piel descamada. Mantén tu rutina de limpieza y cuidado del tatuaje, y deja que la naturaleza siga su curso.

Durante la cicatrización de tu tatuaje existe el riesgo de desarrollar pigmentación oscura si lo expones al sol. Esto se conoce como hiperpigmentación posinflamatoria. Cuando se salgan las costras, minimiza el riesgo de sufrir daños por los rayos UV, usa una crema calmante multiusos (esto es preferible a cubrir la zona, ya que la ropa puede causar fricción).

Semanas 3 y 4: Sigue así

A esta altura ya se habrá caído la mayor parte de las costras y la piel descamada. En esta etapa tu tatuaje podría verse decepcionantemente opaco. Esto se debe a que todavía falta que se desprenda una fina capa de células muertas de la piel. Podría resultar tentador tomar un cepillo y descascarar tu tatuaje, pero no lo hagas.

Si mantienes una constancia en la hidratación y protección diaria de la piel, este último velo de piel desaparecerá en forma natural, y dentro de unas pocas semanas se revelará tu hermoso tatuaje en todo su brillo y esplendor.

Los colores de los tatuajes no son sólidos. La radiación ultravioleta desintegra el pigmento en partículas más pequeñas que son arrastradas por los glóbulos blancos en tu cuerpo. Esto es lo que hace que los tatuajes pierdan la intensidad con el tiempo. Las quemaduras de sol son el peor enemigo de tu tatuaje. Si permites que tu piel se queme y se pele, la tinta se degradará con mayor rapidez, y pronto tendrás que retocar tu tatuaje. Por lo que es recomendable que adoptes el hábito de usar una crema bloqueadora todos los días para proteger a tu tatuaje del sol.

No seas como Lupillo: piénsalo bien

Si al paso del tiempo descubres que ese tatuaje fue un error, tienes dos opciones: tatuarte otra cosa encima (aunque sea una mancha poco estética) o de plano retirarlo con láser

La remoción de un tatuaje dista mucho de ser algo sencillo, más bien puede ser un proceso muy costoso, doloroso y largo. El tratamiento estándar para remover un tatuaje involucra el uso de un láser Q-switched. La energía del rayo láser calienta los pigmentos del tatuaje, lo que causa que se dividan en partículas más pequeñas, que luego son arrastradas por los glóbulos blancos en tu cuerpo. En general, el tratamiento lleva varias sesiones y es posible que nunca borre por completo. La textura de la piel puede cambiar de forma permanente después de la remoción del tatuaje con láser; podría quedar como una cicatriz con la forma del tatuaje.

Si has cometido un error terrible, la remoción con láser puede ayudar a quitar la tinta, y para no verte ridículo como Lupillo Rivera tapando el rostro de Belinda, puedes pedir a tu tatuador que elabore un diseño a partir del tatuaje existente.

Pero eso sí, al momento de decidir hacerte un tatuaje, es absolutamente fundamental planificar con cuidado y elegir bien el diseño, su significado, si lo quieres toda tu vida contigo y al artista que lo hará.