Dengue y Chikungunya acechan Tierra Caliente

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

En la Tierra Caliente ya no hallan la puerta. Los intensos dolores provocados por el dengue o la chikungunya están dejando secuelas en decenas de familias, y la Secretaría de Salud advierte que durante y después del temporal de lluvias, los casos de personas contagiadas por el virus transmitido por el mosquito Aedes Aegypti se podrían incrementar. Los hospitales, médicos particulares y los consultorios anexos a farmacias, están llenos de enfermos, que se quejan por la fiebre alta, dolor intenso en sus articulaciones, sarpullido y sienten que la cabeza “les estalla”, lo que a su vez les provoca falta de apetito y estar inmovilizados porque parece que “se les quiebran los huesos”.

Habitantes de los municipios de La Huacana, Churumuco, Múgica, Parácuaro, Buenavista, Aguililla, Tepalcatepec, Coalcomán y Apatzingán, que están registrados en la Jurisdicción Sanitaria número 7, claman ayuda para que la Secretaría de Salud redoble los trabajos de nebulización de sus calles, pues narran que hay familias enteras que están infectadas por el virus que en esta ocasión “se siente más agresivo”. Más allá de entrar en la polémica sobre si es chikungunya o dengue, han alzado la voz para que se atiendan los casos que incluso han llegado a dañar a niños recién nacidos. Advierten un grave problema de salud, mismo que es minimizado por el gobierno, puesto que aún no tienen planeado decretar una alerta o cerco sanitario especial.

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En el interior de su hogar, los enfermos reposan y mitigan sus intensos dolores con apenas unos paracetamoles. No hay otro antídoto para aliviar el malestar que no respeta edades, pero que se ensaña en el cuerpo de los adultos mayores y niños. “Ya no puedo, siento que me muero”, narra María Irene Román, de 61 años de edad, quien lleva más de 15 días con el virus dentro de su cuerpo. Y así como ella, tan solo en su colonia, en la Francisco Villa, a unos metros del centro de Apatzingán, hay decenas de infectados que adolecen de lo mismo. También esto se replica en la Lázaro Cárdenas, en la 22 de Octubre, en la Palmira, y en decenas de colonias más.

Pero para la Secretaría de Salud, de manera oficial sólo hay 76 casos de chikungunya, 471 casos de dengue clásico y 6 enfermos por dengue hemorrágico en todo el estado, y esperan que en breve, el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos, emita resultados de más casos que han sido analizados en los hospitales y centros de salud de la región. Ahora, también han acudido a farmacias con consultorios y médicos particulares para contabilizar los expedientes que ellos atienden por su cuenta. De no ser por las “simis”, quizá los hospitales y clínicas estarían rebasados.

En plena plaza de los Constituyentes, el profesor Gustavo Morales González alertó de un problema grave de salud. “Deben hacer algo, conozco a familias enteras enfermas. Esto se puede salir de control. Tenemos en puerta el regreso a clases, y no quiero imaginarme el problemón que se podría generar”, agregó el docente del Colegio de Bachilleres, quien pidió la presencia del secretario de Salud, Carlos Aranza, para revisar la crisis que se vive, pues “esto ya no es normal”.

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En esto mismo coincidió la directora de la Escuela Preparatoria Adolfo Chávez, Clementina Campos, quien aprovechó para hacer un llamado a toda la comunidad a hacer algo para “limpiar las escuelas”, ante el inminente inicio de clases. “Vamos a hacer algo entre todos”.

En tanto, don Jesús Díaz, un bolero emblemático de Apatzingán, quien plática y comparte historias con decenas de personas diariamente, también fue “visitado por el dengue o la chikungunya”, y confiesa que esto ya se extendió por “todo el pueblo”, o al menos eso le han dicho sus clientes. Él prefirió recurrir a los remedios que “hacer cola” en los hospitales. Tomó mucho jugo de naranja y de limón para aminorar el dolor de huesos, la “calentura” y el dolor de cabeza.

Con lágrimas en los ojos, la directora de Relaciones Exteriores del Ayuntamiento, Eloísa Parra, también pidió seriedad al sector salud, y urgió a que se haga algo para acabar con el virus que está enfermando a “muchas personas, comenzando con mis vecinos. Yo personalmente los he visitado, y esto está creciendo”. Pidió a las autoridades a que fumiguen las calles, porque aún hay presencia de mosquitos. “Hay que dejarnos las camisetas de partidos. Aquí estamos hablando de la salud de los habitantes, ojalá que hagan algo, porque con la salud no se puede jugar”.

Durante el recorrido por la Tierra Caliente, los habitantes reprocharon el desdén de las autoridades, pero reconocieron que desde su trinchera también pueden contribuir a descacharrizar sus casas, a limpiarla de maleza y a evitar la acumulación de agua, sin embargo, el mosquito se siente y se ve en esta región, y por el momento no hay poder humano que lo combata de manera eficaz, puesto que la Secretaría de Salud reconoce que son insuficientes las brigadas que se tienen para desplegarse por los nueve municipios que comprende la Séptima Jurisdicción Sanitaria.

En la colonia Francisco Villa, María del Socorro Vázquez, quien es encargada del orden, comparte que prácticamente toda la colonia tiene “dengue o la chikungunya”. “Hemos realizado visitas a los vecinos, y afortunadamente ya han sido atendidos, pero con médicos particulares, pues no confían en la Secretaría. Tan solo en mi casa tenemos a dos personas en este momento en cama, no pueden ni caminar, no aguantan sus pies, es insoportable el dolor, de verdad”. Habló a nombre de los colonos y pidió al jefe de la Jurisdicción Sanitaria, Teófilo Magaña, a que encabece una campaña intensa.

El centro de salud en fin de semana está cerrado y los enfermos que ya no aguantan los dolores y quieren ir a una instancia pública a atenderse tienen que acudir a Urgencias, en el Hospital General “Ramón Ponce Álvarez”, que de por sí ya está rebasado en un 200 por ciento de su capacidad. Ahí, cada hora se contabilizan nuevos “casos sospechosos” de personas con la fiebre. Sentada en la sala, Maribel Pérez espera pacientemente, mientras los doctores desahogan los consultorios. “Haga fila” “o si quiere información vaya con alguien más”, increpan los médicos.

“Tengo dolor fuerte, apenas ayer (sábado) comencé con los síntomas…”, es la misma historia que se escucha en los pasillos, y pese a eso, las cifras oficiales parecen no cambiar. “Mi niño tiene dos años de edad, y anda muy llorón, tiene fiebre alta, necesita atención”, comparte a su vez Concepción Moreno, quien también ya siente los dolores producidos por el dengue “o lo que sea”. Hace fila en el hospital, en donde los médicos parecen no darse abasto. En el área de camas, hay decenas de personas acompañando a sus familiares, aunque por otros padecimientos, sin embargo, ese ambiente enferma a cualquiera…

Si desea conocer la investigación completa consulte este lunes la edición impresa de La Voz de Michoacán.