"Iglesias santuario", refugio y trinchera de migrantes en EU

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

Denver.- La activista Jeanette Vizguerra pidió ayer miércoles protección de santuario en una iglesia de Denver ante su inminente deportación si asistía a una cita rutinaria en las oficinas federales de inmigración. La mexicana, que ha solicitado una U Visa, espera poder defenderse desde el recinto religioso y así evitar que la separen de sus hijos.

Guadalupe García, otra madre mexicana, en Arizona, fue deportada la semana pasada al presentarse a las oficinas de inmigración.

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En otro caso parecido, Daniel Ramírez Medina, joven mexicano indocumentado fue detenido en su casa por agentes de migración pese a tener un permiso de trabajo otorgado por la administración de Barack Obama.

El joven, que sería la primera detención de un “dreamer” tras la toma de posesión de Donald Trump, demandó hoy jueves al gobierno del magnate por su arresto injustificado.

Frente a estos casos y reportes de cientos de detenciones de migrantes en EU, las iglesias santuario podrían significar el último refugio para muchos indocumentados.

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--¿CÓMO SURGIERON LAS IGLESIAS SANTUARIO?
La Iglesia Presbiteriana Southside, en Tucson, Arizona, es considerada la "cuna" del nacimiento del movimiento de iglesias santuario en EU.

Su pastor y líder del nuevo movimiento, John Fife, decidió en la década de 1980 que ninguna autoridad podía irrumpir en su centro religioso y declaró al gobierno de EU que a él y su congregación no les importaba violar las leyes migratorias.

Fife convirtió así a su iglesia en un santuario para refugiados provenientes de Centroamérica y que huían de la violencia en sus países de origen.

--UN MOVIMIENTO QUE COBRA FUERZA
Hoy en día el movimiento ha crecido a todo lo largo y ancho de EU y hoy las iglesias santuario son quizá una de las últimas alternativas que les quedan a algunos migrantes ante el endurecimiento de las leyes migratorias del presidente Donald Trump, quien ha prometido cortar el financiamiento federal para las ciudades que se opongan a seguir sus medidas y protejan a los indocumentados.

Desde que Donald Trump fue elegido presidente, las congregaciones religiosas de EU de todas las denominaciones, junto con gobiernos locales y escuelas, dispuestas a ofrecer santuario a indocumentados en sus iglesias se han duplicado a más de 800, según el reverendo Noel Anderson, coordinador nacional del Church World Service, una organización religiosa que ayuda a los menos afortunados.

Se prevé que este número siga aumentando frente las recientes acciones migratorias de Trump y la amenaza de una ola de deportaciones masivas.

"Estamos enviando el mensaje a la nueva administración de que resistiremos las propuestas de deportar a millones de indocumentados y de discriminar a comunidades marginadas", dijo Allison Harrington, reverenda de la Iglesia Presbiteriana del Sur en la ciudad de Tucson y que forma parte de la coalición.

Indicó que las congregaciones religiosas se han unido para ofrecer santuario si es necesario a todas aquellas personas que sean blancos de odio y discriminación.

Con ese fin se han estado preparando junto con organizaciones locales en cada ciudad para informar a los inmigrantes indocumentados sobre sus derechos.

Tras la elección, la comunidad en general buscaba apoyar a la comunidad migrante, y “el movimiento santuario ofreció una manera concreta para que la gente respondiera y mostrara apoyo y solidaridad con los indocumentados", señaló Anderson.

--LAS IGLESIAS SANTUARIO FRENTE A LA LEY
Cualquier iglesia o grupo puede comprometerse a convertirse en un santuario. Pero eso no significa que los inmigrantes a los que refugian estén protegidos de la deportación.

De acuerdo con estudio del 2009, del Servicio de Investigación del Congreso (CRS), “el término santuario no está definido por la ley federal, pero a menudo se usa para referirse a aquellas localidades que, como resultado de una ordenanza o política estatal o bien local, ponga límites o no coopere de algún modo con las autoridades federales de inmigración que busquen deportar inmigrantes indocumentados”.

El estudio señala que algunas jurisdicciones con políticas de santuarios adoptan una política “no pregunte, no diga”, en el que a los funcionarios se les prohíbe preguntar sobre el estatus migratorio de una persona.