Resulta extraño que el mes que menos días tiene,sea en el que más miel derrama. En febrero las hormonas se multiplican y si transitamos por cafés, restaurantes, plazas y demás lugares veamos parejas que comparten los fideos, en el popote converge saliva de dos entes y contribuimos al ''agosto'' de cuanto vendedor de flores nos topemos en las esquinas. Si tu corazón palpita al unísono de tu pedacito de cielo, si en tu iPhone eliminas tus rolas de Judas Priest y/o Black Sabbath y en su lugar le metes melodías como el "Azul" de Cristian (cada vez me parezco más a mi papá ''Loco'' Valdez) Castro, o cantas a los cuatro vientos "Te Amo" como Franco De Vita, mi estimado, tu quincena ya tiene dueña. Estar enamorado (y que sea correspondido) es lo más hermoso que existe en la vida, cuentas cada minuto faltante para ver a esa persona que hace que tus ojos sonrían sin miramientos. Extrañamente el tiempo parace sufrir estragos, pues los segundos paracen horas si no estás a su lado y las horas parecen correr más rápido que otaku en convención de Dragon Ball. Pero no todo en la vida es color de rosa (sin quejas, por favor). A quién no le ha pasado que se separa de su pareja, ya sea por errores garrafales, por aburrimiento, porque alguien se ''equivoca'' y decide poner el cuerno (accidentalmente, obvio). O simplemente que la persona sobre la que decidimos posar nuestra mirada pispireta y darle (así, sin más ni más) nuestro corazón pues no nos pela (la llamada y temida 'friendzone'). Claro, no nos equivoquemos que la soltería no tiene nada de malo; al contrario, algunos disfrutan más su propia compañía, y por qué no, salir con distintas personas antes de meterse de lleno en esa dimensión desconocida y altamente comprometida llamada ''noviazgo''. Ya sea por una u otra razón, por supuesto que también hay canciones para aquellos solteros en este 14 de febrero... lágrimas, risas, cosas de una noche, reclamos, ansiedades, deseos sin cumplir, etcétera; en la playlist ''Soltero, pero no solo'' todo tiene cabida. Pero no se vale chillar (bueno, poquito, casi nada), después de todo, no hay que tomarse tan en serio estas festividades impulsadas por la mercadotecnia. Lo importante es ser felices.
La Voz de Michoacán
