Ninguna Parroquia quedará desamparada, dice arzobispo Carlos Garfias

Sobre los ataques y extorsión de grupos armados contra el padre de Huiramba, Garfias Merlos se negó a confirmar si se interpuso una denuncia al respecto

Foto: Especial.

Héctor Jiménez / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Después de que un sacerdote de Huiramba fue sujeto de presuntas agresiones por las cuales tuvo que dejar esta población, el arzobispo de la Arquidiócesis de Morelia, Carlos Garfias Merlos, además de calificar como “triste” la realidad que se vive en Michoacán y su ciudad capital, informó que se está trabajando en diversos protocolos de seguridad con los que “ninguna parroquia quedará desamparada”. 

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“Uno de los aspectos que estamos trabajando en relación a los sacerdotes de la Arquidiócesis de Morelia y de las diócesis de provincia es establecer protocolos de seguridad. En casos como el del padre de Huiramba, cuando se tiene la noticia, se procede, el padre está ahorita atendiéndose por la agresión de la cual fue motivo y va a atenderse la parroquia de la forma propia que le corresponda y es parte de lo que tenemos que ir aprendiendo; ninguna parroquia quedara desamparada” manifestó el líder religioso de Michoacán en conferencia de prensa. 

También añadió que “cuando sucedan estos hechos violentos, buscaremos la forma más adecuada sin que tenga ser un procedimiento determinado, porque cada caso de estos es diferente y normalmente los protocolos son muy reservados y muy restringidos, no se dan a conocer, porque e estar buscando las condiciones de seguridad”. 

Sin embargo, cuestionado sobre los reportes de ataques y extorsión de parte de grupos armados contra el padre de Huiramba, Garfias Merlos se negó a confirmar si se interpuso una denuncia al respecto o a ofrecer mayores detalles sobre el caso. “Al padre se le atendió en lo que el pidió de ayuda”, atajó, además de señalar que durante el presente año no se han presentado casos similares y, de haberlos, serán informados. 

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Si bien el arzobispo no ofreció mayores detalles sobre el estado de salud del padre y si requirió de servicios médicos de emergencias, también hizo mención de que parte de los protocolos de seguridad que se están trabajando incluyen el poder contar con la atención en salud en lugares de difícil acceso en el interior del estado.  

“Estamos en un dialogo y en una búsqueda de generar protocolos de seguridad, el mes pasado tuvimos una reunión con la organización “Médicos sin fronteras” con la Secretaría de Salud del Estado de Michoacán, con la pastoral de salud de la Arquidiócesis y con representantes de la Cruz Roja para generar, en la medida de lo posible, atención de salud en los lugares más difíciles en los que estamos trabajando”.

Laboratorio de Paz 

Previamente, como uno de los puntos principales de su conferencia de prensa, Carlo Garfias Merlos hizo un nuevo llamado al diálogo y la paz en Michoacán, al calificar como “triste” la situación de violencia que se vive en la ciudad capital y el resto del estado. “La actual situación de violencia que se vive en Morelia y en otras comunidades nos hace reflexionar y nos exige el compromiso y la decisión de responder a la necesidad de contribuir todos a la construcción de la paz”. 

“Ante esta triste realidad y para contribuir al cese de la violencia, considerando que se está generando una cultura de la violencia (…), es preciso prever e integrar estrategias entre las comunidades que favorezcan el dialogo, la civilidad y la paz. Hago un llamado a todos a la civilidad, al dialogo y a la paz; promovamos una cultura de paz, en medio de las violencias”, manifestó. 

De acuerdo con el líder religioso, las autoridades católicas han mantenido una serie de acciones para la construcción de la paz en materia de dialogo, mediación y atención a víctimas, pero éstas han quedado en segundo plano ante la opinión pública cuando ocurren hechos violentos. “Todo lo que hemos venido haciendo, el trabajo que se tiene durante estos tres meses, aparece un asesinato, aparece un enfrentamiento y pareciera que no se está haciendo nada”, lamentó el arzobispo.