Frida Kahlo y Sor Juana, unidas en ofrenda en la capital del país

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Foto: Tomada de Internet. Flores de cempasúchil recubren el suelo donde mariposas rodean 25 esqueletos suspendidos en el escenario del Auditorio Divino Narciso.

Notimex/La Voz de Michoacán

 

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Ciudad de México. Flores de cempasúchil recubren el suelo donde mariposas rodean 25 esqueletos suspendidos en el escenario del Auditorio Divino Narciso de la Universidad del Claustro de Sor Juana, que conforman el altar tradicional de muertos dedicado a Frida Kahlo y Sor Juana Inés de la Cruz.

El pintor y escultor Manuel Marín, con amplia trayectoria en el campo de las artes plásticas, trabajó tres meses y medio en el montaje de esa edición especial dedicada a las destacadas mexicanas en los ámbitos de la pintura y la poesía.

En la parte media del altar sobresale la fotografía “Las dos Juanas”, en la que Marín hace una fusión entre el autorretrato de Frida Kahlo y la pintura de Sor Juana realizada originalmente por Miguel Cabrera.

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En entrevista con Notimex, Manuel Marín explicó que “el juego de "Las dos Juanas" inicia con el cuadro "Las dos Fridas", en el que la pintora mexicana que fuera esposa del muralista Diego Rivera se dibuja a sí misma dos veces y muestra una disociación de su vida real donde contrapone sus dos corazones.

Quise usar la representación de Frida y Sor Juana dos veces en la foto de 'Las dos Juanas' porque ambas fueron diferentes pero tienen similitudes que las unen; las dos sufrieron mucho y tuvieron una vida trágica, vivieron su vida y su muerte. Por ejemplo Sor Juana en vida vivió la muerte, y en muerte ella vive su vida porque la recordamos”, compartió el escultor.

Las dos Juanas” es una fotografía editada en la que se ve a Frida exponer su corazón y sus venas mientras tiene unas tijeras en la mano y a Sor Juana mostrando un medallón a la altura del corazón mientras sujeta un rosario.

En cuanto al resto de elementos que conforman el altar, Marín explicó que comenzó a realizar dibujos de esqueletos humanos que sirvieron como moldes para después plasmarlos en tablas de madera, que posteriormente fueron llevados a un taller para cortarlos.

“Pinté las maderas de blanco y después a cada una le agregué expresiones distintas. Considero que es un trabajo de escultura porque al intervenir el espacio se convierten en una instalación.

Los esqueletos representan a la muerte mientras que las mariposas, como en la cultura griega, al alma. La idea es transmitir la separación del cuerpo y el alma”, mencionó.

Con cada uno de los esqueletos busco mostrar que los muertos pueden caminar en el aire, bailar hacer lo que sea, por eso completan todo el espacio, los griegos decían que el espacio está lleno de dioses”.

Marín indicó que ese trabajo lo indujo a estudiar las diversas maneras de concebir la vida y la muerte. “En el altar aparecen 24 esqueletos que saben que están muertos, por eso son de color blanco, y en el fondo hay uno color rojo barnizado con acrílico, lo que significa que no está consciente de que ya murió”.

Al respecto mencionó que los irlandeses creen que cuando el individuo pierde la vida no se da cuenta de ello hasta siete días después, y precisamente esa es una etapa de aprendizaje.

El Altar Tradicional de la Universidad del Claustro de Sor Juana, en la capital del país, está dedicado a la memoria de la poeta Sor Juana Inés de la Cruz y en ocasiones de algún personaje destacado.

Tiene cinco niveles: el primero hace referencia a las personas a las que se les dedica, el segundo es el aire, seguido de la luz, el tercero la purificación que se logra con las flores de cempasúchil para atraer a los difuntos y, por último, la comida.

La muerte es vista de maneras distintas en el mundo. En México la tradición del Día de Muertos fue declarada en 2008 por la UNESCO Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad.