Manuel, el guardián de tradiciones y creador de máscaras talladas que entrega su talento en Nahuatzen

Creador de máscaras desde los doce años en el taller de su padre creando tradiciones de generación en generación

Foto: Pablo Aguinaco

Erandi Avalos / Colaboradora de La Voz de Michoacán

Es considerable la influencia positiva que un buen hombre puede tener en un pueblo cuando pone su talento y trabajo al servicio de los demás. Así es la historia del reconocido mascarero, danzante y gestor cultural Manuel Valencia Chávez, Tata Keri (hombre respetable) de Sevina, Municipio de Nahuatzen aquí en Michoacán. 

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Comenzó sus primeras tallas en madera en el taller de su padre Clemente Valencia a los doce años y su primer grupo de danza en 1986, aunque entonces solamente conocían las danzas de la tradición lacustre y de otras comunidades, pero no las originales de su pueblo como Los leñadores, Los viejos o Los moros, que se habían perdido tiempo atrás. Unos años después le pidió a su padre que lo ayudara a reunir de nuevo a los danzantes —ya muy mayores— y así iniciaron el rescate de esta importante tradición. También decidieron que la máscara del Viejo, pintada de blanco con grandes bigotes negros y ojos azules, sería la representante de Sevina por ser tallada y bailada únicamente en su pueblo.

Foto: Pablo Aguinaco

Una de las experiencias que considera clave en su carrera es el Taller de Pintura Barroca Novohispana, impartido en Morelia, al que asistió becado por La Voz de Michoacán. Ahí aprendió nuevas técnicas que ahora aplica en las máscaras que talla y pinta: El viejo (Taré Uandari) Nanita (Viejita), Ermitaño de Sevina (personaje que representó por muchos años); Negrito Chiflador de Uruapan; Negrito de Comachuén y de Pomacuarán, Monarco de Tiríndaro; máscara típica del Señor de Naranja de Tapia, Diablos mayores y menores para Pastorelas; Maringuías para muchos pueblos, Vaqueros de Huecorio, Conquistador de Nahuatzen, Corcoví, Viejo y Búho de Charapan, entre otras. A él le gusta poner especial énfasis en los ojos de una máscara para que transmita emociones y vida propia. Es muy interesante cómo la creación y venta de sus máscaras no son solamente para coleccionistas o turistas, sino que tienen un uso ceremonial, religioso y festivo porque la tradición está viva.

El maestro Manuel plática con especial emoción sobre una magnífica máscara que creó como una síntesis de un mito fundacional p´urhépecha: un pájaro mítico voló sobre varios pueblos de la ribera del Lago de Pátzcuaro llevando una semilla de maíz rojo en el pico, buscando dónde dejarla, hasta que se decidió por una comunidad donde dejó caer la semilla. Ahí creció la primera milpa, misma que los pobladores no cortaron ni comieron en elote; la dejaron madurar, desgranaron la semilla, la volvieron a sembrar y así surgió la agricultura.

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Foto: Pablo Aguinaco

Con casi cien reconocimientos, incluyendo el Premio Estatal de las Artes Eréndira 2021, conserva su humildad y generosidad, como lo confirma Fidel Chávez, uno de sus muchos agradecidos discípulos que tienen ya su propio taller, incluyendo a los alumnos del Instituto de Capacitación Turística de Pátzcuaro, y sus Acciones Móviles a otros municipios donde el maestro Manuel imparte tres talleres: Elaboración de Juguete de Madera y Terminado de Máscaras, Elaboración de Artesanías y Talla de Madera; Artesanía y Talla de Escultura; todo esto como parte de la Especialidad de Elaboración y Restauración de Artesanía de Madera.

Consciente de la importancia de la microhistoria, publicó la monografía Antecedentes históricos y festividades de Sevina, realizado con el Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias emisión 1999, donde compila información relevante de primera mano de cada fiesta y también información general, sin faltar algunas fotografías para ilustrar.

Foto: Pablo Aguinaco

Con sentidas palabras cuenta la dicotomía que significa ser un artesano que en eventos públicos es reconocido y llamado “maestro”, pero que en la vida cotidiana sufre discriminación y austeridad. Expresa su deseo porque todos los artesanos puedan tener una vida digna y no solamente ser “importantes” el día de una premiación.

Las puertas de su taller en la calle Hidalgo número 12 de Sevina, están abiertas a cualquiera que guste conocerlo para charlar o para adquirir una de sus máscaras, que más que objetos inertes son portadoras de toda una cosmovisión que él transforma en piezas únicas de gran belleza.


Erandi Avalos, historiadora del arte y curadora independiente con un enfoque local e inclusivo. Es miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte Sección México y curadora de la iniciativa holandesa-mexicana “La Pureza del Arte”. erandiavalos.curadora@gmail.com