REPORTAJE | Salario mínimo, en busca de la justicia social para los trabajadores

Tras la depresión de 1982, el ingreso de los trabajadores se precipitó como parte de una política pública por sanear la economía; en tres años el presidente López Obrador ha logrado más avances que ningún otro presidente de forma reciente

Foto: Twitter.

Maricruz Rios / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán.  Desde el primer día de 2021 entró en vigor el aumento del 15 por ciento al salario mínimo en todo el territorio,   como parte de la búsqueda de justicia social para los trabajadores que comprometió el presidente Andrés Manuel López Obrador desde tiempos de campaña.

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Y es que pese a algunos incrementos que hubo en las últimas décadas, el poder adquisitivo del salario mínimo prácticamente desapareció con las crisis de los años 80.  Si bien nominalmente existía algún incremento cada determinado tiempo, nunca se realizó con apego a la realidad económica de un país que sufrió una gran depreciación de la moneda, una disparada inflación y una abrupta caída en el valor del trabajo. 

De acuerdo con el aumento aprobado por la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), el salario mínimo tuvo un alza de 15 por ciento a partir del pasado viernes 15 de enero, con lo que pasa de 123.22 a 141.70 pesos diarios para la mayoría del país, mientras que para la Zona Libre de la Frontera Norte subirá de 185.56 a 213.39 pesos diarios.

Foto: Pixabay.

Si bien este incremento porcentual es menor al presentado de 2019 a 2020, cuando se elevó un 20 por ciento (de 102.68 a 123.22 pesos), se trata del tercer año en fila que se genera un aumento por parte de la actual administración.

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CRISIS DE 1982

Para Heliodoro Gil Corona, especialista en temas económicos e investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), el incremento en el salario mínimo es uno de los aspectos más positivos de la actual administración federal, toda vez que buscan resarcir el poder adquisitivo de la base trabajadora.

Y es que desde la crisis económica de 1982, cuando al final del sexenio del presidente Adolfo López Mateos el tipo de cambio se depreció 646 por ciento y la inflación alcanzó una cifra récord de 458 por ciento, el mayor costo del ajuste económico que se realizó en el país para buscar salvar las finanzas, y por decisión de política pública, recayó en los trabajadores de México, con la contracción severa de sus salarios.

De 1982 al año 2000 el poder de compra del salario mínimo se redujo en alrededor de 60 por ciento, lo que atascó durante décadas el desarrollo social de la clase trabajadora mexicana, “y desde ese año en adelante observamos una recuperación tímida de este salario”, consideró el también coordinador de Proyectos Estratégicos del Colegio de Economistas del Estado de Michoacán (CEEM).

 Para buscar combatir esa problemática el gobierno de López Obrador ha impuesto aumentos salariales anuales por encima del 15 por ciento. En 2018 inició en 88.4 pesos y actualmente ya se ubica en 141.70 pesos en la mayor parte del territorio nacional. 

DESLIGAN SALARIO CON PEÑA NIETO

Una de las mayores trabas que anteriormente complicó un mayor incremento del salario mínimo era la inflación y el costo de muchos servicios ligados al mismo. Así durante décadas los aumentos fueron prácticamente milimétricos, bajo el entendido de que de subirlo de manera desmedida se podrían disparar multas, préstamos bancarios e hipotecas que estaban tasadas en salarios mínimos.

Para terminar con este esquema,  por mandato federal en el sexenio de Enrique Peña Nieto el salario mínimo se desliga del comportamiento de la inflación, “iniciando con ello un proceso de alineación a las condiciones reales del mercado laboral para superar la condición del salario mínimo considerados de los peores pagando en el mundo”, recuerda Heliodoro Gil Corona. 

No obstante, en la administración del priista, el “minisalario”, como lo llama el académico nicolaita, subió en términos reales apenas un 6.9 por ciento,  por lo que pareciera que no se hicieron esfuerzos adicionales que acompañaran la medida de desligarlo. Durante la presente administración, el salario mínimo ya ha crecido 60.3 por ciento en un lapso de tres años, contando además con ello con el apoyo de los organismos empresariales,   es decir, no ha habido un rechazo desde la parte patronal a este tipo de alzas en las condiciones para los trabajadores.

Anteriormente existieron alzas en el salario desde Salinas de Gortari hasta Felipe Calderón, siendo la más importante con Ernesto Zedillo, que prácticamente lo dobló, aunque se trataba todavía de un ingreso trastocado e ínfimo. En los sexenios siguientes hubo avances, pero magros, muy escalonados y poco significativos por sí mismos.

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LA ERA DE AMLO

 Haciendo un repaso, de 2018 a 2019 el salario mínimo creció 16.2 por ciento, pasó de 88.4 a 102.7 pesos diarios. De 2019 a 2020 el salario mínimo subió 20 por ciento, aumentó de 102.7 a 123.2 pesos diarios. Para 2021 se determinó un incremento de 15 por ciento, pasando el salario mínimo de 123.2 a 141.7 pesos diarios.  En todos estos casos se toma en cuenta la generalidad del territorio nacional, pues en la franja fronteriza norte el salario mínimo es prácticamente el doble, pero obedece a una dinámica distinta para los municipios que colindan con Estados Unidos.

En opinión de Heliodoro Gil Corona, si en efecto la inflación se instala en un nivel de 3 por ciento en el 2021, como anticipa la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que sucederá, “el salario mínimo de nuestro país estaría a 30 por ciento de alcanzar el nivel que se tenía previo a la crisis económica de 1982”.

Foto: EFE.

MEDIDA CONTRACÍCLICA EN LA PANDEMIA

Opinó el especialista de la UMSNH que “se debe tener muy claro en este objetivo de recuperar el poder adquisitivo del salario mínimo, que se trata de una medida de justicia social que no trastoca el funcionamiento productivo de la economía del país. El aumento fortalece el mercado interno”.

Aboga por dejar de lado estos fantasmas del pasado que entrelazaban el incremento del salario mínimo con un desorden generalizado en las finanzas del país, toda vez que prácticamente se ha desligado como medida fuera de algunos contratos trabajo, colectivos e individuales, que tasan sus incrementos en salarios mínimos.

 Tampoco, el alza en el ingreso de la clase trabajadora no debe verse como una señal negativa, pese a las problemáticas que actualmente viven muchas empresas por el tema de la pandemia, sino que debe verse como una inyección de recurso que, a la larga, terminará beneficiando a toda la cadena productiva. 

Foto: Samuel Herrera Jr., La Voz de Michoacán.

En esta línea de ideas, el investigador Gil Corona atajó:

La medida tomada debe entenderse en términos económicos como una acción contracíclica y en un círculo virtuoso de la producción nacional”.

El salario mínimo en aumento funcionaría como una inyección de recurso a contra ciclo, similar a lo que se ha pedido al gobierno federal en términos de invertir dinero para resarcir parte de los costos de la contingencia sanitaria.

En términos generales: un mayor ingreso para los trabajadores significará mayor capacidad de consumo familiar y consecuentemente mayor producción de bienes y servicios con beneficios para las micros, pequeñas y medianas empresas, fortaleciendo con ello el mercado interno.

Advierte Heliodoro Gil que, sin embargo,   el aumento otorgado de 15 por ciento a los salarios mínimos no resuelve las necesidades de los poco más de 4 millones de trabadores que perciben este ingreso. “Se trata de 4 mil 251 pesos mensuales, cuando la canasta básica real tiene un costo de 8 mil 500 pesos”,  manifestó.

A pesar de ello lo consideró un avance en la ruta correcta, un paso más en el camino de equipararlo al de Estados Unidos.

Todavía hay un tramo que recorrer, la diferencia, es de 8 a 1 entre Estados Unidos y México en este salario”.

Heliodoro Gil Corona, economista.

LOS ARGUMENTOS DE LA FEDERACIÓN

En un análisis elaborado por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), se destaca que durante 2018 los trabajadores afiliados al IMSS que menos ganaban vieron disminuidos sus ingresos en 2.52 por ciento en términos reales, aquellos que más ganaban los incrementaron en 0.78 por ciento.

Al contrario, con la nueva política salarial durante 2019 y 2020 ambos grupos han contado con mejores salarios, pero los que menos ganan se han visto más beneficiados, según argumenta el gobierno federal. Sólo en 2019 los ingresos reales de los que menos ganan se incrementaron en 9.63 por ciento y en 2020 crecieron en 13.98 por ciento; mientras quienes tienen mayores ingresos incrementaron en 2019 en 2.32 y 2.20 por ciento en este último año.

Los incrementos al salario mínimo impulsaron a los salarios contractuales, que observaron incrementos de 2.79 por ciento en términos reales en las jurisdicciones locales y 1.70 por ciento en las federales, los mayores observados desde 2001.

El documento de incremento para este año destaca también que en 2019 el salario mínimo alcanzó por primera vez la línea de bienestar individual mínima, lo que significó que una persona trabajadora podría adquirir una canasta básica alimentaria para sí misma.

  Con el incremento otorgado para 2021, el salario mínimo cubrirá 130.71 por ciento de esta canasta básica, lo que significa que un trabajador es capaz de solventar sus gastos básicos y contribuir a los de algún dependiente adicional. 

319 mil 068 personas en situación de pobreza en Morelia.
Este ajuste beneficiará a nivel nacional a 4 millones 552 mil 626 trabajadores, que representan el 22.85 por ciento del total de trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

En contraparte, asegura el gobierno federal el costo para las empresas representará un costo adicional general de sólo 0.44 por ciento del total de los salarios que ya pagaban.

 La Conasami resaltó que por primera vez se incluyeron dos nuevas profesiones, sectores históricamente olvidados, trabajadoras del hogar y jornaleros agrícolas. Esta fijación de salario del 15 por ciento beneficiará a 196,317 trabajadores(as) que tenían un salario base de cotización menor. 

Desde 1989, el SMGN ha visto un alza de 115.28 pesos, aunque ha crecido como nunca a partir del mandato lopezobradorista. Aun así, México sigue en último lugar de la OCDE en este apartado, sólo por encima de Japón, que no presenta datos:

AÑO SALARIO
1989 7.95 pesos
1994 14.12 pesos
1995 15.21 pesos
2000 35.23 pesos
2001 38.05 pesos
2005 47.21 pesos
2006 49.06 pesos
2012     60.66 pesos
2013 63.07 pesos
2018 88.36 pesos
2019 102.68 pesos
2020 123.22 pesos
2021 141.70 pesos