Michoacán reprueba en educación: hubo más retrocesos que avances en los últimos seis años

Escuelas cerradas por pandemia y falta de pagos a maestros vinieron a profundizar más la crisis que ya arrastraba el sector educativo en Michoacán.

Juan Bustos / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Un balance con más retrocesos que avances en el sector educativo deja la labor administrativa del sexenio de Silvano Aureoles Conejo, donde, si bien se logró progresar en un cierto ordenamiento al atender el tema estructural de la falta de presupuesto, de cualquier forma, se deja un sector convulso con dos meses de adeudos en salarios y sin resolver demandas añejas, tanto en materia de pagos como de aprendizaje.

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Aunado a ello, la segunda fase del sexenio fue una resbaladilla que siguió hundiendo a Michoacán en enseñanza y aprendizaje, de acuerdo con los datos más recientes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que ubican a Michoacán entre las tres entidades con mayor rezago educativo y la que más acrecentó esta problemática en los últimos dos años.


DEUDAS Y PANDEMIA

En el tema económico, son más de 5 mil millones de pesos es lo que se requieren solamente en el sector de educación básica para saldar el gasto corriente con maestros y administrativos, además otra cifra similar para los otros niveles. Es decir, se deben más de 10 mil millones de pesos en temas como salarios adeudados, bonos pendientes, prestaciones que no se han pegado puntualmente y algunos pagos retroactivos que han faltado por liquidarse.

Con todo y la presunta federalización de la nómina, parece que la problemático no hizo más que ensancharse de 2019 a la fecha, el dinero cada vez alcanza menos y los pendientes con el sector magisterial se incrementan. Esta situación de impagos termina por impactar también la calidad de la enseñanza, con maestros descontentos que no ejercen a cabalidad sus funciones en un estado donde ya, de por sí, la mano de los gremios menoscababa el potencial docente de muchos profesores al atarlos a intereses políticos y no educativos.

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Foto: Víctor Ramírez, La Voz de Michoacán.

Cerró el gobierno estatal que encabezó Silvano Aureoles Conejo con un sector que se encontraba convulsionado y sin clases en la mayoría de los planteles públicos ante el impago, además de que la mayoría de las escuelas señala que se carecen de recursos para solventar el cubrir insumos para prevenir contagios de COVID-19.

En resumen: no se ha vuelto a clases por falta de pagos, pero aún en el mejor de los escenarios los centros educativos no estaban listos para actividades presenciales, pues el reducido recurso de la Secretaría de Educación del Estado (SEE) no alcanza para solventar las necesidades de los 14 mil planteles, tomando en cuenta que, más allá del discurso de mejora en infraestructura, cientos de escuelas carecen hasta de un servicio de agua, indispensable para la higiene sanitaria en tiempos de pandemia.


Asimismo, en los temas políticos, en el sector básico han tenido diversos procesos de descomposición, como la fragmentación como el caso de la Sección 18 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) que se dividió aún más y son ya tres expresiones que se reivindica con el liderazgo de dicha sección: particularmente dos que pertenecen a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Esta misma división ha quitado, sin duda, peso al poder de acción de la base magisterial como gremio, ya que ninguna expresión ha podido consolidar los pagos ni presionar lo necesario para solucionar de golpe la crisis que les aqueja.


AMIGUISMOS MATARON AL SECTOR

Mario Torres López, investigador del Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación (IMCED), indicó que el balance es negativo en términos de que en los temas sustanciales de la educación, como lo académico, no hubo avances, únicamente se intentó administrar el sistema educativo con representantes cercanos al gobernador.

Terminó un ciclo de administraciones perredistas con un cúmulo de errores y deficiencia en el diseño de políticas públicas”

Mario Torres López, investigador del IMCED

Explicó que, a nivel general, por ejemplo, se le apostó al sector agroalimentario, dejando de lado el desarrollo en otras áreas como la parte de la formación de cuadro profesionales y científicos para ampliar los ámbitos de desarrollo de la sociedad.

Torres López refirió que el problema es que, precisamente, “muchos de los que llegaron a instituciones de educación media superior y superior, ni eran políticos, académicos ni tecnócratas, solo amigos de la administración”.

Detalló que la pandemia reveló muchas de las falencias del sistema educativo y que el establecimiento de modelos de educación a la distancia y virtual fracasaron y la experiencia actual señala la necesidad de fortalecer una formación integral, lejos del ostracismo y más conectada necesidades y dinámicas globales como son los problemas medioambientales.

Expuso que se debe apostar para la siguiente administración por el desarrollo académico, más que a sólo administrar las instituciones, que finalmente tuvo como consecuencia los problemas en los diversos ámbitos que se presentaron en el sector.


LEGADO DE PROBLEMAS

Para Erik Avilés Martínez, presidente de Mexicanos Primero en Michoacán, que en lo que corresponde a lo relativamente positivo de la administración que termina, se inició el proceso de federalización de la nómina magisterial, aunque no se diseñó nunca la política pública respectiva, no se radicó la inversión ni se conformó una red de políticas públicas para arropar la medida, por lo cual los resultados son nulos.

En postura del activista y especialista, cada buena intención del gobierno de Silvano Aureoles estuvo marcada por uno o más desatinos que terminaron por minar su efectividad.

Por ejemplo, se dio mantenimiento y se construyeron aulas, aunque como marcan las reglas de operación ni elección de planteles a beneficiarse, ni tampoco de un consejo estatal de vigilancia, “se infiere que hubo criterios político-territoriales-electorales para radicar las inversiones públicas”.

Opinó que se disminuyó la costumbre de firmar minutas, aunque prevaleció su firma en subsistemas y fueron más bien acuerdos de valores entendidos.

Foto: Samuel Herrera Jr., La Voz de Michoacán.

En los puntos negativos, el analista apuntó que se incumplió la Agenda por Michoacán, donde el gobernador empeñó su palabra y su firma ante 126 organizaciones de la sociedad civil, en donde en una evaluación independiente apenas se alcanzó el 11 por ciento de su totalidad, y no se rindieron cuentas por parte de las autoridades al pleno de las organizaciones.

Agregó que se anuló el trabajo del Consejo Consultivo y de Apoyo a la Educación, creado en 2009, que se convirtió en Consejo Estatal de Participación Social en la Educación, con participación muy escasa de la sociedad civil y finalmente quedó en un Consejo Estatal de Participación en la Educación, de carácter optativo y que nunca tuvo su propio acuerdo de creación.

Mencionó que “los indicadores educativos están por los suelos, los financieros hablan por sí mismos”, mientras que el regreso presencial a clases se ve lejano y distante, si bien ya existe una intención del actual gobierno de cambiar la balanza en ese sentido; “se simuló la aplicación de la ley en la materia”.

La misma problemática del sector alejó a muchos padres de las escuelas públicas: “La educación ahora es menos gratuita, ya que la entidad es el primer lugar nacional en educación privada- menos laica, menos universal, menos incluyente y con un nivel de aprendizaje oscuro, toda vez que no ha sido medido”, apuntó.

Coincidió en que se nombraron personajes sin perfil académico acorde a la función, provenientes de escuelas privadas o con fuertes conflictos de intereses con ellas, sin experiencia profesional en el sector educativo, con dudosa probidad y con manchas serias en sus expedientes, por haber estado involucrados en episodios negros de la educación estatal, que no pudieron, ni supieron ni quisieron resolver.

Estos episodios son como la simulación de la evaluación docente, el ingreso a las escuelas Normales, la promoción horizontal y vertical, las encargaturas de direcciones, supervisiones y jefaturas de sector, el tráfico de plazas, espacios, permutas y vacantes por jubilación y fallecimiento, el uso político del magisterio en mítines y actos políticos, entre otras cuestiones”

Erik Avilés Martínez, presidente de Mexicanos Primero Michoacán

Externó que hay pendientes como son el reconstruir el sistema educativo estatal desde el marco normativo y centralizando la escuela pública como espacio por antonomasia donde se ejerce el derecho a aprender.

Un pendiente más, dijo, es centrarse en las personas, en los sujetos de derechos y en sus principales garantes y respondientes, además de aprender de la experiencia.

El legado negro de “la administración que termina incluye el que antes había una sola CNTE cuando ingresó, y gracias a su esfuerzo brindando gestoría unilateral, nos dejan dos colores de la CNTE, con más radicalismos”.

Otro de los episodios graves es que “se dejan nuevos ricos, decenas de nuevas escuelas y universidades privadas, un sistema educativo desgarrado y conflagrado, con un clima laboral infame, con un magisterio más politizado, indignado e inconforme que nunca”.


SE HUNDE EN REZAGO EDUCATIVO

De acuerdo con el reporte más reciente del Coneval, entre 2018 y 2020 Michoacán fue el estado que más avanzó en el medidor de rezago educativo, un 2.4 por ciento. De contar con un 27 por ciento de su educación con rezago educativo hace tres años, ahora es el 29.4 por ciento, es decir, muy cerca de ser la tercera parte de la población total del estado.

En términos numéricos esto representa 1.4 millones de personas en la entidad que presentan algún grado de rezago importante que, de acuerdo a diversas pruebas, se resienten más en temas de lectura de comprensión, habilidades matemáticas y pensamiento lógico.

Actualmente, sólo Chiapas (32.5) y Oaxaca (29.6 por ciento) presentan una tasa mayor de rezago educativo. La problemática misma se había incrementado durante la pandemia, donde la misma administración silvanista en la SEE reconoció que sólo el 48 por ciento de los alumnos tuvo clases relativamente continuas y pese a ello todos los niños y jóvenes avanzaron de grado educativo.

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