Universidades fallan en inclusión: no tienen protocolos, infraestructura ni espacios

El caso de una joven aspirante a médica refleja la necesidad de trabajar en la agenda y buscar medidas que garanticen el acceso a la educación.

Foto: Pixabay.

Juan Bustos / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Las universidades del estado en general presentan un retraso en la inclusión para personas con discapacidad y otros sectores vulnerables, desde medidas de discriminación positiva hasta en temas de infraestructura; la problemática que enfrentan se vive incluso desde el planteamiento de ingreso a los niveles medio superior y superior, en donde los estudiantes no tienen acompañamiento y asesoría para lograr ser formados como profesionales.

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El tema no es sencillo, pues no sólo se trata de recurso y reparto de espacios, sino del cambio de una política educativa que debe partir incluso desde el nivel básico, como parte de un acompañamiento y un diagnóstico continuo sobre alumnos en estas condiciones, que parte desde la misma autoridad educativa para buscar completar su formación académica.

Si bien espacios universitarios en el Tecnológico de Morelia, en la UMSNH, en la ENES y en escuelas privadas se han ido adaptando con rampas y estructura inclusiva, y hasta se cuenta con apoyo de traductores y personal de apoyo, no se trata de una generalidad, sino que aplique a todos los recintos y espacios de enseñanza.


EL CASO DE MARÍA GUADALUPE

Recientemente María Guadalupe Garfias Rodríguez, alumna del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Michoacán (CECYTEM) número 19 Tzintzuntzan, buscó ingresar a la carrera de Medicina en la Casa de Hidalgo (UMSNH), sin embargo, no fue aceptada ella y su familia plantea que debe existir espacios para personas con discapacidad, ante las pocas oportunidades que existen para este sector en condiciones de vulnerabilidad.

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Acompañada por su padre, Francisco Garfias Campuzano, acudió a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), expuso que ha sido difícil el camino de continuar sus estudios y sus sueños, debido a las barreras que enfrentan.

El padre de la joven expuso que los resultados que obtuvo fueron satisfactorios, sin embargo, la UMSNH carece de una política a profundidad para grupos en condición de vulnerabilidad que permitan la continuidad de sus estudios en esta institución, si bien es un tema en el que año se ha ido trabajando, desde el tema de la infraestructura y hasta en términos de inclusión para la enseñanza y docencia.

Para la aspirante que forma parte del cuadro de honor de su plantel, dijo que ha sido muy difícil la trayectoria al padecer una discapacidad neuromusculoesquelética permanente, parálisis cerebral secundaria y encefalopatía déficit visual permanente.

“He enfrentado discriminación de manera permanente durante la educación, incluso de compañeros que nos señalan que no debería estar estudiando”, recordó.

La estudiante manifestó que lo único que quiere es cumplir su sueño en convertirse en una médica y que por ello desea ingresar a la institución, de ahí que han solicitado la intervención de la CEDH, para que pueda respetar su derecho al ingreso.

El padre de la joven explicó que, de acuerdo a una contestación a cargo del abogado general, se ha señalado que la universidad no tiene la certeza de que es estudiante egresada de bachillerato y que obtuvo una puntuación por encima de lo mínimo.

Sin embargo, expuso que los funcionarios se han negado a entender el contexto de su hija y el marco de Derechos Humanos, para garantizar lo que él asegura es su derecho a la educación y que por ello han establecido una queja.

Aseguró que la Universidad incluso en el momento de la realización del examen obligó a su hija a firmar un documento para deslindarse de responsabilidades en el momento de la prueba, lo cual consideró un acto discriminatorio, “desde ese acto de la obligación de la firma de un documento está siendo excluida”.

Foto: Samuel Herrera Jr., La Voz de Michoacán.

El padre de la menor reiteró que buscó una audiencia con el rector Raúl Cárdenas Navarro a través de los funcionarios que lo atendieron, para que conociera la situación de su hija y que se carecen de los marcos para la atención de alumnos en condiciones de vulnerabilidad, pero no hubo éxito.

Detalló que estarán a la espera de que la queja que presentaron emita una resolución la CEDH y que estarán pensando en acudir a otras instancias para que puedan analizar el caso, “al examen hubo dos personas que acudieron en sillas de ruedas, otra persona y mi hija, desconozco qué pasó con mi hija”.

Subrayó que las personas con discapacidad no tienen espacio en la educación superior e incluso no existe la infraestructura adaptada en las instituciones ya que es bajísimo el nivel de jóvenes que llegan y que en este sentido el humanismo de la Universidad debería reflejarse en una política incluyente con los jóvenes que tiene esta condición.

Reiteró que la resistencia y empuje de su hija ha sido importante, para superar todos los niveles educativos y tratar de llegar a la universidad y que, si bien se encuentran con gente que la ha apoyado, también hay gente de la discrimina en términos de que no creen que tenga el potencial.

El padre señaló que, pese a las dificultades que enfrenta su hija por su propia condición de discapacidad motora no es una discapacidad cognitiva y que ha podido superar los diferentes retos académicos por ello, señalan la necesidad no solo que se le apoye, sino que la universidad se vea asimismo y vea que también excluye alumnos en estas condiciones.

La estudiante señaló que no tiene interés en otra carrera y que espera que con la visibilización de su caso tomen en cuenta a los jóvenes que estructuralmente enfrentan la discriminación e infravaloración de las personas que creen que no deben estar en las instituciones educativas.

Su caso no es propiamente aislado, ni la UMSNH la única institución con una problemática similar, pero sirve para evidenciar el reto que se tiene enfrene, en donde, cabe destacar, la Casa de Hidalgo ha sido de cualquier forma de los espacios más plurales y propositivos en términos de incluso, al contar incluso con académicos e investigadores que presentan problemas similares a los de la aspirante en cuestión.


‘SÍ ES AGENDA PENDIENTE’

En entrevista, Salvador García Espinosa, investigador de la Facultad de Arquitectura y exsecretario general de la Universidad Michoacana, expuso que, en efecto es una agenda pendiente la atención para este sector de la población, pero no era un tema sencillo de sólo distribuir espacios, sino que requiere la implementación de medidas desde el orden laboral y académico, para garantizar la equidad.

Explicó que por ejemplo en la Universidad únicamente hay un edificio que tiene una rampa para un segundo piso, “cuando un estudiante por alguna discapacidad o accidente no puede subir a un segundo piso, se cambia el grupo a la planta baja”.

De igual forma temas que tienen que ver con el acceso y con trayectos inadecuados para personas con discapacidad son áreas de oportunidad para atender, entre otros temas que requieren adecuaciones importantes.

Sin embargo, hay temas también que tienen que ver con lo académico y que pasan por capacitación docente, porque en este tema tienen que contemplarse las evaluaciones y el tener personal capacitado como auxiliares, “se han presentado casos de personas sordomudas que requieren un traductor, aquí hay un desafío: un docente sin la capacitación adecuada, no sabrá si evalúa al interprete o al alumno”.

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Manifestó que también se tiene que contemplar particularidades como son los tipos de programas, donde alguien con una discapacidad que le impida completar las evaluaciones de laboratorio o las prácticas de campo, “hay programas como derecho que puede atender a personas ciegas a través de intérpretes y diversas herramientas en aula ya se han tenido experiencias”.

García Espinosa consideró que en todo caso se requiere el establecimiento de un protocolo de atención, para el acompañamiento, “la Universidad Michoacana tiene antecedentes en la atención, incluso en los exámenes de ingreso ya se hace con apoyos”.

En torno a cuotas para grupos en condiciones de vulnerabilidad, dijo que esto tiene que partir de estudios profundos para llegar a las personas que requieran el apoyo y se reúnan una serie de características y que no debe ser como una especie de boleto.

Recalcó que se tiene que partir primero tiene que analizarse las habilidades para cursar el programa con sus áreas específicas o cuáles programas educativos tienen las características, “finalmente serán tópicos que evalúen los especialistas, lo que si podemos decir es un tema pendiente, porque es algo que en universidades de otros países se hace no solo con personas con discapacidad, sino pueblos originarios y afrodescendientes”.


HACEN FALTA DIAGNÓSTICOS PUNTUALES

Por su parte Erik Avilés Martínez, presidente de Mexicanos Primero Capítulo Michoacán, expuso que reconocer el tema de inclusión en nivel media superior y superior conviene reflexionarlo bajo cuatro aspectos particulares que implican el derecho a una educación de calidad: la accesibilidad, disponibilidad, adaptabilidad y aceptabilidad.

Más allá de los reconocimientos legales, normativos o jurídicos que este derecho a la educación compete y están establecidos en marcos internacionales, nacionales o locales, debemos tener presente que el enfoque de derechos humanos, es justamente lo que visibiliza y nombra de los grupos vulnerables reconocidos así por las desigualdades históricas, sociales y educativas en las que actualmente se ven muy en desventaja respecto al resto de la población”

Erik Avilés Martínez, presidente de Mexicanos Primero Capítulo Michoacán

“En Michoacán (y en México), por ejemplo, se sabe muy poco de los avances reales o evidencias de la inserción educativa y laboral de los jóvenes que egresan de las escuelas regulares o Centros de Atención Múltiple y que comienzan oficios o son contratados en ciertas empresas, tal vez existan historias de éxito, pero son poco conocidas”, dijo.

Indicó que es necesario dimensionar lo que ocurre de manera constante en las escuelas de nivel medio superior o superior, que desafortunadamente son menores las estadísticas tan sólo de inscripción, mucho menos de permanencia, logros académicos, participación, colaboración y egreso de estos niveles.

“En el tema de la joven con discapacidad motriz que hizo un proceso para ingresar a la Facultad de Medicina, merece una mención especial, por una parte, es de reconocerse que la familia ha estado presente en su formación y con sus propias posibilidades también logró tener un resultado decoroso en el examen”, apuntó.