Manejo empírico de agroquímicos, un riesgo para agricultores y consumidores: estudio

Un estudio realizado en 10 municipios detectó que las hortalizas mantenían hasta 20% de remanentes de fósforo, nitrógeno, potasio y organoclorados, como resultado de una sobredosificación de agroquímicos

Foto, José Luis Ceja.

José Luis Ceja / La Voz de Michoacán

Villamar, Michoacán. La normalización de la trasmisión de conocimientos sin un aval formativo en el ámbito de los agroquímicos pone en riesgo la salud de los productores primarios y los consumidores finales, esto de acuerdo con los alcances del estudio realizado en 10 municipios de la región Lerma-Chapala por el Colectivo de Científicos Ciudadanos.

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Lo anterior, luego de que en el estudio realizado en las zonas agrícolas de una decena de municipios se detectara que las hortalizas producidas mantenían hasta un 20 por ciento de remanentes de fósforo, nitrógeno, potasio y organoclorados, esto como resultado de una sobredosificación de agroquímicos, tanto de fertilizantes como plaguicidas en los cultivos.

Eduardo Mora, integrante de este colectivo de científicos ciudadanos, destacó que gran parte de la problemática se debe a que no existe una regulación del orden federal sobre quiénes pueden vender o no los productos agroquímicos “Encuentras como vendedores de estos productos a Ingenieros Civiles, Arquitectos y de otras profesiones que no tienen el conocimiento avalado por alguna institución sobre el manejo, aplicación y dosificación de estos productos” en esa lógica, dijo, lo que los vendedores de agroquímicos hacen es replicar la información recibida por los proveedores “El problema es que muchos productores entran en la lógica de que ‘más es mejor’ y lo que hacen, buscando un mayor rendimiento de sus productos en duplicar o triplicar las dosis recomendadas con lo que no solamente se ponen en riesgo ellos por la exposición a estos productos sino que ponen en riesgo a los consumidores finales ya que los granos y hortalizas presentan un alto porcentaje de residuos de los agroquímicos”.

Esta práctica, de acuerdo a Emma Iglesias, Coordinadora de este Colectivo ha impactado de manera negativa en el 75 por cientos de los suelos de la entidad estudiada se encuentran con altos signos de degradación y alto consumo de agua; destacó que en lo que corresponde a la Región Lerma-Santiago Pacífico la agricultura ocupa el 82 por ciento de los 15,012 hectómetros cúbicos concesionados en su mayoría a 15 Distritos de Riego que, para el ciclo 2012-2013, cosecharon en 386,515 hectáreas una producción del orden de 7’166,858 toneladas de granos, frutas y hortalizas con un valor superior a 14 mil millones de pesos. Sin embargo, esta rica y basta producción contrasta con el pobre desempeño de los indicadores que dan cuenta del grado de conservación de sus recursos naturales y de los niveles de bienestar de sus habitantes.

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Foto, José Luis Ceja.

Riesgos adicionales y falta de regulación

De acuerdo a los integrantes de esta organización de investigadores, no existe una base de datos que permita establecer la dimensión del problema lo que impide focalizar acciones que permitan controlar o mitigar este tipo de problemas “En el estado de Michoacán no existen esquemas regionales de monitoreo permanente de fuentes contaminantes fijas, sistemas integrales de monitoreo de la salud de los ecosistemas, sistemas de vigilancia epidemiológica para identificar casos de intoxicación crónica o suficientes plantas de tratamiento de aguas residuales urbanas” señaló Emma Iglesias.

De igual manera, de acuerdo a esta organización se carece de un inventario de las sustancias utilizadas en la agricultura e industria o información sobre dónde y qué cantidades se utilizan, así como un padrón actualizado de comercializadoras de agroquímicos y sustancias a más de procedimientos estandarizados para verificar que los productos agrícolas comercializados en México no rebasen los límites máximos permitidos de residuos de plaguicidas y otros contaminantes, suficientes centros de acopio y disposición de residuos plásticos peligrosos y un censo de pozos, ollas y tomas de agua, ni tampoco registro público de la cantidad real de hectáreas cultivadas como resultado de cambio de uso de suelo.

Las políticas públicas para revertir el proceso de degradación y los riesgos a la salud

En la intención de atender esta preocupación externada por investigadores de diversos centros de investigación y docencia de la entidad que se busca generalizar entre los productores michoacanos fertilizantes orgánicos y la creación de reservorios de semillas señaló en su momento Marx Aguirre, Subsecretaria de Organización y Desarrollo Rural del Estado de Michoacán quien agregó que a través de los esquemas de producción propuestos por esta dependencia podrá lograrse bajar los costos de producción y se puede generar también a partir de la utilización de productos orgánicos que no generan daños en los suelos, las aguas y los habitantes “Estamos intentando concientizar y sensibilizar a todo el sector ya que se piensa que la productividad se puede generar mediante el uso de fertilizantes químicos y de insecticidas y esto es una concepción errónea”.