“Todo en la vida es una competencia”, señala la exmedallista mundial Edna Díaz

La excampeona en taekwondo se prepara para buscar diputación federal y confiesa por todo lo que ha tenido que vivir.

Foto: Víctor Ramírez, La Voz de Michoacán.

Jorge Manzo / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. “Toda la vida estamos compitiendo”, dice muy segura la campeona mundial en taekwondo 2005, Edna Díaz Acevedo al hablar Cara a Cara con La Voz de Michoacán. Ella confiesa que su principal medalla la consiguió desde que nació al tener a su familia, en donde le sembraron los valores y le inculcaron el amor por el deporte, la educación y la cultura.

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Hoy está retirada del deporte de alto rendimiento, pero el hambre de competir, las fuerzas y la energía que siguen con ella, las ha direccionando a otras actividades de su vida, mismas que comenzó a desarrollar a partir de que dejó el podio, que siempre la llenó de orgullo sobre todo cuando se entonaba el himno nacional y la ondeaba desde lo más alto la bandera.

“Hay cosas que se parecen, y otras que son iguales. Por ahora, todas esas ganas de perfeccionar, y de ser mejor, todo eso que sentía en el deporte, ahora están en otra cosa”, comparte la uruapense, quien se queda con buen sabor de boca de su desempeño en las competencias, pero reconoce que el único peldaño que le faltó tocar fueron los olímpicos.

“La mayor medalla que tengo es la de mi familia, que está muy unida y sana, y que en estas condiciones (por la contingencia sanitaria) eso es todo un lujo. Es la gente que más amo, y estar cerca de ellos, y que estén bien, es mi mayor logro”, dice Edna Díaz, tras reconocer que se mantiene vivo su deseo de ayudar a la gente, aunque no la conozca.

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Estudió psicología y cuenta con una maestría en gestión y desarrollo de entidades. Dedicó 10 años de su vida a competir en el alto rendimiento, alcanzando al podio mundial convirtiéndose en la primera mujer que le dio el título de campeona al taekwondo mexicano. Tiene 35 años de edad, y actualmente es la embajadora honoraria del patronato de Cruz Roja Mexicana.

Foto: Víctor Ramírez, La Voz de Michoacán.

En 2015 asumió la dirección de la Comisión Estatal de Cultura Física y Deporte de la mano del gobierno de Silvano Aureoles. Al interior de la Cecufid se encontró con una enorme burocracia y con resistencias de cambio. “Hay cosas que se pueden mejorar, pero la gente que está ahí le da vueltas para hacerlas”, recuerda a la distancia, y para rematar, señala que hay muy pocas mujeres dirigiendo.

“En la Cecufid me enfrenté a grupos de poder”

“La gente me decía que estaba en el área más bonita, en el deporte, y sí lo es, pero la gente que no conoce el mundo del deporte, pues tampoco conoce que hay grupos de poder, pequeñas mafias, que si tú mueves algo y desestabilizas algún interés… es la política, pero en el deporte. Es duro ese medio”, confiesa la también inquilina del Salón de la Fama.

Edna Díaz recuerda que cuando era niña hizo muchos deportes, pues viene de una familia en donde se le inculcó esa pasión, pero a los 16 años tuvo que elegir uno si es que quería seguir con la idea de competir en otros niveles, y aunque en su familia están apasionados por el baloncesto, ella decidió por un deporte en donde se valiera por sí sola, por lo que optó por el taekwondo.

“Me fue bien, y aunque es un deporte que antes era considerado sólo para niños, pues es rudo, en un inicio no fue tan bien visto que yo eligiera ese deporte, pero poco a poco fui creciendo y demostrando que hacer ese deporte de niño no me hacía menos femenina ni diferente, sino que me convertía en una niña que había elegido esta actividad”.

Y así, de manera paulatina se fue adentrando al mundo del taekwondo, tanto que se tuvo que mudar a la Ciudad de México, y salir desde muy joven de su casa, en Uruapan, para ir a representar a México a las competencias panamericanas, centroamericanas, iberoamericanas y abiertos internacionales. Con mucha nostalgia y cariño recuerda el Mundial de 2005.

“El campeonato es el logro de mayor trascendencia en mi carrera por muchas razones, entre ellas, porque no había una mujer en México que se había adjudicado la medalla, el único antecedente que se tenía era de un hombre en 1979, a pesar de que México es una potencia, sin embargo, no se trataba de nada sencillo, y entre todos, fuimos construyendo”.

Cuando conquistó el podio en España, en Madrid, su vida cambió. “Desde que tenía 10 años siempre pensaba y tenía la sensación de escuchar el himno nacional desde el podio, de ver tu bandera en lo más alto, y siempre lo soñé. A esa edad no soñaba con ser campeona del mundo, pero sí tenía esas ganas de sentir ese orgullo por mi país”.

Proviene de un barrio en donde los sueños se cumplen

Edna Díaz recuerda que proviene de un barrio, de Uruapan, en donde quizá los sueños y aspiraciones estaban limitados, y en donde el destino de muchas niñas era y ha sido el de prepararse para aprender a cocinar, o prepararse para casarse, sin embargo, agradece haber nacido en esa familia, pues no sólo la impulsaron, sino la ayudaron a alcanzar sus sueños.

“Mis papás influyeron mucho para dejarme hacer lo que hoy soy, y sobre todo mi papá. No quería ser lo típico, y aunque fue muy difícil, siempre estuvieron las personas cercanas a mi circulo, y me ayudaron a superar ciertas barreras que hoy ya vemos de manera diferente. Hoy me da más gusto ver a niñas jugando futbol, o lo que quieran hacer”.

“Yo tenía todo para llegar a esos juegos, contaba con el nivel para llegar al podio, sin embargo, por lesiones y cirugías no se pudo lograr. A veces uno es muy egoísta y lleva a su cuerpo al extremo, a pesar de que eso no es nada saludable. Sin embargo, estoy tranquila de que haya sido así, aunado a que las cuestiones médicas me lo impedían”. Hoy sus metas están en otros rumbos.

Su nueva competencia: una diputación federal

Si bien en estos momentos sólo realiza deporte para mantenerse sana y no para competir, es difícil dejar de sentir esa energía. Ha dedicado parte de su vida en el tema de pilates –sistema de entrenamiento físico y mental-, así como un poco de pesas “sin tanto peso”, cardio, elíptica sólo para mantenerse saludable. Sus aspiraciones y su energía la tiene invertida en la lucha por una diputación federal en su natal Uruapan.

Edna Díaz va con todas las ganas a recorrer las calles de su natal Uruapan. Ahora lo hace más convencida que en 2015 cuando tres veces le pidieron que aceptara esa postulación hasta que llegó una cuarta en donde prácticamente no le pedían su opinión sino que le indicaban que su papel en esa postulación era importante para lograr una curul. En aquel proceso, a pesar de que llegó 45 días tarde al juego, consiguió 45 mil votos, 5 mil menos que quien fue postulado por el bloque lopezobradorista.

La joven de 35 años ya ha madurado y sabe a lo que se enfrentará. Admite que en la percepción de la ciudadanía ahora se le verá como un político más, a pesar de que en el pasado contaba con las simpatías y el aprecio de las mayorías por haber logrado conquistar el oro en competencias mundiales. Para que no se le tilde de una más, ella se comportará de manera distinta, hablará de frente, con la verdad y luchará por las causas de las mayorías.

Traía los conocimientos para hacer bien las cosas

Es quizá una de las pocas deportistas que ha tenido la oportunidad de estar al frente de la Comisión de Cultura Física y Deporte. Su llegada fue poco planeada, de rápido. Durante la charla cuenta que cuando se retira de las competencias y el del alto rendimiento se dedica a estudiar y al terminar la licenciatura consiguió una beca al 100 por ciento para una maestría en España, a donde se muda.

Regresó en julio de 2015, tres meses antes de que iniciara el gobierno de Silvano Aureoles Conejo. Sus planes profesionales y de vida estaban en Querétaro, a donde llegaría a vivir, en donde tenía casa y se incorporaría al Centro Deportivo la Loma, sin embargo, una llamada del actual gobernador cambia prácticamente todo lo que había trazado. Su nostalgia por regresar al terruño la llevó a ocupar la titularidad de la Cecufid.

Tomó la decisión porque venía de estudiar una especialización en donde había aprendido lo que se necesitaba en Cecufid, la institución rectora del deporte en el estado, por lo que decidió enfocar sus baterías a esa nueva competencia. Recuerda que fue directora de Juventud y Deporte en Uruapan, sin embargo, esta experiencia estaba en otro nivel, en todo el estado. El gobernador Aureoles ya tenía la idea de invitarla a colaborar desde antes, pues una elección anterior ya había intentado ganar la elección.

Al contar su experiencia como titular de la Comisión Estatal de Cultura Física y Deporte abrió una caja de pandora. “Fue una gran responsabilidad, pues partía de todo lo que había vivido como deportista, y era el momento de hacer un cambio necesario, de poner en el centro de atención a los deportistas. La razón de ser de la Cecufid es el deporte, sin embargo, siempre lo ponían al final. Este era mi momento, de poner a los deportistas en el lugar que correspondía”.

Recuerda que lograr ese cambio  al interior fue muy costoso, pues había dinámicas que venían de años, trabajadores que tenían años dentro de la institución, y que tenían resistencias a los cambios. “Me hubiese gustado tener más tiempo para concretar otras ideas que traía, pero al final de cuentas el balance fue y ha sido positivo en muchos sentidos”.

Al asumir esa responsabilidad tenía 30 años de edad, y había trabajadores con más de 20 y hasta 30 años de antigüedad. Recuerda que durante las reuniones era la única mujer, y la más joven, y había a quienes les pesaba atender sus indicaciones, pues suponían que por tener más experiencia en la institución sabían hacer las cosas, sin embargo, “me tocaba decirles que tenían 20 años haciendo mal las cosas”.

Eso era duro para esas personas que no aceptaban la llegada de nuevos perfiles a la administración pública. Fue una experiencia muy pesada, aunque gratificante porque se impulsaron grandes proyectos de infraestructura que hoy están materializados. “Agarraba energía todas las mañanas, y   era para comenzar de nuevo, como si se tratara de una competencia”.

Pero en 2018 tuvo que dejar esa responsabilidad para ir en busca de una diputación federal en su natal Uruapan. “Apenas empezaba a tener los frutos de lo que habíamos cosechado en la Cecufid, a materializar esos programas y apoyos para los deportistas, la infraestructura que estaba lista para utilizarse, pero tenía que irme a la candidatura”.

“Día y noche estuve trabajando en esos grandes proyectos que dejé en la Cecufid, y aunque yo decía que no, pues tenía ese compromiso con los deportistas y cosas que me tocaban porque había trabajado en ello, me pidieron que me fuera a campaña. El anterior diputado ganó con 29 mil votos, y yo conseguí 45 mil votos, cinco mil menos que quien ganó, a pesar de que llegué 45 días tarde a la contienda electoral”.

“Nos quedamos muy cerca (de ganar), pero todos saben que en ese momento había un fenómeno, entendible, de hartazgo, y de esperanza por creer que todo iba a cambiar, como por arte de magia. Sin embargo, en la vida he aprendido que, también perdiendo, se gana, y ahora llego totalmente distinta, conozco a mi gente, sus necesidades y las circunstancias son totalmente distintas”, dice.

Hoy en día cobra más relevancia que los jóvenes, estemos empujando y tomando los lugares que nos corresponden en la función pública, mientras que con las mujeres, se han tenido avances considerables, comenzando que hoy en día ya “estamos visibilizadas y no se trata de un tema de género, sino de capacidades”. Edna Díaz  Acevedo se ve haciendo política, y prefiere estar ahí, aunque sea duro, pero siendo un agente de cambio.

“Me preguntan que cómo acepto pasar de ser una deportista exitosa, donde me piden la foto, y me dicen que soy a la mejor, a un lugar en donde das un paso y ya eres igual que todos y comienzan los ataques, sin embargo, creo y estoy segura que a todo eso te tienes que enfrentar”.

Edna Díaz prefiere estar ahí, tomando decisiones, pagar ese precio que se tenga que pagar, a estar pasiva, quejándose “porque no me gusta cómo están las cosas” y no hacer nada.

Ella no se comparará con los políticos tradicionales. Sigue su propia agenda y sus propias ideas. Reconoce que hay desinformación en la sociedad, y no existe claridad sobre el papel que desempeñan los diputados, pero se tiene que ir trabajando de la mano de la sociedad, pues te conviertes en la voz de miles de personas, que se traduce en iniciativas de ley, pero también en la gestión de apoyos para cambiar sus realidades.

Está totalmente en contra de las luchas ideológicas, de pleitos entre gobernantes, en donde los perjudicados terminando siendo los habitantes. Su sueño es llegar a la gubernatura de Michoacán en algún momento de su vida, y para eso se está preparando para su gran competencia que podría ser en los próximos años. No lo ve como un sueño, sino que está trabajando para conseguirlo.