¡Celebramos el aniversario número 81 del volcán Paricutín! Tema de fascinación de escritores y artistas

«Sólo eso tiene: su cuerpo desmedrado, su alma llena de polvo, cubierta de negra ceniza”, escribió José Revueltas sobre el icónico descubrimiento del volcán.

Redacción / La Voz de Michoacán

Angahuan, Michoacán. Desde su nacimiento repentino en 1943, el volcán Paricutín ha sido objeto de fascinación y de análisis para científicos, artistas y visitantes por igual. Este 20 de febrero se celebra su aniversario número 81, oportunidad para reconocer su importancia en la geografía y la cultura de la región, así como su impacto en las comunidades purépechas que lo rodean.

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El Paricutín es el único volcán del siglo XX que cuenta con acta de nacimiento. Situado en la porción central del estado de Michoacán, en una región de paisaje y cultura conocido como la Meseta Purépecha, emergió entre los terrenos del maizal de Dionisio Pulido el 20 de febrero de 1943, a las 16:00 horas, entre San Juan Parangaricutiro y Angahuan, cuando la tierra empezó a inflarse y aparecieron los primeros gases y explosiones de ceniza.

Los especialistas registran la “muerte” del volcán el 4 de marzo de 1952, cuando se produjo el último estertor del Paricutín. Así mismo, descartan que vuelva a tener actividad, por lo que el joven volcán duerme un sueño apacible.

Entre las personalidades destacadas que han realizado crónicas, reportajes y pinturas sobre el volcán, destacan Gerardo Murillo, conocido como el Dr. Atl; José Revueltas con su reportaje “Visión del Paricutín” y el político ruso exiliado en territorio mexicano, Víctor Serge.

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“Volcán Paricutín" y "Frente de lava en movimiento" son dos de las obras pictóricas del Dr. Atl, creadas a partir de varios años de estudio riguroso y de documentación caligráfica del mismo. Ambas piezas están expuestas en el Centro Cultural Clavijero de Morelia.

“Dionisio Pulido, la única persona en el mundo que puede jactarse de ser propietario de un volcán, no es dueño de nada. Tiene, para vivir, sus pies duros, sarmentosos, negros y descalzos, con los cuales caminará en busca de la tierra; tiene sus manos, totalmente sucias, pobres hoy, para labrar, ahí donde encuentre abrigo. Sólo eso tiene: su cuerpo desmedrado, su alma llena de polvo, cubierta de negra ceniza”, escribió José Revueltas sobre el icónico descubrimiento del volcán por el campesino Dionisio Pulido.