Dificultad para respirar, estrés y confusión mental, algunas secuelas que se pueden presentar por el COVID

La edad, sexo y peso de los pacientes son factores para que las secuelas puedan ser peores que la propia enfermedad

Foto: Twitter.

Héctor Jiménez / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Un especialista de la Delegación Morelia de la Cruz Roja Mexicana advirtió sobre las secuelas que pueden presentar los pacientes que sufrieron del Nuevo coronavirus (COVID-19), las cuales incluyen desde dificultad para respirar hasta “confusión mental” o estrés posterior a la dada de alta y que pueden ser atendidas mediante seguimiento médico y algunas recomendaciones y ejercicios a seguir desde casa.   

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El mundo entero estamos sufriendo esta enfermedad, que nos deja múltiples secuelas en todos los sentidos. Las secuelas pueden ser muy sencillas desde un poquito más graves, las principales que van a tener nuestros pacientes es dolor de cabeza, tos, tos seca o con flemas, perdida del gusto y del olfato, fatiga generalizada, puede existir confusión mental que también suele durar algunas semanas o incluso meses”, explicó Daniel Alejandro Villalpando González, especialista en fisioterapia.

Consideró que como secuelas más graves de la enfermedad, las dificultades para respirar que se mantienen después de que el paciente recibió la alta médica, así como la atrofia de los músculos que se presenta en los pacientes que llegaron a un estado grave y que prácticamente se mantuvieron postrados en cama durante el tiempo más crítico del padecimiento.

En pacientes más graves el hecho de estar acostados es importante para ocasionar este tipo de secuelas, ya que, con tres días que no realicemos ejercicio de forma cotidiana, la fuerza de nuestros músculos empieza a decrecer y, con una semana que no nos movilicemos adecuadamente, el volumen o el tamaño de nuestro músculos puede también empezar a disminuir. En algunas otras personas se puede encontrar daño neurológico, daño en los pulmones, daño renal, entre muchas otras”.

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Recordó que la edad, sexo y peso de los pacientes son factores para que las secuelas puedan ser peores que la propia enfermedad, en tanto que las estadísticas han demostrado que la población mayor de 60 años es más vulnerable a la enfermedad, así como las mujeres cuentan con un sistema inmunológico más fuerte, mientras que en cuestión de las personas que viven con obesidad “la grasa visceral hay un receptor específico para que el virus sea más fácil de poder ingresar a nuestro sistema y generar mayores complicaciones”, a lo que se suma que la hipertensión y diabetes son las principales enfermedades que aumentan los estragos del COVID-19.

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Si bien el especialista apuntó que las personas que realizan actividad física de forma cotidiana tienen un mejor sistema inmunológico y pueden tolerar de mejor manera la enfermedad, éste no es un factor sobresaliente para que las personas no sufran esta enfermedad.

Todos vamos a reaccionar de forma distinta ante esta enfermedad, hay personas que van a ser asintomáticas, hay personas que van a tener un cuadro muy leve, otras de forma moderada y aquellos que pueden tener o cursar con una enfermedad grave. La gravedad incluso se puede subdividir en la grave estable y la grave que puede requiere intubación”, ahondó Villalpando González.

RECOMENDACIONES

El especialista emitió una serie de recomendaciones, comenzando desde la detección del contagio de COVID-19 hasta la recuperación posterior de la alta médica. En primer lugar, enfatizó que la persona contagiada debe contar con el seguimiento de un médico profesional, así como una valoración nutrimental y mantener un monitoreo de forma constante con un oxímetro.  

A pesar de que ya hayamos salido del proceso infeccioso, que ya hayamos sido dados de alta con o sin secuelas, debemos seguir con nuestra medidas preventivas generales. Tenemos que hacer de cuenta que no nos hemos enfermado para seguir cuidándonos y cuidar a nuestra propia familia”, añadió.

En cuanto al periodo de recuperación, recomendó la  “Respiración de labios fruncidos”, que consiste en inspirar lentamente por la nariz y aguantar el aire dos o tres segundos de ser posible para después soplarlo lentamente por los con los labios fruncidos y repetir todo el proceso durante tres o cuatro ocasiones. A lo que se suma preferir la posición “Decúbito prono” para mejor funcionamiento de los pulmones, la cual consiste en acostarse boca abajo con los brazos extendidos a un costado a los costados del cuerpo o de la cabeza.  

Esta posición no solo se ha usado con aquellos que han tenido COVID, se ha usado durante muchísimo tiempo con personas que padecen de enfermedades respiratorias severas y ha ayudado mucho a mejorar la ventilación mecánica, hay que usar almohadones para procurar que tengamos una mejor respiración y evitar que el paciente pueda tener ulceras”, apuntó Alejandro Villalpando.