No confundir a Hamás con el pueblo palestino, alertan catedráticos michoacanos

Catedráticos de varias universidades del estado coinciden en que, pese a todo, los civiles en palestina son más afectados por la guerra

Juan Bustos / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. El conflicto entre Israel y la organización extremista Hamás, que escaló esta última semana, debe analizarse desde sus raíces históricas, los intereses involucrados y la reflexión del rechazo de la violencia desde ambos lados del conflicto, que golpea principalmente a los civiles palestinos consideraron especialistas de universidades michoacanas, quienes coincidieron en la necesidad de una voluntad más amplia de la comunidad internacional para realmente frenar el conflicto.

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El conflicto entre Israel y Hamás, que ha experimentado recientemente un aumento en la violencia, no es un conflicto nuevo, para comprenderlo de manera adecuada, es esencial mirar más allá de las narrativas simplistas y considerar el contexto más amplio, apuntó Rommelia Guzmán Valdés, académica de la Licenciatura en Relaciones Comerciales Internacionales de la Universidad Latina de América (UNLA).

Destacó que este conflicto se trata en gran medida de intereses de grandes potencias, históricamente, algunos países que ahora apoyan a Israel, como Inglaterra y Francia, en su momento expulsaron a comunidades judías.

“Es crucial evitar un juicio ideológico simplista y reconocer los matices detrás de este conflicto”, indicó.

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Guzmán también hace hincapié en que la violencia no es una solución para las diferencias ideológicas entre naciones, la violencia sólo perpetúa el conflicto y no resuelve las cuestiones subyacentes. En lugar de ello, propone una cooperación internacional en pro de la paz y el cese del fuego.

Detalló que el extremismo religioso, es una manifestación radical de ideologías, tanto judíos como musulmanes han caído en extremismo, lo que ha llevado a actos violentos, “Este extremismo religioso se entrelaza con la política y complica aún más el conflicto”.

En cuanto a una posible solución, Guzmán menciona que el panorama geopolítico actual está marcado por un contrapeso entre las potencias no alineadas con Estados Unidos y Occidente, como Rusia, China y la mayoría de los países árabes, “este nuevo equilibrio de poder podría influir en el curso del conflicto.

Destacó la importancia de la información precisa y verificable, evitando la polarización y la difusión de información sin fundamentos en las redes sociales. instó a la responsabilidad en la difusión de información y aboga por construir un mundo menos polarizado e ideológicamente confrontado.

Hamás no son los palestinos

Juan Luis Forteza Vargas, director de la Universidad Vasco de Quiroga (UVAQ) Tres Marías, resaltó que este conflicto no es una guerra entre naciones, sino un enfrentamiento arraigado en factores religiosos, políticos, regionales y geográficos. Hamás, un grupo radical y extremista, no representa al Estado palestino, lo que añade complejidad al conflicto.

El egresado del ITAM, subrayó la larga historia de disputas en la región, incluyendo cambios en las fronteras y la formación de Israel después de la Segunda Guerra Mundial. Además, mencionó las divisiones religiosas entre sunitas y chiitas en el mundo árabe, que aportan otra capa de complejidad al conflicto.

El gobierno de Israel, bajo el liderazgo de Benjamin Netanyahu, ha adoptado posturas radicales que no favorecen la paz en la región, reconoció Forteza; también mencionó que Hamás cuenta con el respaldo de naciones con grupos chiitas como Irán y Líbano.

El especialista advirtió sobre las implicaciones económicas a nivel global, especialmente en relación con los precios del petróleo, lo que afectaría a países productores como México. Además, destacó la preocupación por el fenómeno migratorio y su conexión con la política de Estados Unidos, aliado de Israel.

Forteza describió la Franja de Gaza como una región con condiciones extremadamente limitantes, controlada por múltiples fronteras, lo que complica la vida de sus habitantes y subrayó la dificultad de establecer un diálogo entre Hamás y el gobierno israelí debido a la naturaleza extremista del primero.

El análisis del experto enfatizó que la comunidad internacional desempeñará un papel crucial en la resolución del conflicto y subrayó la importancia de evitar que el conflicto escale.

Recordó que México tiene tratados de libre comercio con Israel y una población judía importante, lo que agrega un elemento adicional a su perspectiva sobre el conflicto.

Juan Luis Forteza condenó el ataque terrorista por atacar a la población civil y enfatizó que no se trata de un conflicto entre naciones y reiteró la necesidad de que la comunidad internacional juegue un papel fundamental en la búsqueda de una solución pacífica.

La peor parte la lleva el pueblo palestino

El conflicto entre Israel y Hamás es un tema complejo y arraigado en la historia de las relaciones internacionales, expuso David Lorenzo Santoyo García, profesor de Historia Mundial en la Universidad Michoacana, ha estado investigando este conflicto y sus raíces históricas, “El conflicto tiene múltiples dimensiones que se pueden abordar desde diferentes enfoques”.

Expuso que una de las raíces del conflicto se encuentra en la creación del Estado de Israel en 1947, que surgió de una disposición de las Naciones Unidas para dividir el territorio de Palestina en dos partes: un 53 por ciento para Israel y un 42 por ciento para los palestinos.

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El autor de “Origen del Problema Palestino: un planteamiento histórico”, agregó que esto no se materializó debido a la falta de una declaración de Estado Nacional por parte de los palestinos, lo que desencadenó conflictos entre árabes e israelíes que persisten hasta hoy.

Santoyo García destacó que la solución a este conflicto debe involucrar a la comunidad internacional y a las principales potencias mundiales, sin embargo, señaló que a menudo se presenta a Israel como la víctima en la narrativa internacional, lo que puede ser un obstáculo para una solución pacífica y diplomática.

Indicó que es esencial considerar ambas perspectivas y no caer en juicios de valor parciales, el profesor sugiere que la solución debe ser un acuerdo comprometido entre ambas partes, respaldado y supervisado por las potencias mundiales, que mantengan a raya a las organizaciones terroristas tanto del lado palestino como del israelí.

El académico detalló que el extremismo en ambas partes del conflicto también es un obstáculo importante para la paz, pero que existen grupos en ambas comunidades que abogan por una solución pacífica y una convivencia mutua. Sin embargo, estos esfuerzos a menudo son eclipsados por las posturas radicales.

“El conflicto palestino-israelí es un problema complejo y duradero que requiere un enfoque diplomático y el compromiso de la comunidad internacional y las principales potencias mundiales para lograr una solución pacífica y duradera”, finalizó el historiador.