Activistas y comuneros del sur de Morelia consiguen frenar devastación en Pico Azul

Pico Azul es una importante zona forestal y de recarga de mantos freáticos del sur de la capital michoacana; se planeaba hacer un desarrollo habitacional

Foto: La Voz de Michoacán.

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. A semanas de que comuneros del sur de Morelia denunciaron la destrucción de bosques para del cambio de uso de suelo y la construcción de viviendas, finalmente se lograron los primeros pasos encaminados a proteger la zona forestal de Jesús del Monte: la suspensión temporal de la obra.

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El jefe de tenencia, Manuel Hernández Helguero, anunció a través de sus canales oficiales que se logró la clausura de la construcción de cabañas en el Pico Azul, importante zona de recarga de mantos acuíferos ubicada apenas a 20 minutos de distancia de la ciudad de Morelia.

En voz del ambientalista y activista político, el siguiente paso es lograr la remoción completa de lo que se llegó a construir en el desarrollo habitacional, la recuperación de la zona boscosa y que finalmente se revoque por completo cualquier intención de construir en este espacio.

“Con la ayuda de ustedes logramos un avance significativo, pero no es el fin. Debemos conseguir la cancelación definitiva de este fraccionamiento en la zona, sin embargo debemos permanecer vigilantes de que no se reactiven la maquinaria”, explicó el ambientalista.

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Se espera que sea la próxima semana cuando autoridades ambientales de Michoacán acudan a colocar los sellos de clausura en las inmediaciones del Pico Azul, en la tenencia de Jesús del Monte. No obstante, se siguen revisando los 14 puntos que contienen los permisos obtenidos por la empresa local durante el año 2015 y bajo la cual, se han tomado acciones legales.

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Casi de inmediato, posterior a la denuncia de activistas y especialistas, las instancias de la ProAm y la Mesa de Seguridad Ambiental comenzaron el proceso de revisión de la documentación y por ende, visitas de inspección en donde corroboraron, que aunado a este desarrollo la tala clandestina se sigue manifestando en toda la región sur.

Los saqueadores aprovechan la noche para delinquir en los bosques, por lo que hasta el momento no se han dado con posibles responsables de deforestar los pinos y masa arbolada que mantienen el abasto de agua a casi 1 millón de habitantes en la ciudad de Morelia.

En voz de Juan Carlos Vega Solórzano titular de la Procuraduría Ambiental del Estado de Michoacán (PROAM), la misma ubicación de la tenencia y la voracidad de auténticos delincuentes ambientales, han dificultado el defender la zona forestal de Pico Azul y otros cerros de la tenencia de Jesús del Monte en los últimos años.

De proceder una sanción económica administrativa, la empresa tendría que pagar incluso millones de pesos por incurrir en delitos ambientales del orden estatal. Hasta el momento no se ha dado a conocer intervención alguna por parte de la Profepa, SEMARNAT y dependencias ambientales federales.

En voz del titular de la PROAM, si bien la empresa contó con la manifestación de impacto ambiental, llama la atención que el documento se emitió en el año 2015, en los últimos días de la administración estatal pasada.

No obstante, aun con lo anterior explicó que la manifestación cuenta con hasta 14 puntos y condiciones sujetos a revisión, de los cuales se podría desprender en próximos días la suspensión y clausura de la obra, así como una sanción administrativa que alcanza hasta los 3 millones de pesos.

La devastación de la zona sur es importante; entre el 2000 y el 2020, la zona sur, en la tenencia de Jesús del monte, uno de los últimos reductos de las comunidades indígenas originarias se perdió hasta 200 hectáreas de bosques y territorios que finalmente fueron empleados para la construcción de fraccionamientos e incluso campos de golf.

El ritmo de desgaste de las reservas forestales de donde han vivido de manera sustentable las comunidades Pirindas del estado han comenzado un proceso de aceleración en la degradación desde hace al menos 20 años, periodo en el que coincidentemente comenzó el desarrollo exponencial de fraccionamientos.