Desde ambulantes hasta fayuca, el recuerdo y las anécdotas plasmadas en el Morelia de ayer

Los portales, plazas, vialidades y banquetas que hoy lucen despejados, alguna vez formaron parte de un auténtico mercado en el Centro Histórico en dónde se podía comprar desde productos locales hasta artículos de importación y “fayuca”.

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. A 30 años de que el Centro Histórico de Morelia se convirtió en patrimonio de la humanidad ante la UNESCO, las imágenes, recuerdos y anécdotas de los miles de comerciantes ambulantes, que alguna vez saturaron de la zona de monumentos, se han desvanecido.

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Los portales, plazas, vialidades y banquetas que hoy lucen despejados, alguna vez formaron parte de un auténtico mercado en el Centro Histórico en dónde se podía comprar desde productos locales hasta artículos de importación y “fayuca”.

Uno de los puntos en donde convergieron cientos de comercios, fue la plaza Valladolid, en dónde la aglomeración llegó al grado de que la mayor parte de los morelianos desconocieron durante décadas sobre la existencia de la enorme fuente ubicada al centro de la plancha debido a la cantidad de puestos que se habían establecido como si de una feria atemporal se realizara.

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Los portales, por su cuenta, desfilaban con al menos dos hileras de puestos en cada lado, en donde se podían conseguir desde artesanías hasta los más modernos equipos de audio y video de su época; estos espacios estaban conectados por la Cerrada de San Agustín, así como las calles Allende y Valladolid, que continuaban con el “tianguis urbano” hasta la explanada frente al templo de San Francisco.

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Fue para la segunda mitad del Siglo XX y hasta principios del Siglo XXI que el mercadito vivió en aparente armonía con la cada vez más creciente capital michoacana. Era común la visita de los ciudadanos y los turistas curiosos que buscaban conocer un poco de lo que ahí se vendía.

En plaza Valladolid poco se veía de la plaza. Un mar de lonas de todos tipos de colores tenían completamente cubierta la superficie del  lugar, en donde los apretados miles de comercios, dejaban angostos pasadizos para que los clientes pudieran pasar.

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Aquello era prácticamente una feria. Se trataba de  comerciantes locales, artesanos que encontraron un punto importante de venta y sobre todo, una fuente de trabajo en uno de los lugares más redituables para el comercio de la ya famosa internacionalmente conocida “Ciudad de la Cantera Rosa”.

Era común que los fines de semana, las familias morelianas acudían a las misas de las decenas de iglesias católicas de la zona, pasaran por la plaza para para “maderear”, comprar algunos dulces, elotes al vapor, asados, o cualquier tipo de antojito mexicano que se obtenían a muy buenos precios.

Todo aquello cambió en pocos meses. En diciembre de 1991, la UNESCO decretó a Morelia como ciudad Patrimonio Histórico de la Humanidad, fue en ese entonces, cuando comenzó el declive y los operativos para la erradicación de los vendedores ambulantes y semi ambulantes del Centro Histórico de Morelia.

La designación era clara. Al ser ciudad Patrimonio y una zona de monumentos, se debía erradicar toda actividad comercial al aire libre, pero sobre todo, eliminar todo aquello que pudiera ser un obstáculo para la vista de los edificios históricos.

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Fue el entonces gobernador Víctor Manuel Tinoco Rubí quien tomó en sus manos una de las decisiones más difíciles; el erradicar a los más de 3 mil comercios informales que se encontraban colocados tanto en la Plaza Valladolid, los portales, Plaza Melchor Ocampo y todos los espacios para cumplir con los requisitos de la UNESCO.

Para el año 2001, en paralelo, el alcalde en Turno, Salvador Galván Infante, junto con su cuerpo de regidores,  decretaron el Bando  Municipal, el cual restringió cualquier actividad comercial en el primer cuadro de la capital.

El efecto fue inmediato. Pocos días después, la madrugada del 5 de junio del mismo año, los más de 3 mil comerciantes fueron retirados de la zona, sin previo aviso y con el uso de la fuerza pública. Toda banqueta, plaza, andador, portal y espacio del centro, quedaron prácticamente libres para el tránsito peatonal.

Tras semanas de confrontación y de golpeteo político. Los gobierno finalmente procedieron a la reubicación de los e mil comerciantes. Para lo anterior, se construyeron nuevos espacios en Mercados, así como los Tu Plaza. No obstante, una gran cantidad de comerciantes no tuvieron el mismo éxito y terminaron por cerrar sus negocios y dedicarse a otros proyectos.