Feminismo aborda nuevos retos, dice Rubí de María

Se requiere un proceso de educación para romper la ideología machista que le hace daño a las mujeres y a los hombres, señaló la académica nicolaita Rubí de María.

Foto: Cortesía.

Juan Bustos / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Las movilizaciones del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, y el paro de 9 de marzo, sirven para visibilizar la violencia y remarcar el grado de impunidad que persiste en los crímenes contra las mujeres, desde el acoso cotidiano hasta el feminicidio, expuso la investigadora nicolaita Rubí de María Gómez Campos.

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En entrevista con La Voz de Michoacán, la catedrática especialista en temas de género dijo que uno de los retos del feminismo actualmente es lograr sumar a más mujeres que no se encuentran movilizadas y politizadas por sus circunstancias sociales y económicas.

Gómez Campos explicó que el origen de los primeros planteamientos del feminismo puede rastrearse en la obra de Olympe de Gouges, “Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana”, así como Mary Wollstonecraft, autora de “Vindicación de los derechos de la mujer” (1792), “esta última, madre también de otra mujer de gran relevancia, Mary Shelley”, acotó.

“En el siglo XVIII, con la Revolución Francesa surge la demanda de los hombres de ser reconocidos en su dignidad e igualdad, estas mujeres enfocan el tema en la igualdad también para las mujeres”, dijo.

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La investigadora apuntó que a partir de ahí se comienza a gestar este feminismo y llega hasta obras importantes como el “Segundo sexo”, de Simone de Beauvoir, a mediados del siglo XX, pero la reivindicación del 8 de marzo se da con Clara Setkin, en 1908, con la conmemoración del Día de la Mujer.

“Hay intentos de que esta fecha sea distorsionar y quitar el aspecto crítico que tiene haciéndolo una celebración burguesa, convirtiéndolo en un día de celebración y felicitar a las mujeres”, acotó.

Sin embargo, recalcó que se ha podido, desde las mismas mujeres, vencer esta visión frente al contexto de violencia y discriminación que existen, así como la reivindicación pasada y presente de las luchas de las mujeres.

Recordó la lucha de las mujeres por el reconocimiento del voto femenino y cómo, a pesar de que exigieron este derecho de manera pacífica en Inglaterra, sólo fueron escuchadas hasta que radicalizaron sus acciones de protesta, que derivaron en el encarcelamiento de las mujeres que finalmente visibilizaron sus demandas.

“Este hecho de las mujeres que luchan por su voto es importante porque en la lógica y la institucionalidad patriarcal, el llamado siempre es que esas no son las vías para protestar, que no son formas, como les dicen ahora a las jóvenes que rayan paredes, pero no se plantea la solución de fondo”, dijo.

La académica explicó que a pesar de todos los argumentos planteados por las feministas frente los contextos de acoso, hostigamiento y la violencia, no están siendo escuchadas, “no piden aumento de salario o mejora de condiciones en ciertos ámbitos; luchan por su supervivencia”.

Subrayó que si bien, a diferencia de generaciones anteriores, las actuales frente al discurso de los derechos humanos les han permitido reconocerse en su derecho a la dignidad, aún persiste un contexto opresivo para las mujeres, “antes la violencia estaba más normalizada, donde no existía el acceso a la educación o la trabajo”.

Explicó que la permanencia de fenómenos como la trata de personas y que sean normalizadas, hace más vigente que nunca el derecho a reclamar una vida libre de la violencia machista.

Agregó que existe también un fenómeno donde existe un marco legal que podría tender el tema de la violencia contra las mujeres; sin embargo, a pesar de ello quienes operan siguen pensando igual que hace varios siglos.

Señaló que en este marco de conmemoración las autoridades deben dejar de ser sólo declarativas, “hay quienes piensan que con salir a decir que yo no soy macho ya es suficiente, pero se requieren acciones”.

Detalló que, en este contexto, los varones deben tener un papel más proactivo a la hora de cuestionarse a sí mismos, como personas que ejercen la violencia determinados por un contexto, si “sería importante que los hombres reflexionen sobre la ideología machista que desencadena fenómenos como la violencia”.

Consideró que es importante iniciar procesos de educación para transformar ideológicamente y simbólicamente esta cultura del machismo, que rompa con esta lógica y sea el diálogo, el entendimiento mutuo, que es la base de las relaciones de manera horizontal.