Imágenes nuestras | Antes Cereso Francisco J. Múgica, hoy una esperanza para Michoacán

Fundado en el año de 1958, por casi medio siglo el Cereso fue destino de visitas de miles de familia e incluso de la nota roja por los eventos de violencia, fuga y otros fenómenos que le colocaron en el ojo de la opinión pública.

Foto: Samuel Herrera Jr., La Voz de Michoacán.

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. En menos de una década, pasó de ser un espacio de reclusión a ser la esperanza para el desarrollo económico del estado. El predio en el que alguna vez se albergó el Centro de Readaptación Social (Cereso) Francisco J. Múgica es en 2022 la luz al final del túnel dentro de la crisis económica de Michoacán.

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Fundado en el año de 1958, por casi medio siglo el Cereso fue destino de visitas de miles de familia e incluso de la nota roja por los eventos de violencia, fuga y otros fenómenos que le colocaron en el ojo de la opinión pública.

En su momento, llegó a albergar 800 personas privadas de la libertad por delitos del fuero común y en la época de mayor sobrepoblación alcanzó hasta los 2 mil 200 internos, lo que le valió para ser considerado como uno de los penales con mayor sobrepoblación de Michoacán.

Los episodios de fugas, motines y otros conflictos fueron constantes en la cárcel más importante de la entidad, y establecida aún dentro de la ciudad de Morelia. Los encabezados de la prensa local revelaron el creciente problema de la capital michoacana en cuanto a personas privadas de la libertad se refiere.

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Foto, Víctor Ramírez.

Las visitas conyugales y familiares de fines de semana fueron parte de la tradición del Francisco J. Múgica durante más de tres décadas. Madres de familia, esposas, hijos y familia hacían largas filas para ingresar al penal.

Las actividades relacionadas al Francisco J. Múgica se mantuvieron por más de 60 años hasta que en la ciudad de Morelia se reconoció que el recinto estaba rebasado por las cuestiones de urbanismo y atenciones necesarias a las personas privadas de la libertad.

En el libro “Las mujeres olvidadas: un estudio sobre la situación actual de las cárceles de mujeres en la República Mexicana”, publicado en 1996 por el Colegio de México con la autoría de Elena Azaola Garrido y Cristina José Yacamán, se destaca la ubicación del Cereso Francisco J. Múgica dentro de la mancha urbana de la capital michoacana, así como también se describe ya una situación de descuido en las instalaciones y los servicios.

En 2017, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), ya había recomendado el cierre de este Cereso, que se había ubicado en los últimos puestos de las evaluaciones realizadas a los penales del estado. En el informe de un año antes se advertían elementos como falta de mantenimiento, mala distribución de los internos y riesgo al permitir que las personas privadas de la libertad se encargaran de las mismas funciones de la autoridad.

Foto, Víctor Ramírez.

Luego de años de recomendaciones, finalmente en 2018 el traslado de cientos de personas privadas de la libertad al Cereso David Franco Rodríguez sorprendió a los michoacanos. En completa secrecía, decenas de camiones custodiados por las fuerzas estatales y federales custodiaron el traslado de los internos al oriente de ciudad de Morelia.

Tras el cierre de la prisión estatal el destino del predio se puso sobre la mesa. En un primer momento el terreno de decenas de hectáreas se valuó en cientos de millones de pesos e incluso se consideró como uno de los activos que podían sacar a Michoacán del bache financiero entre el 2020 y el 2022.

Luego de años de jaloneos, finalmente se definió que el recinto sería el destino de las nuevas oficinas centrales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), tras el proceso de descentralización ordenado por el presidente López Obrador, lo cual, además, de subsanar los adeudos con la dependencia federal, representa un auge en el desarrollo económico del estado.

Cámaras empresariales estiman una derrama económica de hasta 19 mil millones de pesos para más de 30 municipios aledaños a la capital del estado, lo cual, después de 2 años de contingencia sanitaria representa la puerta de salida de la crisis económica más importante de la historia reciente y un final brillante para un espacio que vivió décadas en la oscuridad.