IMÁGENES NUESTRAS | Templo de la Columna de Cristo, un rincón único en Morelia

En la calle Bartolomé de las Casas, en la zona Centro, es uno de los más longevos centros religiosos de barrio y tiene una activa comunidad

Foto, Samuel Herrera Jr.

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Ubicado en uno de los rincones más coloridos del Centro Histórico de Morelia, el Templo del Cristo de la Columna se mantiene erguido como uno de los grandes vestigios de los barrios de la antigua Morelia-Valladolid.

PUBLICIDAD

El recinto en muchos casos pasa desapercibido para los paseantes, automovilistas e incluso para los turistas; se encuentra en la calle Bartolomé de las Casas, casi a espaldas de la Facultad de Letras, frente a un pequeño jardín que no tiene la afluencia de otros puntos.

La fachada, labrada en cantera rosa rugosa, con una torre de casi 30 metros de alto y arco de medio punto en el acceso principal, compagina con el resto de la arquitectura que dio a Morelia el nombramiento de Ciudad Patrimonio de la Humanidad desde el año de 1991.

A diferencia de otras iglesias y arquitectura del primer cuadro, el Templo de la Columna, dedicado a Cristo Rey, se encuentra enmarcado de verdes jardines, frondosos árboles e incluso flores de temporada que dan uno de los ambientes más frescos de la capital michoacana.

PUBLICIDAD

Al interior, el recinto es pequeño, con una capacidad de no más de 100 personas; por lo general luce lleno para la celebración de las misas y, sobre todo, una liturgia católica enmarcada “religiosamente” en un calendario exacto de fechas y horarios.

Asimismo, un monumento completo a la figura del padre Saturnino recuerda la época en la que el recinto fungió como escuela de religiosos y formador de las mentes del siglo pasado. El altar, presenta al Cristo de la Columna, alusivo al pasaje bíblico en donde Jesucristo abraza a una columna antes de ser crucificado. De lado derecho se encuentra representada María y del lado izquierdo José, quien a su vez sostiene un pequeño niño Dios.

El Cristo en la columna o Cristo atado a la columna es una escena evangélica y un tema iconográfico muy frecuente en el arte cristiano, dentro del ciclo de la Pasión. La escena transcurre en el Pretorio de Jerusalén en el centro de poder romano, dirigido por Poncio Pilato, a donde Jesucristo ha llegado por segunda y última vez, tras su paso por distintas instancias es exhibido ante la multitud.

El Templo de la Columna únicamente celebra misas los jueves a las 5:00 de la tarde, según informa la rectoría del recinto religioso a través de sus redes sociales y cuenta con una nutrida comunidad y feligresía que semana con semana se dan cita para escuchar la tradicional eucaristía.

Además de las celebraciones religiosas, el catecismo y otras actividades con la comunidad forman parte de la tradición del recinto religioso que ha expuesto a talentosos músicos locales. Conciertos de violín, órgano, piano y otros instrumentos se llevaron a cabo por motivo de la Navidad y otras fiestas religiosas durante los últimos meses.

Según la misma información de la rectoría del Templo de La Columna, el inmueble fue construido en 1780 como capilla para esclavos negros de la Hacienda de Guadalupe.

Es una de las 6 capillas de barrio que existen y que además sobreviven en buenas condiciones en la ciudad en Morelia. De 1943 a 1979 fue sede de la Escuela Apostólica Arquidiocesana San Juan Bosco. Actualmente es la sede de la Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis y posee una comunidad activa. La dirección exacta es Bartolomé de las Casas #16, en el Centro Histórico de Morelia.

La vida religiosa de los barrios de la antigua Valladolid sigue latente a través de las iglesias, parroquias y capillas que sobreviven al paso de los siglos y en el caso del Templo de la Columna, la tradición se mantiene a pesar de los problemas de despoblamiento del Centro Histórico, así como la crisis de inseguridad que viven en la zona.

Las bancas metálicas y el inmobiliario atraen día con día a decenas de paseantes que buscan en la zona un espacio bajo la sombra para simplemente pasar el rato, descansar y hasta reponer energía.

Si bien esta pequeña edificación no llega a tener la misma importancia que algunas de las grandes iglesias de la capital michoacana, sí goza de un espacio en la memoria de los morelianos y también de los turistas que la han hecho suya.