Sí arderá el Fuego Nuevo: preparan ritual simbólico para salvar tradición durante pandemia

Tras la cancelación de la ceremonia debido al COVID-19, las comunidades indígenas planean un evento con la mínima asistencia.

Rogelio Arellano / La Voz de Michoacán

Uruapan, Michoacán. La explanada del Museo de los Cuatro Pueblos “La Huatapera” será el virtual escenario para la ceremonia del encendido del Fuego Nuevo Purépecha el próximo 1 de febrero, por parte de los barrios tradicionales de Uruapan, ello luego de la cancelación de esta ceremonia a nivel estatal por acuerdo del Concejo de Kurhikuaeri K’uínchekua junto con la comunidad sede de Comanja, municipio de Coeneo, en la región de la Ciénega de Zacapu, con el fin de evitar cadenas de contagios del coronavirus en esta pandemia de COVID 19.

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Desde luego sería un evento planeado con responsabilidad y no se contempla la asistencia de más de 50 personas. “Serían los 30 Cargueros que conforman el comité de barrios tradiciones de Uruapan, así como las respectivas ireris (reinas) con algunos invitados de comunidades indígenas purépechas vecinas y posiblemente una persona que registre en video y en fotos los momentos que más significativos del ritual, pero no más personas, bajo ninguna circunstancia”, señaló José Durán Ambriz, miembros del Consejo de Barrios.

En los próximos días, abundó, se realizará una reunión de Cargueros de los barrios La Magdalena, El Vergel (Santisima Trinidad), San Pedro, San Juan Evangelista, San Juan Quemado, San Francisco, Santo Santiago, San Miguel y Los Reyes, este último en proceso de rescate, ello con el fin de acordar los pormenores de la ceremonia, lo que incluirá solicitar a las autoridades municipales y del gobierno federal la utilización de la citada explanada del museo bajo resguardo del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).

La Huatápera será el escenario de la ceremonia.

Puntualizó que al interior de este consejo existe la convicción de atender con responsabilidad los llamados de las autoridades de la Secretaría de Salud y del Gobierno del Estado, en cuanto a evitar eventos o acciones que vayan contra las disposiciones para contener las cadenas de contagios del coronavirus, pero también es importante la conservación de las tradiciones y cultura a través de organizar una ceremonia que erradique a su máxima expresión los riesgos en cuanto a la expansión del virus.

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El encendido del Fuego Nuevo Purépecha es una de las principales manifestaciones de la cosmovisión en la mitología de esta etnia, ceremonia ancestral que apenas se recuperó en 1983 y que en esencia se realiza para agradecer a la madre tierra (Nana Kuerajperi) los favores recibidos a lo largo del año que comprende sus propios ciclos productivos, así como para dar paso a la revitalización y dignificación de sus tradiciones, celebración que año con año cambia de sede lo que involucra a lo largo del año una serie de actividades o preparativos.

El entrevistado precisó que ante un escenario en el que no logren acuerdos para que dicha ceremonia se realice en la explanada del museo la noche del 1 de febrero, queda la alternativa de que en cada barrio se desarrolle este evento con atención a las recomendaciones sanitarias de esta contingencia. “Los espacios para el encendido serían determinados por los propios barrios y con periodos de tiempo cortos, pero respetando la esencia del acto ancestral”, sostuvo Durán Ambriz.

Serán actos de responsabilidad hacia la población en general, como ya ha ocurrido en las celebraciones o festividades anuales en cada barrio, donde además de suspenderse los tradicionales recorridos en el 2020, entre otras actividades masivas, se ha optado por ceremonias intimas para preservar las tradiciones y cultura. “Saber y conservar el pasado fortalece nuestra identidad y origen en el presente”, indicó José Durán.

Finalmente indicó que el organizar este ritual en cada comunidad o barrio, atiende la alternativa propuesta por el Concejo de Kurhikuaeri K´uínchekua en cuanto a el acuerdo para que de manera privada o familiar se renueve el fuego desde sus propios espacios u hogares a la espera de un encuentro colectivo en el 2022.