Testimonio | COVID-19 llevó dolor a Cucuchucho, comunidad indígena de Michoacán; cobra dos vidas

Habitantes de Cucuchucho nunca imaginaron que el nuevo coronavirus llegaría hasta el corazón de esta localidad perteneciente a Tzintzuntzan, y no solo eso, sino que también cobraría ya dos vidas.

Imagen: Enrique Santiago, La Voz de Michocán.

Angélica Ayala / La Voz de Michoacán

Tzintzuntzan, Michoacán. La muerte de un joven en la localidad indígena de Cucuchucho, por el COVID-19, dejó al descubierto no solo el dolor de la familia, sino también las fallas del protocolo que aplican las instituciones de salud en estos casos, “las consultas eran mediante WhatsApp a distancia, las medicinas se las entregaban por una rendija de la puerta, cuando se puso más malo fue demasiado tarde para salvar su vida, lo entubaron pero de nada sirvió”, dijo uno de los familiares de Víctor, quien fallecería el pasado martes en la madrugada por el coronavirus.

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San Pedro Cucuchucho es un poblado purépecha que se ubica en la ribera del Lago de Pátzcuaro, no supera los 2 mil habitantes y de acuerdo con el INEGI, sus principales actividades económicas son la producción de artesanías y la manufactura, seguidas del comercio; en este pueblito se puede apreciar aún a las mujeres vestidas con el traje tradicional, y si bien muchos de los pobladores no hablan la lengua nativa, conservan sus usos y costumbres, como es la Noche de Ánimas.

Esta comunidad que se encuentra a casi 10 minutos de la cabecera municipal, Tzintzuntzan, fue la primera en tener contagiados por el COVID-19; el paciente cero fue un hombre que llegó de la Ciudad de México, y quien también fuera la primera víctima de esta enfermedad, la segunda víctima mortal por el coronavirus fue su yerno, Manuel Bruno, quien había tenido el primero contacto a la llegada de su suegro, “él fue por su suegro para traerlo a la comunidad, fue cuando se contagió, pero a mi tío no le hicieron las pruebas del coronavirus porque no presentaba síntomas”, narró su sobrina, Claudia.

“La historia es de mi tío, yo solo soy su voz, para que la gente entienda que esta enfermedad existe, que es real, que la gente muere y que debemos ser conscientes de quedarnos en casa”, narra la joven Claudia, ingeniera en sistemas y que prácticamente huyó de la CDMX por la pandemia, “suponía que en mi pueblo iba a estar más tranquilos, que la enfermedad no iba a llegar acá, yo vivo en la Ciudad de México y pensando que allá corría más riesgo es que me regresé a mi pueblo”, narró sin imaginar que una de las víctimas por el coronavirus sería su tío, hermano de su mamá.

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Durante su relato, la voz de Claudia cambia drásticamente, se puede percibir el enojo, la tristeza, la impotencia y la súplica para que la gente “entienda que no debe salir de casa”.

Su tío, era de profesión maestro y músico, había sido integrante en varias bandas de música e impartido clases en algunas rancherías y poblados cercanos, “las muestras de cariño para mi tío fueron muchas, fue un hombre muy querido y que lamentablemente falleció porque no tuvo la atención médica adecuada”, consideró.

Dijo que hace dos semanas o dos semanas y media Manuel tuvo el contacto con el primer infectado por el coronavirus de la comunidad, “su suegro, cuando se lo detectan le hacen las pruebas a toda la familia, y resultan positivas sus hijas, sin embargo, a mi tío no le hacen la prueba porque no tenía los síntomas, semana y media después empezó a sentirse mal y es cuando le realizan el test y resulta positivo, al igual que su esposa”.

Luego entonces, empezaron con un tratamiento de naproxeno y paracetamol, “las medicinas se las entregaban por una hendidura, no tuvo una atención médica adecuada, cuando se pone más mal y que no podía respirar, llamamos a la ambulancia y todos, todos nos trataron muy mal, como apestosos, llegamos al hospital en Morelia (ISSSTE) y lo entubaron, pero él falleció en la madrugada, nada pudieron hacer, porque desde un principio no tuvo una buena atención médica”, dijo, un pariente cercano de Manuel Bruno, quien pidió omitir su nombre.

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Claudia habla por la familia y durante la llamada telefónica asegura que todos están destrozados: “estamos muy lastimados, mi abuelita (mamá de Manuel) está súper mal, muy triste y todos estamos igual, preocupados también por la familia política de mi tío, porque hasta donde sabemos todos están contagiado, su esposa dio positivo y pues ella era quien lo cuidaba, pero de todo esto vemos que no existe un servicio completo de salud para los casos del coronavirus”.

Tan solo bastaron semana y media para que Manuel perdiera la vida por COVID-19, “falta un apoyo real de las instancias médicas para las personas que están infectadas, yo lo vi con mi tío, no recibió una atención médica adecuada, aunque todos sus familiares están en cuarentena, no es suficiente, se requiere que los protocolos cambien para que se dé la atención que realmente requieren las personas que han contraído esta enfermedad”.

“Todavía estamos asimilando lo que pasó, primero porque esto no es algo que esperas que pase en tu comunidad y porque nos estamos enfrentado a la realidad de que esta enfermedad sí existe, pero también tenemos mucha impotencia con los protocolos de salud, porque todas sus consultas fueron a distancia, nunca un médico lo atendió hasta que fue trasladado a Morelia, pero era demasiado tarde, porque él muere en la madrugada”, detalló, un familiar cercano de Manuel Bruno.

“La respuesta de las instituciones de salud no son las mejores, ¿en serio, solo con naproxeno y paracetamol y con consultas a distancia a través del WhatsApp que le preguntaba cómo estaba?, así no, se debe de tratar a las personas”, consideró el entrevistado, aunque aclaró que la comunidad ha sido muy respetuosa con esta situación, “afuera nos estigmatizan, es necesario dar a conocer a la opinión pública que el sector salud no están dando la atención adecuada”.

Sí hay apoyo a familia, asevera el municipio

El presidente municipal de Tzintzuntzan, Irepan Hernández, mencionó que el protocolo de atención a las personas contagiadas en la comunidad de Cucuchucho, ha sido la establecida por el personal médico del IMSS y de la Jurisdicción Sanitaria, además, de que como Ayuntamiento se les ha apoyado con despensas, mismas que han sido entregadas con todas las medidas preventivas por la dirección de Protección Civil Municipal y del regidor de salud, originario de esta localidad.

Dijo que la coordinación con las dependencias de salud ha sido continua, “estamos trabajando de la mano, esta semana nos reunimos personal del IMSS, Jurisdicción Sanitaria, los directores de los centros de salud de Cucuchucho, Ihuatzio y Tzintzuntzan, y con el párroco de Tzintzuntzan, para seguir trabajando coordinadamente”.

Irepan Hernández señaló que la familia infectada por el virus del SARS-CoV-2, que causa la enfermedad de COVID-19, ha tenido el apoyo con despensas y medicinas.

“No se les ha dejado solos y seguiremos atentos a los requerimientos que necesiten y la misma comunidad se ha mostrado muy solidarios con ellos, también les llevan comida, apoyos”, dijo.

El alcalde aclaró que están aislados en sus casas sin salir ni tener contacto con las demás personas de la comunidad.

Anunció que, en apoyo a las personas más vulnerables en esta pandemia, acordaron con los pescadores de la comunidad de Ojo de Agua, que toda la pesca del sábado será donada y el ayuntamiento los apoyará con hielo y gasolina para que hagan la entrega del producto, además con el apoyo del párroco de Tzintzuntzan, quien hizo una aportación económica, con la cual se complementa la inversión para comprar los trajes especiales para el personal de Protección Civil Municipal, requeridos durante esta pandemia.