Falta de actividad física a causa de COVID-19 detonaría males crónicos, como la obesidad, advierten especialistas

La contingencia debido a la pandemia ha trastornado los hábitos alimenticios y del ejercicio de las personas, lo que tendrá un impacto proporcional en las enfermedades.

Héctor Jiménez / La Voz de Michoacán

El periodo de resguardo social a causa del Nuevo coronavirus (COVID-19), así como los meses posteriores en los que la población no ha retomado totalmente sus actividades al aire libre, pueden generar no únicamente un repunte de personas con obesidad y sobrepeso, sino también complicaciones en pacientes con enfermedades crónicas que mantenían un control de la enfermedad mediante dieta y ejercicio, según previeron especialistas. 

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“Esto va a tener un impacto proporcional en las enfermedades. Al no tener espacio donde la gente pueda caminar, la verdad es que casi nadie hace ejercicio en su casa… No se va a poder llegar a lo que se quiere que es el ejercicio cardiovascular, seguramente vamos a tener un impacto en las enfermedades crónicas y degenerativas. La prevalencia de la diabetes está asociada fuertemente al sobrepeso y la obesidad”

Mario Aguado Arteaga, cirujano oftalmólogo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). 

Sobre esa línea, apuntó que comúnmente existen pacientes que creen realizar ejercicio dentro de los esfuerzos físicos de su vida cotidiana, sin embargo, la recomendación oficial es que se dediquen 30 minutos diarios exclusivamente al ejercicio y de preferencia con una actividad cardiovascular como el que algunos pacientes realizan al caminar o trotar en exteriores.  

“Hay pacientes que nos dicen que caminan todos los días a las tortillas, pero ¿qué creen? Eso no está avalado como ejercicio como tal, hay que dedicar 30 minutos en específico a caminar a una velocidad constante, realmente llevar una frecuencia cardiaca determinada y en específico salir a hacer un ejercicio como tal”. 

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El especialista hizo en énfasis en la importancia de la actividad física, al reconocer que   los cambios de alimentación son difíciles en la cultura mexicana, ya que la gastronomía típica es más rica y más económica, a la par que estrategias como el nuevo etiquetado de alimentos no tendría un impacto significativo en la sociedad, según su punto de vista.   

“Tendría que ver el gobierno no solamente el etiquetar los alimentos, ¿quién le está haciendo caso a las etiquetas? Lo seguimos consumiendo de la misma manera, nada más que hoy vemos que dice “Exceso en azucares” o “Exceso en grasas saturadas”. Las etiquetas para mí no van a tener un alto impacto en el consumo como tal”. 

Finalmente, también recomendó a la población en general que al presentar pérdida de peso o algún otro síntoma de enfermedad, no posterguen su visita al doctor. “A todos nos da temor. Todo lo que implique estar enfermo y en especial de algo grave, nos da temor. Nadie se quiere atender de manera oportuna. Uno se tarda en ir al médico porque da miedo, pero precisamente ese miedo se puede convertir en una enfermedad más severa que sí realmente puede impactar en la vida cotidiana”.

CUARENTENA DE AUMENTO DE PESO

De forma similar, Adriana Paredes, presidenta del Colegio Mexicano de Nutricionistas, apuntó que México ya presentaba importantes cifras de obesidad y sobrepeso tanto de edad adulta como a nivel infantil y, si bien el periodo de cuarentena era una oportunidad de adquirir hábitos saludables, por el contrario, hubo un fenómeno de personas que dejaron de lado sus rutinas de ejercicio y sus esquemas de alimentación saludable.

“Antes de que iniciara esta pandemia, México ya tenía un lugar a nivel mundial en sobrepeso y obesidad y esto lo llega a agravar más. Muchos dejan de hacer actividades, desde que hacen trabajo en casa, dejan ejercicio, dejan planes de alimentación y llega la obesidad. En esta noventena, que fueron casi tres o cuatro meses, sí hubo un aumento de entre seis y siete kilos. Yo tuve pacientes que subieron hasta 10 kilos. Sí es preocupante y más que el peso, son las enfermedades que conllevan como la diabetes, obesidad”. 

Adriana Paredes, presidenta del Colegio Mexicano de Nutricionistas.

En ese sentido, la especialista enumeró algunos conejos básicos como comer diariamente frutas y verduras de temporada, limitar el consumo de productos procesados, preferir la versión descremada de alimentos lácteos, quitar los trozos de grasa visible cuando se come carne, así como añadir legumbres, cereales, frutos secos y semillas a la alimentación, además de destacar que de ser posible es más recomendable acudir con un profesional nutricionista.