Velorios son foco de contagios de COVID-19, alerta Colegio de Médicos de Michoacán

Los familiares que estuvieron cerca del difunto que padecía COVID-19 son los que tienen mayor riesgo de haberse contagiado y de transmitir el virus.

Foto: Archivo.

Héctor Jiménez / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Los velorios de personas fallecidas por el nuevo coronavirus (COVID-19) son uno de los momentos más sentidos durante la pandemia, pero también son un foco importante de infección. El Colegio de Médicos de Michoacán (Comemac) apuntó que, si bien el cadáver puede presentarse con un sellado especial, los familiares que han pasado por un largo camino para llegar a ese punto son los que representan mayor riesgo de contagiar el virus en medio de la convivencia. 

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“Si uno va y está en contacto con las secreciones del cadáver y es un cadáver que tenía la enfermedad activa, probablemente sí se contagie. En cuanto al sellado, es una protección extra, pero les quiero invitar a que se imaginen a la familia que estuvo en contacto con la persona enferma, las personas que estuvieron en contacto con los familiares, la familia que estuvo yendo al hospital por informes, que estuvo yendo a hacer filas por oxígeno, a buscar materiales, medicamentos, etcétera”, expresó Adriana Béjar Macouzet, encargada del boletín del Colegio de Médicos de Michoacán (Comemac). 

De acuerdo con la experiencia de la médica general, el mayor contagio durante los velorios se daría por la posible infección de los familiares de la persona fallecida, quienes probablemente se hayan contagiado del COVID-19 por el contacto con su ser querido o durante la travesía que representan las visitas al hospital, así como las búsquedas de oxígeno y medicamentos. 

“Son sitios donde todas las personas que están ahí pueden hacer filas de más de tres horas en donde ves a cinco personas llorando, sin cubrebocas, moqueando, porque no encuentran oxígeno y se les está muriendo su familiar en el carro. Después de todo eso, la familia llega a un funeral, ¿Quién puede contagiar más, el cadáver o la familia? ¿A quién van a abraza? ¿A quién le van a dar besos? ¿Con quién se van a tomar el café?”. 

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Adriana Béjar Macouzet, médico

En febrero de este año, el caso de las salas velatorias llamó la atención del Comité Municipal de Salud de Morelia pues si bien se tenía permitido un aforo del 50 por ciento en su interior, se identificaron al menos dos casos donde se daban grandes aglomeraciones al exterior con bandas de música como si se tratara de una fiesta. Las autoridades municipales y estatales redujeron entonces el aforo a un 25 por ciento, prohibiendo además la presencia de personas en el exterior. 

Los representantes del Colegio de Médicos de Michoacán reiteraron el llamado a que cada persona asuma la responsabilidad de seguir las medidas sanitarias durante la presente pandemia. “El cubrebocas refleja qué tanto aprecias a las personas de enfrente. El cubrebocas no me está protegiendo al cien por ciento a mí, me está ayudando a que, si yo puedo tener el virus, las gotitas de saliva no alcancen a contaminar”, expresó Efraín Arredondo Santoyo, especialista en medicina intensiva. “Esta pandemia es un reto social para que aprendamos a demostrarnos el cariño y la compañía con la sana distancia, esa es la invitación”, secundó Béjar Macouzet.

VACUNADOS AÚN PODRÍAN SER INFECCIOSOS

En cuanto al proceso de vacunación contra el COVID-19 en profesionales de la salud y adultos mayores, los representantes advirtieron que las personas ya vacunadas aún podrían ser portar y contagiar la enfermedad, así como también criticaron haber creado un nuevo esquema de aplicación cuando históricamente se ha contacto con un sistema de vacunación en México considerado como efectivo.

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“La vacuna tenemos poco tiempo de aplicarla y no sabemos si las personas vacunadas van a ser capaces o no de contagiar, la vacuna protege de la enfermedad, pero no de que uno contagie, así que no es una estrategia para disminuir los contagios”, explicó Béjar Macouzet. 

Mientras que Raymundo Puebla Calderón, encargado de educación continua del Comemac, apuntó que “En México teníamos un sistema de vigilancia epidemiológica que desapareció o lo disminuyeron terriblemente en el 2018. Teníamos un sistema nacional de vacunación con más de 20 o 25 años de experiencia y con la capacidad de poner de 10 a 11 millones de vacunas en una semana. La pregunta es ¿Ahora hay programa nacional de salud? Yo no lo veo. Epidemiológicamente no se están tomando las decisiones que deberían tomarse”.