Notimex / La Voz de Michoacán El líder supremo de la República Islámica de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, dijo hoy que el “virus sionista, el peor mal humano”, será desarraigado de Medio Oriente a pesar de tener apoyo de Estados Unidos. En un discurso televisado por el Día Mundial de Al Quds, con aproximadamente 30 minutos de duración, Jamenei dijo que el mundo cuenta actualmente todas las víctimas de COVID-19, pero olvida quién es responsable de los “cientos de miles de martirios, encarcelamientos y desapariciones” ilegales en Afganistán, Yemen, Libia, Irak, Siria y otros países. Recordó que este día fue instituido por iniciativa del ayatolá Ruhollah Jomeini para que, como un eslabón, “uniese las voces de los musulmanes a propósito de la noble Al Quds (Jerusalén) y la oprimida Palestina”. En dicho marco, recomendó a todos aquellos que apoyan a Palestina recordar que esta es “una causa humanitaria” y no meramente árabe. “Millones de personas son echadas de sus casas, tierras, lugares de vida y de trabajo” con asesinatos y crímenes israelíes. El objetivo de la lucha palestina es la liberación del territorio palestino. Reducirlo a la formación de un Estado en un rincón de ese territorio, “como señalan los sionistas”, evita la búsqueda de justicia, agregó Jamenei. Pidió evitar confiar en gobiernos occidentales y en las organizaciones internacionales que, “de modo visible u oculto”, dependen de Washington e Israel, enemigos de toda “entidad islámica influyente”. El mundo islámico debe vigilar las políticas de estos países porque algunos países musulmanes, “sin saberlo, se han puesto al servicio” de guerras civiles con asedio militar en Siria, Yemen e Irak. Jamenei solicitó que se evite la normalización de ocupaciones ilegales en países de la región. Además, consideró que la lucha palestina debe consolidarse en un “proyecto de referéndum en el que participen todas las comunidades religiosas y grupos étnicos palestinos, como planteamos hace cerca de dos décadas”. El Día Mundial de Al Quds es un evento anual celebrado en Teherán y otros países del mundo cada último viernes del mes santo del Ramadán, instituido por el ayatolá Jomeini en 1979, tras la revolución iraní, para expresar su solidaridad con el pueblo palestino y oposición al control israelí de Jerusalén.
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