Concursar arquitectura

promovamos bases y concursos más atractivos y más abiertos que incluyan siempre a los beneficiarios y a los grupos interdisciplinarios para que logremos soluciones más tangibles y viables en cuanto a vivienda y espacios.

Eduardo Zaragoza

Hace unas semanas recibimos una noticia junto con mi socia de parte de la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana a través del “Comité técnico del laboratorio de vivienda asequible 22.30” en el que concursábamos para el desarrollo del Proyecto Arquitectónico del Prototipo de Vivienda Asequible en Los Pirules, Celaya Guanajuato: había sido seleccionada nuestra propuesta como acreedora del segundo lugar con un reconocimiento y un premio de diez mil pesos.

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Al inicio, nos llenó de entusiasmo y a la vez nos desilusionó no haber ganado el primer lugar de nueva cuenta: no es el primer concurso en el que hemos participado.Estando en todos los que se han convocado con el tema de vivienda colectiva y social en los últimos cinco años y que a nivel nacional apenas son diez el total de ese tipo de concurso. Incluso, tres de ellos han sido convocados por el mismo promotor: el Instituto de Vivienda Municipal de León Guanajuato. Y, de esos tres, en dos ocasiones hemos sido finalistas.

Eso nos hace reflexionar acerca de nuestra participación en dichos concursos debido a varios aspectos: en un principio y hasta ahora, ciertamente nos impulsa el deseo de presentar nuestras ideas sobre este tema tan importante como es la vivienda; también, el deseo de ganar el primer lugar y obtener el reconocimiento social y siempre movidos por la ilusión de que la ideas se pudieran desarrollar hasta su construcción. Por lo cual insistimos enparticipar siempre conpropuestas yaque el tema de la vivienda nos apasiona, la hemos estudiado a fondo (másteren vivienda, Barcelona 2011-2012) y nos ocupa desde hace una década y media.

A la fecha y con todas estas experiencias es necesario detenerse y reflexionarsobre los concursos de arquitectura y en específico los de vivienda social. Que son urgentes y evidentes porque se necesitan generar nuevos esquemas que ayuden a atender este tema y a su vez que detengan la expansión urbana de las ciudades. Pero entanto la academia, los diferentes niveles de gobierno y los colegios de profesionistas no lo consideren como uno de los más importantes generadores de conocimiento y de soluciones a problemáticas urgentes e importantes no solo en Michoacán sino en todo el país.

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Seguirá siendo poco valorada la participación: como es el caso de los colegios de arquitectos observo que omiten incluso al llamado de la Federación para convocar y promover concursos de ideas para la vivienda colectiva y social que es parte de la agenda mundial.Habría que recalcar los beneficios sociales y económicos de convocar a estos concursos, creemos firmemente que lo que está limitando el interés de estos organismos es que en la mayoría no están inmersos ni los beneficiarios de estas propuestas, ni la academia, ni los gobiernos, ni colegios,noestán en contacto directo con los actores sociales y posibles beneficiarios de estas propuestas. Estos últimos serían los que empujarían a mejorar las bases, los premios, los jurados e incluso serían parte de la construcción física de los proyectos y velarían por ellos a través de todo el proceso incluyendo su ocupación; les darían vida a las ideas y serían los principales generadores de la retroalimentación a otros proyectos.

No existe un manual de cómo hacer estas convocatorias; surgen con muy buenas intenciones, pero también hay que decirlo, con el consenso y las ideas de unos pocos. Eso lo vimos reflejado en la convocatoria del concurso de Celaya, ya que en el proceso de este fueron ajustando las bases debido a los comentarios de los interesados en participar.  Celebramos que hayan podido ajustarse en el proceso ya que generó que las propuestas tuvieran esa libertad que requerían para ofrecer las soluciones de la problemática planteada en los objetivos.

Otro aspecto importante es la cantidad de participantes que es proporcional a lo atractivo de los premios: en el caso de Celaya había 5 mil al tercero, 10 mil al segundo y 20 mil pesos al ganador que además se le contrataría el proyecto arquitectónico según presupuesto de conceptos enlistados en la convocatoria más no según aranceles. En este casoel riesgo es más de los participantes que de los convocantes, ya que incluso siendo de los primeros seleccionados son totalmente insuficientes los recursos recuperados.Por esto creemos que se deben generar concursos donde los premios denoten la importancia contenida para el promotorobtener las mejores propuestas, el caso de Celaya que era un concurso único y de convocatoria nacional apenas alcanzó 33 grupos participantes inscritos y habría que saber cuántos realmente mandaron sus propuestas en tiempo y forma.

En relación con el perfil de los participantes y de los jurados, no debería ser exclusivo y solo para los arquitectos en cuanto al tema de la vivienda. Ya que está demostrado que no se ha podido resolver en las últimas dos décadas por esto deberían ser multidisciplinares, deberían incluir a sociólogos, economistas, ingenieros, antropólogos y muchos más ya que el problema a atender no es solo líneas, figuras y volúmenes y estética, sino también el habitar mismo. Ni tampoco exclusivos de grupos gremiales, ya que, en vez de buscar las mejores soluciones a grandes problemas, solo buscamos la participación exclusiva o incrementar el número de miembros de estos grupos.Todo esto, nos llevará a resultados acotados y desde perspectivas muy específicas o limitadas.

La selección de las mejores propuestas debetener como premisa queresuelvan de manera integral la problemática de diseño, no sólo aquellas que estética y funcionalmente satisfagan los requerimientos. Sino también aquellas que generen espacios para la vida cotidiana, que puedan incluir diversidad de usos, usuarios y las propuestas que dada la escasez de recursos sean viables en su construcción y en su futuro mantenimiento.

También, si el objetivo es obtener las mejores ideas, los organizadores y jurados no deberían limitarse a seleccionar una propuesta exclusiva, se podrían generar propuestas híbridas de las que a criterio del jurado sean las mejores. Sin que esto represente para los participantes un problema porque como en muchos de estos concursos lo que se buscan son soluciones a problemas sociales comunes, por tanto, las respuestas se deben de dar en ese sentido.

No tenemos duda de que cada participación en estos concursos deja un gran aprendizaje.Principalmente a los participantes. Muchas veces se refleja en propuestas de proyectos posteriores a encargos particulares, inclusive de otras escalas o con otros programas arquitectónicos, por lo que vemos positivo seguir participando en ellos,no obstante, las bases no sean las mejores, los premios no sean atractivos, pero siempre y cuando en el fondo busquen resolver problemas urgentes, comunes y globales. Lo triste será que sigamos dejando fuera a los beneficiarios y que los posibles grupos multidisciplinarios creativos no participen o dejen de participar por las débiles bases y poco atractivas que sean las convocatorias y los premios.

Finalmente, no dejemos de participar en los concursos, promovamos bases y concursos más atractivos y más abiertos que incluyan siempre a los beneficiarios y a los grupos interdisciplinarios para que logremos soluciones más tangibles y viables.colecciudad@gmail.com