EDITORIAL

No hay justificación para un movimiento armado. Hay instituciones plenas y operando en las regiones en conflicto. El voto de confianza debe seguir depositado en ellas, y si hay errores, omisiones o cualquier situación que afecte a los ciudadanos, esto se debe señalar, también por el bien de todos.

Autodefensas

Era natural la reacción de las personas a las que les dolió el asesinato de Hipólito Mora, así como también era premeditada la respuesta del gobierno del estado, frente a la amenaza del resurgimiento de los grupos de autodefensa en Michoacán. La realidad es que no hay condiciones para que civiles armados asuman funciones de seguridad que debe realizar el estado.

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El fundador de este movimiento fue ejecutado, en pleno activismo de denuncia del crecimiento de los grupos criminales en la tierra que él defendió hace una década. Los audios que se viralizaron de su ejecución confirman que había “cuentas pendientes por cobrarle”. Su astucia ahora fue insuficiente para librar el ataque criminal.

No hay condiciones para el resurgimiento porque el movimiento se contaminó y cualquier grupo que se organice para tal fin seguramente será arrastrado por esos vestigios. El mismo Hipólito Mora lo denunció en su momento: las autodefensas fueron infiltradas por los grupos delictivos, debido a que el movimiento se vendió.

Sin duda hay muchos retos en materia de seguridad en el estado, que quizá despierten ese hartazgo social. Los balazos no son ni serán suficientes para atacar a las bandas criminales, que pareciera nuevamente están ganando terreno, aunque con mayor dificultad por la operación del gobierno. Pero existe un grave riesgo, de que civiles asuman esta tarea y sean cooptados por las gavillas que buscan la manera de legitimizarse o institucionalizarse .

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El gobierno debe hacer su trabajo, las instituciones deben ser mucho más efectivas frente al clamor de la ciudadanía, se debe acortar la brecha de impunidad, y muertes como la de Hipólito Mora Chávez deben ser la razón para que se atienda lo que se deba atender en las regiones en conflicto. Él lo dejó escrito: que su muerte no sea en vano. Y ojalá que así sea, por el bien de todos.

No hay justificación para un movimiento armado. Hay instituciones plenas y operando en las regiones en conflicto. El voto de confianza debe seguir depositado en ellas, y si hay errores, omisiones o cualquier situación que afecte a los ciudadanos, esto se debe señalar, también por el bien de todos.