Incertidumbre

El coronavirus y la realidad alcanzaron de frente a la autoridad federal, que ha tenido una serie de comentarios que no sabe uno si tomarlos a burla o ignorancia.

La Voz de Michoacán

Con 166 mil muertos y los hospitales de medio país colapsados ante la problemática de la pandemia, ¿seguimos pensando que la hemos domado?

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A mediados del año pasado, el zar anti-COVID-19, Hugo López-Gatell aseguraba que México no estaba tan mal, pues la cifra de muertos todavía no era muy alta. En aquel momento calificó trágico el que se pudiera llegar a los 60 mil muertos, algo que consideró que sería el peor de los escenarios posibles.

Cuando se rebasó esta cifra, la argumentación sobre el ‘peor escenario posible’ ya no se retomó y la autoridad federal se limitó a mencionar que la intervención desde el gobierno era positiva, en términos de que hasta el momento el sistema de salud no se había desbordado. Es decir, consideró que era más positivo tener una infraestructura de salud sana, a que los mexicanos resintieran la pandemia, aunque se murieran en casa.

Pero nuevamente el coronavirus y la realidad alcanzaron de frente a la autoridad federal, que desde entonces ha tenido una serie de comentarios que no sabe uno si tomarlos a burla o ignorancia, como el que el semáforo epidemiológico era ya intrascendente cuando la Ciudad de México regresaba a color rojo, o que no era necesario acotar el tema de los arribos extranjeros pues la gente no viajaba enferma, como si el virus mismo se hubiera generado en México el pasado 29 de febrero de 2020.

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El contagio del presidente, demostraría que las mismas medidas que le han hecho seguir y este tema de no usar cubrebocas, entre otras cuestiones, están equivocadas. Pero ya lo dijo Andrés Manuel López Obrador en su último mensaje: hoy más que nunca está convencido de que la ruta que se sigue, con todo y sus 166 mil muertos y los hospitales saturados, es la correcta.

Es evidente que a estas alturas pedirle que reevalúe la estrategia a la Federación es intrascendente, por lo que ya sólo resta esperar que al menos el tema de la vacunación se haga de la mejor manera posible: sin verdades a medias, sin cuentos de que se regalan vacunas y con más certidumbre sobre las dosis disponibles y el esquema a seguir.

No deja de levantar dudas que, si bien es positivo se vacune a los adultos mayores, el gobierno todavía no tenga a la mano las dosis para la segunda inoculación de los médicos y personal de primera línea.