LA CASA DEL JABONERO | Basura electoral

Habría que valorar qué sentido tiene inundar las calles con su basura si de todos modos no hay cambios sustanciales que valga la pena arropar y acompañar desde el electorado

Jorge A. Amaral

Ya por todos lados se ven las tradicionales piezas de propaganda destinada a convertirse en basura electoral: carteles, lonas, espectaculares y todos esos afiches, como las playeras que nadie usará y las gorras que se utilizarán sólo durante el mitin y luego acabarán, junto a las banderas y banderines, en la basura, si no es que tapando alcantarillas para inundarnos en la primera tormenta.

PUBLICIDAD

Vaya dato perturbador: la Fundación por el Rescate y Recuperación del Paisaje Urbano estima que las elecciones federales de 2018 dejaron 20 mil toneladas de basura en la Ciudad de México. Eso es malo, pero viene lo peor, porque se estima que este año sean 25 mil toneladas dado que, aunque las autoridades electorales no lo hayan visto, las precampañas empezaron desde hace como un año. Si eso es la capital del país, multiplíquelo por las 32 entidades de la República. Si en cada estado salieran esas 25 mil toneladas, estaríamos hablando de 800 mil toneladas de basura electoral, pero hay que recordar que hay entidades grandes y pequeñas, estados con más uso de recursos para la propaganda, entidades gobernadas por Morena, donde el gobierno local es el operador político.

Hubo un tiempo en que un amplio porcentaje de los votantes eran analfabetas, entonces había que indicarles por quién debían votar, así que se imprimía la foto del elegido con el logo del PRI para que fuera fácil de identificar en la boleta. Luego vino un tiempo en que, aunque la gente supiera leer y escribir, había que difundir la imagen y las propuestas, ya que no todos los candidatos, sobre todo los locales, tenían acceso a tiempos en televisión y radio o espacio en periódicos, eso era para los candidatos a puestos más elevados, de alcaldes de las capitales para arriba.

Pero en la actualidad casi todo mundo tiene un teléfono celular o televisión en casa, y usted me dirá “es que mi abuelito de 98 años no le sabe a eso”, a lo que yo le responderé que sí, es verdad que el sector de los votantes de más de 65 años es el más grande, con 12 millones 793 mil 205 personas en el padrón electoral, pero eso no lo hace determinante a la hora de la elección, ya que si juntamos 11 millones 388 mil 387 empadronados que tienen de 20 a 24 años, los 11 millones 247 mil 528 de entre 25 y 29 años, los 10 millones 841 mil 717 personas de entre 30 y 24, y los 9 millones 028 mil 359 personas de entre 45 y 49 años de edad, nos da 42 millones 505 mil 991 personas. Ya cómo decida votar cada una es su problema.

PUBLICIDAD

La gran mayoría de esos 42 millones de personas tienen acceso por lo menos a un celular dotado de conexión a internet, por lo tanto, acceso a redes sociales, donde es más efectivo colgar publicidad, eso sin contar plataformas como YouTube, donde cada dos o tres canciones sale un comercial, así como los portales de noticias, que venden por su cuenta y otras veces reciben publicidad que Google pone. No exagero, porque en México, el 72 por ciento de la población tiene acceso a la red. Ejemplifiquemos un poco: ¿por qué los diarios impresos han venido en declive en México y por qué los digitales son los más consumidos? Fácil: todo está al alcance de un toque con el dedo. La sociedad actual es diferente, las dinámicas son otras, por lo tanto, es un auténtico desperdicio de dinero y un terrible daño al medio ambiente generar tales cantidades de basura partidista: plástica y orgánica.

Por otro lado, habría que valorar qué sentido tiene inundar las calles con su basura si de todos modos no hay cambios sustanciales que valga la pena arropar y acompañar desde el electorado. Elección tras elección son los mismos personajes de siempre, sólo se van rotando los cargos, sobre todo si hablamos de diputaciones y senadurías. La ciudadanía sólo les sirve para llenar plazas y votar, somos meros espectadores porque la participación está reservada a los mismos de siempre o a quienes tienen buen padrino y dinero para invertir en campañas. Entonces no tiene ningún sentido tirar a la basura tantísimo dinero que en un porcentaje sale del erario público y la otra parte vaya usted a saber de dónde provenga.

Por cierto, y hablando de desperdiciar dinero: pintas, playeras, carteles, sobreexposición en medios, boletines reportando todos los días el avance de la recaudación por concepto de refrendo vehicular sólo para que se hablara de él, ¿y en qué quedó?: Luis Navarro no será candidato a presidente municipal de Morelia porque va Carlos Torres Piña. Luis Navarro es empresario (produce, genera) y ha hecho un papel decente en el gobierno del estado, Torres Piña ¿de qué puede presumir que no sea venir desde el PRD confirmando que vivir fuera del presupuesto es vivir en el error? Se lo dejo de tarea.

Guerrero impune

Una de risa: la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, reconoció a la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, por haber aceptado la renuncia de los secretarios estatales de Gobierno, Ludwig Marcial, y de Seguridad Pública, Rolando Solano, así como la petición de remover a la fiscal local, Sandra Luz Valdovinos. Aquí viene el chiste: la funcionaria federal reconoció el supuesto compromiso de la gobernadora “con la justicia, la transparencia y el combate a la impunidad”, esto en torno al asesinato de un normalista a manos de un agente de policía. Al rato volvemos con la impunidad.

El asesinato de Yanki/Yanqui/Yanky/Yaqui (ya ni sé) Kothan Gómez a manos de un policía, pese a lo mediático que se ha vuelto, no es ni lo más grave que ocurre en ese estado ni lo más alarmante, sólo es la punta del iceberg.

Claro que la muerte del normalista es producto del abuso de autoridad, pero su mediatización obedece a otros factores: el simple nombre “Ayotzinapa” suena fuerte cuando de abusos se trata y hay 43 poderosas razones para ello; por otro lado, estamos en tiempos electorales, allá gobierna Morena y a la oposición eso le encanta. Pero más allá de eso, ese estado está sumido en la narcoviolencia y Kothan Gómez fue una víctima más.

Guerrero, históricamente sumido en la pobreza y con zonas totalmente marginadas, siempre ha sido escenario de abusos, y si no me cree, pregúntele a cualquier persona ya mayor que conozca zonas rurales de ese estado qué pasaba cuando los soldados llegaban a las localidades en las décadas de los 70 y los 80, por eso aprendieron a desconfiar más de un soldado que de un narcotraficante.

Gracias a la pobreza, la marginación y la corrupción, esa entidad vive bajo el control de más de 20 grupos delictivos que imponen su ley a todos los sectores: controlan precios y servicios, ponen mandos policiacos, nombran alcaldes, designan diputados, y de Evelyn Salgado no se podía esperar mucho: ella sólo entró como prestanombres de su papá, Félix Salgado Macedonio, quien no tiene una imagen precisamente intachable.

Por eso, aunque tras lo sucedido con el normalista renuncien todos los secretarios del gobierno de Guerrero, de nada sirve porque los que verdaderamente le hacen mal a ese estado siguen operando en total impunidad. Ni siquiera con la renuncia de la gobernadora se solucionaría la crisis que vive el estado, así que desde el gobierno federal pueden seguir defendiéndola y sosteniéndola en el cargo, no vaya a ser que se piense que hay ingobernabilidad en un estado donde los homicidios aumentaron 24 por ciento sólo en 2023.

En el gobierno federal, en lugar de reconocer a Evelyn Salgado por aceptar la renuncia de funcionarios, deberían hacerle un fuerte llamado de atención por el desorden que tiene: según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, del 1 de enero al 31 de diciembre de 2023 se cometieron mil 401 homicidios dolosos, aunque la Fiscalía estatal reporta mil 408. Pero, a raíz de una solicitud 120203124000021 realizada por Infobae mediante la Plataforma Nacional de Transparencia, la Vicefiscalía de Investigación informó que, en todo el año pasado, de mil 171 carpetas de investigación abiertas por ese delito, sólo 12 investigaciones fueron judicializadas con detenido. ¿Le parece grave? En todo 2023, la Fiscalía guerrerense no esclareció una sola investigación abierta, registrando cero sentencias condenatorias, lo que pone en evidencia una impunidad del 100% en los homicidios.

Entonces, usted diga: ¿se justifica que la titular de la Segob reconozca el compromiso de la gobernadora “con la justicia, la transparencia y el combate a la impunidad”? Es cuánto.