PUNTO NEURÁLGICO | Macedonio y la polarización

Estamos en medio de una de las peores crisis que la humanidad hubiera enfrentado en muchísimos años, una pandemia terrorífica a la que los expertos todavía están analizando y enfrentando desde diferentes trincheras, en medio de una sociedad mundial también dividida por los intereses de la ganancia…

Luis Sigfrido Gómez Campos

Debemos insistir hasta el cansancio de que esa idea de polarización de la sociedad no le hace bien a nadie; que la división entre ricos y pobres, chairos y fifís, conservadores y revolucionarios, buenos y malos, es engañosa y absurda; que la descalificación grosera de uno y otro bando en las redes sociales no aporta ninguna solución, sino que, por el contrario, contribuye a un enturbiamiento del ya viciado clima social que no nos conduce a nada. Esto debe parar.

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Debemos repetir hasta el cansancio que la realidad de una sociedad plural como la mexicana no debe verse solamente en blanco y negro, sino bajo la óptica de una amplia gama de matices que le dan esa riqueza especial que nos caracteriza y nos hace ser lo que somos: mexicanos que debemos aportar lo mejor que tenemos en los momentos en que la adversidad se ensaña con todos.

Estamos en medio de una de las peores crisis que la humanidad hubiera enfrentado en muchísimos años, una pandemia terrorífica a la que los expertos todavía están analizando y enfrentando desde diferentes trincheras, en medio de una sociedad mundial también dividida por los intereses de la ganancia, ya política, ya comercial, que no aporta soluciones globales humanitarias.

En medio de esa terrible realidad estamos inmersos, con una problemática doméstica de violencia, corrupción, miedo, confusión, ignorancia, miseria, ceguera, resentimientos, exigencias, reclamos y una larga cauda de etcéteras que contribuyen a oscurecer la perspectiva nacional tan urgida de aportaciones inteligentes y de buena fe.

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El panorama político electoral, lejos de contribuir a esclarecer el futuro de nuestra nación, nos presenta un horizonte plagado de personajes raros que incursionan en la política nacional por una mera estrategia pragmática de querer ganar votos a cualquier precio. Lamentablemente, el bajísimo nivel de nuestra cultura política se presta para que estos personajes participen en el escenario político y, en muchas ocasiones, lleguen incluso a ocupar lugares que no les corresponden. Ni Carmen Salinas ni Cuauhtémoc Blanco, debieron ocupar jamás espacios políticos en nuestro país, sólo por poner un ejemplo.

Ahora, personajes como Paquita la del Barrio; Quico, el cómico que salía con el Chavo del Ocho; los futbolistas Jorge Campos, Adolfo Ríos, “El Fofo” Bautista; el cantante Vicente Fernández junior y la ex miss universo Lupita Jones, están buscando contender para un cargo de elección popular en las elecciones del próximo 6 de junio. Los luchadores Tinieblas, Blue Demon Jr. y Carístico, también buscarán una alcaldía en ciudad de México, y pretenden contender y gobernar (si es que llegan a ganar), con todo y máscara. Todo esto parece una broma de mal gusto que nos juega la vida a los mexicanos, pero lamentablemente, es cierto.

A muchos les parece gracioso, pero resulta verdaderamente triste que en la realidad mexicana se tenga que echar mano de estos personajes para tratar de ganar votos y conservar espacios políticos. ¿Será cierto que algunos de estos personajes de la farándula tienen más que aportar que muchos de nuestros políticos a la vida nacional? ¡Por supuesto que no! Existen mexicanos mucho más valiosos, pero, lamentablemente, menos rentables en términos pragmáticos para obtener resultados a la hora de conseguir votos.

Caso aparte es el de Félix Salgado Macedonio, a quien, el jueves por la noche, la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena resolvió quitar la nominación a la gubernatura del estado de Guerrero, instruyendo la reposición del procedimiento de evaluación de perfiles para la selección de candidata o candidato. Todo esto, en un marco de protestas de los grupos feministas que manifiestan su repudio a la postulación de dicho personaje debido a las acusaciones por violación que existen en su contra en la fiscalía de Guerrero.

Sin embargo, Morena no cierra la puerta totalmente a Félix Salgado para que pueda volver a contender nuevamente a dicho cargo, pues se declararon infundados los agravios de violencia política de género y de fama pública y, por lo tanto, se dejan a salvo sus derechos políticos.

Considero poco probable que, una vez instruida la reposición del procedimiento de selección de candidato para el gobierno de guerrero, el partido Morena insista en postular al mismo candidato. Ya lo dije: Félix Salgado Macedonio podría ganar la gubernatura de Guerrero, pero a un costo político demasiado alto para su partido, al cual le debería interesar ganar la mayoría en la cámara de diputados, más que sostener, contra viento y marea, a un candidato con tamaño desprestigio.

Salgado Macedonio es un personaje que, independientemente de que judicialmente se compruebe o no su responsabilidad penal en los hechos que se le imputan, encarna todo lo negativo contra lo que han luchado las feministas durante muchos años.

Este, y otros asuntos electorales, políticos, económicos y sociales, de nuestro país, deberían resolverse por la vía de la inteligencia, la buena fe y la discusión abierta, franca y razonada, desterrando los arrebatos de la pasión y el fanatismo político que divide a los mexicanos.

luissigfrido@hotmail.com