SECRETO A VOCES | Empresarios, resistentes a la 4t

Los políticos se dividen en dos, los que confían en que la mano del libre mercado debe ser la encargada de distribuir los beneficios entre la sociedad y la que cree en la revalorización de la actividad empresarial ante la sociedad, Ambas corrientes, han sido las palancas de la derecha-conservadora mexicana.

RAFAEL ALFARO IZARRARAZ

El posicionamiento de grupos empresariales en México durante la época neoliberal se debe mirar en el contexto de una estrategia a nivel mundial del capital por recuperar la hegemonía política que habían parcialmente perdido ante la URSS. Y la estrategia fue incrementar su poder económico y su presencia social en el lugar en donde se decide sobre la cosa pública: el gobierno y el Estado.

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Los empresarios mexicanos se avisparon y apoyados por la llegada al poder de una corriente de economistas formados en las universidades neoliberales norteamericanas promovieron la reforma de la constitución para favorecer la acción empresarial desde el gobierno y terminar con el Estado benefactor al que calificaron de ineficaz. Esa relación con el proyecto neoliberal de occidente, EU e Inglaterra, hacen que hoy piensen que en EU los pueden proteger de algunas de sus pillerías.

Los empresarios, como clase, promovieron estrategias para debilitar el Estado, impulsando a los suyos al interior del gobierno, modificando la constitución, adquiriendo las empresas del Estado, fomentando instituciones de crítica a los gobiernos mientras por otro lado se beneficiaban de los efectos (tipo Claudio X. González en México con agrupaciones como Mexicanos Contra la Corrupción), transformando la educación y comprando a intelectuales que los apoyaran.

De acuerdo a un texto que hemos consultado de Alejandra Salas Porras (ver Corrientes de pensamiento empresarial 1 y 2), los empresarios mexicanos están divididos en dos corrientes: las neoliberales que confían en que la mano del libre mercado debe ser la encargada de distribuir los beneficios entre la sociedad, mientras que la otra, la social cristiana apunta a un tipo de empresariado más proclive a revalorizar la actividad empresarial ante la sociedad. Ambas corrientes, en última instancia, han sido las  palancas de la derecha-conservadora mexicana.

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La verdad es que muchos de ellos son lo mismo y las fronteras que los separan se borran cuando se trata de defender sus intereses, estamos hablando de empresarios como Lorenzo Servitje, el “Diablo” Fernández, dueño de las tiendas Oxxo, los claudios X.  González, padre e hijo, Ricardo Salinas Pliego, entre otros tantos, que controlan instituciones educativas como el Tecnológico de Monterrey, el ITAM, la Universidad Iberoamericana, la Anáhuac, a través de las cuales promueven sus creencias.

Controlan organizaciones empresariales elitistas como el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN), el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), el Consejo Nacional de Publicidad (CNP) que hacía campañas contra la corrupción cuando los empresarios que la conforman no pagaban impuestos y se beneficiaban de las corruptelas dentro de las instituciones gubernamentales. Otras más conocidas son la CONCAMIN y CONCANACO.

Los intelectuales, dice Salas Porras, anteriormente críticos a las políticas del Estado benefactor fueron cooptados por los empresarios y las políticas neoliberales que aplicaron los estados nacionales en el mundo y Latinoamérica. Entre ellos el escritor Mario Vargas Llosa y Hernando de Soto, en Perú; Gabriel Zaid, Octavio Paz y Enrique Krauze, en México. Podríamos añadir a Fernando Henrique Cardozo, en Brasil, que llegó a la presidencia.

Algunos empresarios ocuparon puestos de alto nivel en todos los gobiernos neoliberales en México pero también a nivel estatal y municipal. El mismo presidente Vicente Fox, que pasó de la presidencia de la Coca-Cola a la Presidencia de México. Contó con la colaboración de Carlos Abascal Carranza, quien fue Secretario de Gobernación. No es extraño que al llegar esos empresarios a ocupar puestos estratégicos dentro de la administración pública federal, se haya desatado la corrupción en México como nunca.

La mayoría de ellos fueron los grandes beneficiarios de las estrategias mundiales  que aplicaron a nivel nacional para reposicionarse económicamente a costa del Estado y del erario público.La clase empresarial mexicana es muy heterogénea en la medida en que se trata de un empresariado de un país cuya economía no es una de las más importantes del mundo.Pero igual no es un sector poderoso: controlan banca, minería, refresquera, telefonía digital, comercio, empresas cementeras, alimentos, transporte, parte de la producción agrícola y el comercio.

El paraguas que significó las estrategias neoliberales a nivel mundial significó un lazo imposible de romper en el caso de México entre la clase empresarial mundial y local, estimulada por las estrategias gubernamentales de potencias económicas inglesas y estadounidenses. Lo que explica la resistencia empresarial a los nuevos tiempos.