Usted puede hacer lo que quiera

Ha muerto Luis Echeverría, uno de los expresidentes de México cuya reputación estaba y estará por los suelos,, ya que se le atribuyen algunos de los peores asesinatos políticos, ocurridos en México en el siglo XX, como la matanza de estudiantes en Tlatelolco, en 1968.

 “No hay mal que dure 100 años…”

Dicho popular

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Y así fue... el expresidente Luis Echeverría murió este fin de semana, a los 100 años de edad. Un presidente a quien se le atribuyen algunos de los peores asesinatos políticos, ocurridos en México en el siglo XX, como la matanza de estudiantes en Tlatelolco, en 1968. En el 2009, un juez dictaminó que Echeverría no podía ser juzgado por cargos de genocidio, y las últimas décadas las pasó recluido en su casa, sin una vida pública registrada. Su muerte no tuvo los honores de otros expresidentes mexicanos, y más bien, una muy sencilla ceremonia acompañado solo de sus familiares; en Twitter, una etiqueta destacada (o hashtag) es: #EcheverriaGenocida con comentarios acerca de uno de los peores gobiernos que han marcado la historia  de  nuestro  país;  sin embargo,  Echeverría  se  fue viendo que en México el populismo sigue vigente.

¿Es recurrente hablar de los expresidentes? Pues para López Obrador sí lo ha sido, y mucho, durante su gobierno. Aunque sabemos que algunos son sus favoritos, sobre todo cuando se trata de relacionarlos con el régimen conservador, los traidores a la patria, los neoliberales o los fifís. Cinco expresidentes siguen vivos: Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto, unos más activos que otros, pero todos, en la memoria cercana de López Obrador. A Zedillo lo mencionó hace apenas unos meses cuando el expresidente calificó como un “desastre” la gestión de la pandemia del Covid por parte de los gobiernos “populistas e ineptos de América latina”, sin referirse en particular a México. A lo que Amlo respondió: “¿Quién es Zedillo?” remarcando que fue el responsable  de  convertir  la deuda pública en privada, a través del Fobaproa. Sin embargo, Zedillo ha sido el expresidente menos mencionado en los discursos de López Obrador. Sus favoritos han sido Fox y Calderón, a quienes ha culpado en reiteradas ocasiones, desde antes de su administración, al ser responsables de los fraudes electorales  del  2006  y  2012, promoviendo un juicio político contra los expresidentes, a través de una consulta popular; además de poner fin oficialmente a las pensiones que éstos recibían.

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Fue sorpresa nacional que, la semana pasada se mencionara a través del director de la Unidad de Inteligencia Financiera, Pablo Gómez, una investigación en contra del expresidente Peña Nieto además de sus familiares y colaboradores cercanos, por manejo de fondos ilegales y actos de corrupción. Veremos en qué terminan estas investigaciones y si, las constantes acusaciones y menciones de expresidentes se convierten en asuntos penales o quedan solamente en los tuits entre unos y otros.

Acerca del tema, le recomiendo escuchar la última canción de la banda Molotov, que se titula “No olvidamos”, en la quela crítica social y la ironía son claves para el repaso de los últimos sexenios presidenciales, señalando la corrupción, los excesos y los errores que hemos vivido en las décadas recientes.

Tocamal@yahoo.com