¿Cuál es la diferencia entre los síntomas del COVID-19 y una alergia?

Los síntomas de una alerggia pueden ser parecidos a los de el COVID-19, sin embargo la población con problemas respiratorios no debe alarmarse de más, pues se pueden diferenciar los padecimientos.

Imagen: Elizabeth Zavala / La Voz de Michoacán.

Redacción / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. En el escenario provocado por la pandemia mundial, los estornudos y la tos han provocado alarma en las personas que sufren alergias, entre ellas al polen, aunado a la desinformación y las políticas públicas que no hablan de este tema, la población vulnerable es especialmente susceptible a la información sobre el virus,

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Aunque la puerta de casa lleve sellada varias semanas, afuera la naturaleza cumple su calendario, y "sus efectos en las personas con alergia y asma bronquial son similares a los síntomas del coronavirus: tos seca, lagrimeo, picor nasal, sensación de fatiga, dolor de cabeza, sequedad y, en muchos casos, disnea o dificultad para respirar e incluso pérdida de sabor y olfato", avanza el doctor Javier Subiza, especialista en alergología e inmunología clínica. El confinamiento, lejos de conseguir que amainen estas patologías, hace que se presenten con la carga de la posibilidad de infectarse por la pandemia.

Desde el inicio de esta pandemia, Subiza optó por cerrar su clínica con el fin de evitar contagios en las salas de espera, en las que las toses y estornudos son habituales. Mientras dure el estado de alarma, las consultas se atienden telefónicamente y, como era de esperar, en estas últimas semanas la demanda y dudas no aminora.

Síntomas de la alergia

Generalmente, una distinción inequívoca de una alergia al polen es que los síntomas se recrudecen cuando el paciente está al aire libre, cosa poco probable ahora con el aislamiento. Además, remiten con cierta rapidez con un antihistamínico tópico u oral. Es una manera bastante segura de distinguir los síntomas, pero la principal diferencia con el coronavirus es que, salvo que se complique con una sinusitis aguda, no hay fiebre ni, generalmente, problemas digestivos.

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Según Subiza, tanto el confinamiento como la calidad del aire que tenemos esta primavera en las ciudades está ayudando a aliviar los síntomas, pero no debemos despreciar los niveles de pólenes, ácaros, irritantes, epitelios de las mascotas u hongos de las basuras y comidas que se concentran en el hogar. El encierro, en este caso, se convierte en arma arrojadiza contra las alergias y el asma bronquial.

Las medidas de limpieza e higiene deben ser, ahora más que nunca, concienzudas: desinfectar los objetos (móviles, teclados, pomos...) y las distintas áreas del hogar, desechar los pañuelos usados en recipientes cerrados, lavar las sábanas y ventilar bien la casa. En general, una buena limpieza va a favorecer que no se compliquen las patologías alérgicas.

El doctor hace una llamada de atención a los fumadores que salen al balcón a fumar. Ese humo del tabaco, que se conoce como de tercera mano y que pasa desapercibido, acaba convirtiéndose en uno de tantos irritantes que agudizan el asma y la rinitis.

Un trabajo reciente realizado en Wuhan, con 140 pacientes infectados, indica que su riesgo de contagio no es mayor, aunque son necesarios más estudios. Sus vías respiratorias son más vulnerables a las infecciones broncopulmonares, sobre todo víricas. En caso de contraer el coronavirus, podría desestabilizar el asma del paciente si no está bien controlado y agravar el proceso de inflamación. Por eso Subiza aconseja cumplir estrictamente con la medicación y contactar con su médico si observan que necesitan ajustar el tratamiento, ya que una leve inflamación deja a los bronquios más expuestos a cualquier infección respiratoria.

Poco a poco, la investigación permite ir sabiendo algo más de la Covid-19. De momento, es importante tener en cuenta que otros coronavirus agudizan los episodios y ataques de asma. Es un motivo más para que el paciente asmático extreme las recomendaciones generales de prevención del contagio del coronavirus: lavarse las manos con frecuencia, seguir el aislamiento y distanciamiento social, evitar el contacto con personas que presenten síntomas, no tocarse los ojos, la nariz ni la boca, no compartir utensilios de higiene o comida y procurar no acudir a zonas de alto riesgo como los centros sanitarios.

El doctor Subiza no se cansa de tranquilizar a la población que necesita mantener a raya el asma: "Los corticoides no solo no reducen la inmunidad, sino que su uso previene un empeoramiento de la infección vírica o una complicación por infección bacteriana. Lo principal es asegurarse de que el asma esté bajo control", subraya.

Con información de elpais.com