¿Realmente le funciona a México detener a familiares de capos de la droga? Analistas responden

Hay pocas pruebas que sugieran que decapitar a las organizaciones de esta manera tenga un impacto significativo en el desarrollo de sus operaciones

Redacción / La Voz de Michoacán

Con la detención del hermano de uno de los principales líderes de los cárteles, las autoridades mexicanas vuelven a recurrir a una estrategia a menudo ineficaz, centrada en el debilitamiento de organizaciones narcotraficantes a través del arresto de familiares.

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El 22 de abril, el Ejército Mexicano detuvo a Abraham Oseguera, alias Don Rodo, en Autlán de Navarro, Jalisco, bajo sospecha de lavado de dinero y narcotráfico, según informó la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Oseguera es hermano de Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y uno de los criminales más buscados por Estados Unidos.

Días después del hecho, la Procuraduría General de la República informó que Oseguera está acusado de delitos de narcotráfico y posesión de armas.

Pero no es la primera vez que es detenido. Según registros estadounidenses, Oseguera cumplió condena en California a mediados de la década de 1990 por tráfico de heroína antes de ser puesto en libertad y deportado a México.

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Además, no es el primero de los hermanos del Mencho en ser arrestado. Otro hermano, Antonio Oseguera, alias El Tony Montana, fue detenido en Guadalajara en diciembre de 2022 por blanqueo de capitales y otros cargos relacionados con narcotráfico y al CJNG. Por estos hechos, Montana ha sido formalmente acusado en Estados Unidos. Este también había cumplido condena en Estados Unidos por cargos de narcotráfico que se remontan a finales de la década de 1990.

Otro de los miembros de la familia que han sido detenidos es Rubén Oseguera González, alias El Menchito, hijo del Mencho. Oseguera González había sido designado como una de las cabezas del CJNG y capturado por primera vez en una operación militar a gran escala en Guadalajara en enero de 2014. Fue liberado antes de ser recapturado en julio de ese año y seis años después fue extraditado a Estados Unidos.

La hija del Mencho, Jessica Oseguera González, también fue detenida en Estados Unidos en febrero de 2020 cuando asistió a la comparecencia de su hermano ante el tribunal. Fue puesta en libertad en abril de 2022.

La esposa del Mencho, Rosalinda González Valencia, fue detenida en México acusada de lavado de activos en noviembre de 2021. Antes de conocer al Mecho, González Valencia ya era parte activa de esquemas de narcotráfico con sus hermanos, Los Cuinis. Aunque fue condenada a cinco años de prisión a finales del año pasado, su caso actualmente peligra, lo que ha sacado a la luz especulaciones sobre su posible regreso a la libertad.

En total, cerca de media docena de familiares del Mencho se encuentran detenidos.


Golpes duros pero momentáneos: analista

La detención de Abraham Oseguera -la última en tocar el círculo familiar de El Mencho- parece formar parte de una estrategia popular, pero a menudo ineficaz, empleada por los gobiernos para debilitar grandes organizaciones narcotraficantes basadas en clanes, empezando por los familiares de los cabecillas, según un reporte de InSight Crime.

Hay pocas pruebas que sugieran que decapitar a las organizaciones de esta manera tenga un impacto significativo en el desarrollo de sus operaciones. Además, contradice las estrategias de negociación donde las fuerzas de seguridad ofrecen inmunidad a los familiares de los narcotraficantes a cambio de su cooperación en investigaciones criminales.

Además de la familia del Mencho, las autoridades mexicanas y estadounidenses también han perseguido a familiares del conocido líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, tras la condena y cadena perpetua del capo en 2019.

Esa persecución ha incluido el encarcelamiento de la operadora del Cártel de Sinaloa y esposa de Guzmán, Emma Coronel, quien se declaró culpable de cargos de narcotráfico en Estados Unidos en junio de 2021.

Las autoridades también persiguieron a los cuatro hijos del Chapo, conocidos colectivamente como Los Chapitos, que heredaron una importante facción del Cártel de Sinaloa tras la caída de su padre. Uno de los hijos, Ovidio Guzmán, fue capturado a principios del año pasado y extraditado rápidamente a Estados Unidos.

Pero aunque la extradición del Chapo y el posterior proceso contra uno de sus hijos provocaron que la violencia se extendiera por todo el estado, el impacto a largo plazo sobre el Cártel de Sinaloa como organización ha sido escaso. El Cártel de Sinaloa sigue siendo una de las redes criminales más poderosas del mundo, según el gobierno de Estados Unidos.

Asimismo, es poco probable que la reciente detención del hermano del Mencho afecte la rápida expansión del CJNG por México. Combinados, el Cártel de Sinaloa y el CJNG dominan el transporte de cocaína y drogas sintéticas hacia el mercado estadounidense.

Aunque a menudo se trata de operaciones familiares, las organizaciones de narcotraficantes modernas también están ahora estructuradas más como franquicias que como corporaciones y están preparadas para absorber los retos de liderazgo provocados por la detención de parientes cercanos. Muchas de sus células operan de forma relativamente local e independiente, lo que las protege de la pérdida de sus principales líderes y facilita su expansión territorial.

En el último caso de detención al interior de la familia Oseguera, Alberto Islas, analista de seguridad y fundador de Global Leading Solutions, dijo que representa un duro, pero momentáneo golpe local al CJNG, y los obligará a reacomodar sus acuerdos.

“Genera problemas a la organización, temporalmente, y los golpea financieramente. Pero el efecto no es sostenido y se recuperarán o encontrarán otro camino”, dijo Islas a InSight Crime.

Por otra parte, los gobiernos de la región tampoco han variado en gran medida su enfoque en la lucha contra el narcotráfico, ni siquiera ante la falta de resultados tangibles.

En Colombia, por ejemplo, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) siguen siendo uno de los grupos criminales más fuertes del país, a pesar de los intentos de las autoridades por capturar a familiares de su líder, Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel. A partir de 2015, las autoridades colombianas y estadounidenses persiguieron a Otoniel y a miembros de su familia, entre ellos su hermana y su primo, antes de capturar finalmente al propio Otoniel.