El socavón de Puebla no para de crecer, como el miedo entre los campesinos de la zona

La casa más cercana se ha derrumbado, mientras otras viviendas y terrenos enfrentan un destino incierto

Redacción / La Voz de Michoacán

Puebla. Para los campesinos que tienen sus tierras de labor junto al área afectada por el surgimiento del socavón, todos los días surge la duda y el temor de qué pasará con sus cultivos y sus viviendas.

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Miguel Flores y su esposa Ofelia Romero, desde lejos solo observan el cerco de seguridad que han montado las autoridades para evitar poner en riesgo a la población, pero viven en la zozobra de qué es lo que pasará con sus tierras.

En entrevista con El Universal, la señora Ofelia refiere que por las noches continúan escuchando que la tierra “truena” y tiene miedo que el socavón siga creciendo a tal grado que alcance su campo.

Su casa está asentada cerca del río Metlapanapa y hasta ahora las autoridades no les han dicho nada, pero ella teme que el hundimiento se haga más grande, se desborde y llegue hasta el río, entonces no solo afectará a sus cultivos, sino también a su casa.

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“Sí nos da miedo (el socavón), porque vemos que se está abriendo más, nos da miedo que se vaya a reventar y desbocar en el río y nuestra casa está junto al río; pero nuestra agua está clara y no tiene olor a nada”, comentó.

Como ha pasado desde el primer día que apareció este hundimiento, ella acude al sitio diario para observar qué tan grande se va haciendo.

En ese mismo lugar se ha instalado un campamento de la organización Pueblos Unidos, formado por habitantes de Santa María Zacatepec que exigen el retiro de la planta de agua Bonafont, a la que hacen responsable de la sobreexplotación del recurso.

En ese sentido, la señora Ofelia reconoce el trabajo de los manifestantes, pues asegura que cada año, durante esta temporada de calor, baja el nivel del agua de los pozos artesanales que tiene cada familia, pero a raíz de que la empresa dejó de laborar por el plantón de pobladores instalado en sus puertas, cuentan con más del líquido.

Como ejemplo citó que obtenía uno o dos botes de agua al día de su pozo, pero desde que cerró Bonafont ya obtiene más agua, la cual dijo es muy clara.

Durante la entrevista, su esposo Miguel Flores se ha quedado con los brazos cruzados y por su mente solo hace cuentas de lo que ahora tendrá que gastar para tratar de salvar algo del campo, pero primero quiere saber si tendrá permiso de ingresar, ya que son 20 metros por 150 lineales los que cultiva, a tan sólo 400 metros de distancia del socavón.

Por ser terrenos de cultivo de temporal, dijo que esperaban las primeras lluvias para iniciar la siembra, principalmente de maíz, pero con el cerco de seguridad, las autoridades ya no le dejaron pasar.

Ahora espera poder sembrar cebada, para lo cual gastará más de cinco mil pesos, y que ese cereal sirva como alimento para la engorda de sus animales, solo así poder hacerse de un ingreso.

Al respecto, Luis Aguas Méndez, comisariado ejidal de Santa María Zacatepec, en el municipio de Juan C. Bonilla, dijo representar a 13 familias afectadas por la pérdida de sus cultivos con la aparición del socavón.

En la primera reunión que tuvieron con el gobernador Miguel Barbosa Huerta, mencionó que fue la familia Sánchez Xalamihua la primera en intervenir.

El gobernador -dijo- le ordenó al presidente municipal encontrar un predio para reubicar a la familia, y una vez que esté listo, será la Secretaría de Desarrollo Social la responsable de otorgar los materiales para construir la vivienda, aunque se desconoce si será igual al valor de la vivienda afectada.

“La visita del señor gobernador da confianza y es un aliciente para el gremio ejidal y para toda la ciudadanía. Estaremos en contacto con las secretarías que ya nos mencionó y les hizo la encomienda para que nos atiendan”, dijo aun portando un folder con una serie de documentos.