En el marco del 8M, ¿libertad de manifestación o conservación del patrimonio?

Para las especialistas, el rayar sobre los monumentos resignifica el objeto arquitectónico y lo transforma en un símbolo de denuncia.

Foto: Víctor Ramírez, La Voz de Michoacán.

Abril García / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. En preparación para la marcha del 8 de marzo en conmemoración del Día Internacional de la Mujer, autoridades han colocado protecciones para recubrir el Palacio de Gobierno y evitar que las pintas realizadas dañen el inmueble.

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Ante esto, las organizaciones feministas del estado no han descartado la posibilidad de que vaya a haber pintas durante la marcha y han destacado el respeto a la libertad de las mujeres para manifestarse como lo deseen. “Hacemos un llamado a la no criminalización, es nuestro derecho poder expresarnos, manifestarnos de la forma que nos sintamos seguras”, expresaron las integrantes del colectivo Asamblea de Mujeres Michoacán (AMM).

A pesar del razonamiento detrás de la protección del inmueble por ser patrimonio histórico, la manera de retirar las pintas realizadas durante otras manifestaciones revela un poco o un nulo interés por su conservación. Esto es debido a las técnicas abrasivas con las que retiran los grafitis y la pintura utilizando trapos con thinner, técnica que resulta abrasiva para retirar las capas pictóricas sobre la madera y la cantera.

“No se podía alegar que se trataba de preservar los monumentos. La gente que limpió fue personal de limpieza de la ciudad y no expertas o expertos que pudieran retirar de manera correcta la capa pictórica que se había puesto encima.”, explicó Sofía Riojas, integrante de la colectiva “Restauradoras con Glitter”, respecto a las pintas de la Columna de la Independencia en la Ciudad de México.

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Así mismo, las curadoras, restauradoras, historiadoras y arquitectas que integran la colectiva, se han manifestado en contra de la censura de las pintas feministas. Para las especialistas, el rayar sobre los monumentos no sólo resignifica el objeto arquitectónico y lo transforma en un símbolo de denuncia, sino que refrenda el derecho de las mujeres a ocupar los espacios públicos de la ciudad en donde habitan.

Para le hsitoriadore del arte especializade en pintas de movimientos de disidencias sexogenéricas, Alanys Contla, las intervenciones al espacio público realizadas durante movimientos sociales y paros estudiantiles tienen consecuencias simbólicas, institucionales y jurídicas.

“Las pintas tienen forma y funcionan políticamente, a través de la aplicación plástica la corporalidad que trazan revela su forma experiencial y genera una consecuencia simbólica, la legitimidad política y los procesos que proceden de su ejecución”, advirtió respecto a las pintas de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) gestadas en uno de los paros estudiantiles.