UMSNH crea biosensores que detectan si una persona ya fue portadora de COVID-19; ya están en análisis

Un equipo multidisciplinario de cuatro profesores y ocho estudiantes se aseguró de que los dispositivos funcionen; esperan que tanto el Laboratorio Estatal de Salud Pública como la Cofepris den el visto bueno.

Foto: Víctor Ramírez, La Voz de Michoacán.

Jorge Manzo / La Voz de Michoacán

El Laboratorio Estatal de Salud Pública (LESP) ya tiene bajo análisis un lote de 30 biosensores fabricados por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), mismos que ayudarán a identificar si una persona ya fue portadora de la COVID-19. La expectativa es que, de ser aprobado y validado también por la Cofepris, llegue al mercado farmacéutico y con precios que podrían rondar los 250 pesos, muy por debajo de las pruebas que en estos momentos se ofrecen.

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El equipo multidisciplinario integrado por cuatro profesores y ocho estudiantes se aseguró de que el biosensor funcionaria y estuviera garantizado. En el proceso de creación han sido muy rigurosos, y se espera que tanto en el LESP como la Cofepris den el visto bueno. Los investigadores Alejandro Patiño Bravo y Rosa Elvira Núñez Anita anticiparon que si supera todo el proceso será un éxito internacional, puesto que hasta ahora no hay metodología exacta, precisa o confiable la cantidad de anticuerpos que tiene.

“Pensamos en principio detectar IGM (anticuerpo se genera en un tiempo muy corto, aún no se sabe de cuánto es, pero que ayuda a identificar la presencia activa de la enfermedad) así como IGG (anticuerpo que ayuda a tener claridad cuando la enfermedad ya pasó”, describió la investigadora, tras explicar que cuando el organismo está expuesto a un virus, hay varios anticuerpos que se generan, por lo que se ha planeado la creación de dos biosensores, partiendo del segundo, y de éste dependerá el primero.

NO HAY IMPROVISACIÓN EN LA UMSNH

En la Casa de Hidalgo este proyecto lo están tomando muy en serio y no es producto de una ocurrencia. En la Facultad de Medicina Veterinaria se tienen avances significativos en la creación de biosensores y vacunas para otras enfermedades virales, pero en animales, es por ello que ya se tienen las plataformas avanzadas, y lo que ocurrió fue que se redirigieron las plataformas ya establecidas para generar los instrumentos propios, resaltó Bravo Patiño, quien agradeció el respaldo absoluto de la Rectoría.

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El doctor en biotecnología contó el periplo que ha significado este reto científico. Todo comenzó a partir de que el gobierno de China liberó la secuencia viral en abril, y aunque desde enero habían comenzado a trabajar, para ese entonces reforzaron las labores. De inmediato se dedicaron a localizar las proteínas que pudieran servir para el diseño de los instrumentos y se establecieron los instrumentos. “A partir de ahí comenzó el trabajo en serio, duro, lo que ha significado un esfuerzo muy grande”.

En las tareas, los jóvenes de posgrado han puesto empeño total, a pesar de que no son sus proyectos principales, pero han hecho suya esta encomienda. Lo importante para el equipo es detectar los anticuerpos, pues el virus infecta a todos los órganos y aunque los afecta de manera diferente, hay personas que quedan con secuelas, pero sobretodo, ayudará a detectar casos asintomáticos. La creencia es que jóvenes si bien no desarrollan síntomas graves, sí son portadores y se constituyen en agentes dispersores.

Foto: Víctor Ramírez, La Voz de Michoacán.

PRODUCIRÁN A GRAN ESCALA PRUEBAS

  A futuro, si supera todas las pruebas, se prevé que recurran a la iniciativa privada y se apalabren con laboratorios para que se encarguen de la producción de los biosensores.  A decir del investigador, son pequeñas láminas que tienen serigrafiados electros de oro, plata y platino, sobre los cuales se van instando las capas biológicas, y que permiten identificar los anticuerpos o el propio virus. Por lo pronto, se estima que el producto sea mucho más económico de lo que actualmente se ofrece en el mercado.

“Los costos de producción serán menores. Lo principal por ahora es asegurar la fuente de producción de moléculas biológicas para armar los sensores. Se trata del elemento más caro que se tiene. Esperemos que en la producción masiva de estos insumos sea mucho más barato de lo que se tienen actualmente en el mercado, pero podemos anticipar que podría ser un costo de 250 pesos en adelante, y todo dependerá de todos los elementos que se puedan conseguir”, afirmó Bravo Patiño.

Rosa Elvira Núñez Anita consideró que este desarrollo de biosensores puede ser un parteaguas para una nueva línea en la generación del conocimiento. “Estamos pensando que sería una plataforma no sólo para COVID-19”. Si bien no contó con financiamiento del Conacyt en la convocatoria que lanzó, se contó con el respaldo financiero de la Casa de Hidalgo. “Nuestros resultados en el Conacyt fueron muy buenos y resaltó su importancia, pero no salimos favorecidos”.

Ahora, buscan superar todas las fases para que sea autorizada su producción y llegue al mercado, pero más que verlo como un producto, se tiene la idea de acercar con costos más económicos a los habitantes. En este trabajo están los más expertos en la materia, desde estudiantes hasta profesores. Como dato adicional, el biosensor que está a prueba tendrá la capacidad de detectar hasta 3 meses después de la infección, y aunque va decayendo después, aún tiene tiempo para poderlo identificar.

“El proyecto surgió a raíz de que se comenzó en el mundo a dar la contingencia sanitaria producto de la enfermedad surgida en China a finales del 2019. En enero platicamos con el rector y nos dio visto bueno”

Alejandro Bravo Patiño, INVESTIGADOR

“Los resultados ayudarán a tomar decisiones y son importantes a nivel epidemiológico. Actualmente en el sector salud están almacenando plasma de pacientes recuperados y esto ayudará a identificarlos”

Rosa Elvira Núñez Anita, INVESTIGADORA

“Con el esfuerzo de la comunidad universitaria se han puesto en marcha iniciativas que ayudarán a enfrentar la contingencia sanitaria por COVID-19. Se tienen proyectos como la vacuna y biosensores”

Raúl Cárdenas Navarro, RECTOR DE LA UMSNH