Futuro de Dilma Rousseff, en manos del Senado

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Brasil.- La atmósfera en el Senado de Brasil está apagada mientras los legisladores debaten si llevan a juicio a la presidenta Dilma Rousseff.

La mayoría de los asientos en la Cámara Alta están vacíos, y los pocos senadores que ven a sus colegas pasar al frente están entretenidos con sus teléfonos o platicando entre ellos.

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Es un vívido contraste con el ánimo casi circense de la votación del mes pasado en la Cámara Baja, cuando los diputados aplaudieron ruidosamente e incluso algunos aventaron confeti en señal de victoria.

El Senado brasileño se acercaba el miércoles a una votación histórica sobre el juicio político a la presidenta Dilma Rousseff, lo que pondría fin a 13 años de gobierno de izquierdas en medio de una serie de crisis que aquejan al gigante latinoamericano.

Si una mayoría simple de los 81 senadores vota a favor, Rousseff será suspendida y el vicepresidente Michel Temer ocupará su cargo hasta por seis meses mientras se decide si la presidenta será removida permanentemente.

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El presidente del Senado, Renan Calheiros, dijo que desea que se vote el miércoles por la noche, y el juicio político parecía inevitable.

Si bien el juicio político deriva de denuncias de violación de leyes fiscales por la presidenta, el proceso se ha convertido en una suerte de referendo sobre Rousseff y su manejo del país en los últimos seis años.

Los partidarios del juicio político culpan a Rousseff y su Partido de los Trabajadores por la parálisis de la economía y sostienen que el vicepresidente Michel Temer, cuyo partido ha renunciado a la coalición gobernante, representa la única esperanza de reavivarla.

"Para mejorar la vida de la nación necesitamos quitarlos (al partido de Rousseff) en este momento", dijo el senador Magno Malta a un grupo de periodistas reunidos fuera del Senado. "Comenzaremos a respirar de nuevo y el médico dirá que la nación está dando señales de vida y que estará estable pronto".

El proceso para hacerle el juicio político empezó hace poco más de un año como una iniciativa a la que se asignaban escasas probabilidades, pero fue tomando impulso al punto de volverse irrefrenable.

"Ha llegado el gran día (para) arrancar a la nación de las garras del Partido de los Trabajadores", dijo el senador Ataides Oliveiram el quinto de los 63 senadores en la lista de oradores del miércoles.

Basta una mayoría simple de 41 votos para suspender a Rousseff, y los grandes diarios han contado al menos 50 votos a favor del juicio.

Algunos senadores partidarios del juicio dicen que tendrán al menos 60 votos, lo cual sería la señal de que son escasas las probabilidades de queRousseff gane el juicio y reanude su mandato.

En el juicio, previsto para los próximos meses, al menos 54 senadores deben votar a favor de despojarla de su mandato.

Según las encuestas, la mayoría de los brasileños apoyan juzgar a Rousseff, pero tienen poca confianza en los que están en la línea de sucesión presidencial.

Temer ha sido implicado en el caso Petrobras, lo mismo que el actual segundo en la línea de sucesión Calheiros. El ex presidente de la cámara baja, Eduardo Cunha, que era segundo en la línea de sucesión, fue suspendido este mes debido a denuncias de obstrucción de justicia y corrupción.

Rousseff niega toda irregularidad e insiste en que, a diferencia de muchos de los partidarios del juicio político, no hay en su contra denuncias de corrupción personal.

Insiste en que el juicio político equivale a un "golpe" destinado a desmantelar los programas sociales que han sacado a unos 35 millones de brasileños de la pobreza abyecta en los últimos años.

Temer, del Partido Movimiento Democrático Brasileño, niega que su intención sea desmantelar los programas sociales. Insiste que quiere ampliarlos, aunque también señala que se debe aplicar la austeridad fiscal para sacar a Brasil del pozo.

Rousseff, una ex miembro de un grupo guerrillero marxista que fue encarcelada y torturada bajo la dictadura militar de 1964-1981, fue la sucesora escogida de su predecesor Luiz Inácio Lula da Silva, su mentor y un presidente de extraordinaria popularidad.

Después de ganar la presidencia en 2010, se mantuvo en la cresta de la ola mientras prosperaba la economía, pero sus índices de aprobación cayeron junto con ésta. En 2014 ganó la reelección con el 51% de los votos.

Para colmo de males, a medida que caían los precios de las materias primas que son la savia vital de la economía brasileña, los investigadores descubrieron el plan multimillonario de sobornos en Petrobras.

Aunque los implicados pertenecen a todo el espectro político, muchos son altos funcionarios del partido de Rousseff, lo cual ha redundado en su contra.

La investigación en Petrobras ha derivado en decenas de procesos judiciales en la élite empresarial y política del país, incluyendo el presidente de Odebrecht, una importante constructora.

En medio de todo está la incapacidad de Rousseff de trabajar con otros. Es conocida por su franqueza y carece del carisma que los analistas consideran necesario para construir consenso y lograr acuerdos. Ella ha insinuado que el sexismo en un Congreso dominado por hombres también cumple un papel en el proceso.

La sesión del Senado tiene lugar después que la cámara baja votó el mes pasado 367-137 en favor del juicio político, un veredicto contra Roussefftan resonante que muchos brasileños creen que influirá sobre el Senado, donde tradicionalmente parece haber tenido más aliados.

Si el Senado vota a favor del juicio político, Calheiros dijo que Rousseff será notificada el jueves y Temer asumirá funciones en ese momento.

Temer ha constituido ya buena parte de su gabinete y se ha ganado elogios del mercado por su elección de un ex banquero ortodoxo para el puesto clave de ministro de Economía.

Este es el segundo impeachment que se realiza en Brasil en 25 años. En 1992, hubo un proceso contra Fernando Collor de Mello, el primer mandatario elegido democráticamente después de más de dos décadas de régimen militar. Collor de Mello terminó renunciando antes de que concluyera su juicio político en el Senado. Rousseff ha dicho varias veces que no renunciará.