Arriban jornaleros a trabajar en los campos

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

0vyfd9ogYurécuaro, Mich.- Poco a poco han ido arribando los jornaleros que trabajarán durante el último tercio del año en los campos agrícolas de la región de Yurécuaro, donde se prevé una excelente cosecha gracias al buen temporal.

Como cada año, llegan a trabajar a Yurécuaro más de 15 mil jornaleros que provienen de diferentes estados de la república, cosechando jitomate, chile, cebolla y otro tipo de hortalizas.

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A decir de César Murillo Delgado, director de Desarrollo Social en el gobierno municipal de Yurécuaro, a traves de los albergues se les brinda a las familias de los jornaleros alimentación y un techo dormir, pero se trata de apoyos que no son suficientes para la cantidad de personas que arriban.

Aulas para los niños

Además, el Gobierno del estado, en coordinación con la Secretaría de Desarrollo Social está impartiendo educación gratuita a los niños jornaleros, por lo que en cada uno de estos albergues se cuenta con docentes capacitados en las lenguas purépecha, náhuatl, mazahua y otomí.

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Los jornaleros provienen de los estados Guerrero, Michoacán y Puebla, principalmente. Son familias completas que se van desde temprano a trabajar en la pizca de chile y jitomate, ganando 130 pesos diarios por jornada. En los campos tambien se nota la presencia de niños menores de 10 años haciendo faenas propias de adultos.

Los surcos y canales de riego se convierten en improvisadas cunas para que los bebés menores de dos años duerman mientras sus padres trabajan. Algunos niños un poco más grandes ayudan a ratos a la recolección y en otros instantes se encargan de cuidar a los más pequeños. Los que ya tienen cuatro o cinco años ya se encuentran listos para la faena.

Llegan centroamericanos

Hay gente que viene de otros municipios del estado y uno que otro guatemalteco, pero en el campo todos cobran lo mismo. No importa si son hombres, mujeres, ancianos o niños, la paga es similar.

“Ganan igual. También les pagamos 150 pesos, pero tienen que cubrir las ocho horas. Comienzan desde las siete de la mañana y terminan ya como a las cuatro. Aquí en el campo, toman un descanso para comerse un taco”, dice Juan Ignacio Murillo, el capataz.

Los centroamericanos tienen otro objetivo. Ellos van en busca del sueño americano, mientras que los jornaleros michoacanos se mueven hacia donde haya trabajo y esta zona se ha convertido en los últimos años en una de las pocas opciones que quedan.

“Esos (los centroamericanos) a veces no duran, llegan aquí en el tren en la temporada de cosecha y luego siguen su camino hacia el norte”, añade uno de los hombres del albergue, quien solicita que no se revele su identidad “pa´ no tener problemas con el patrón y con los del Seguro”.