Nos queremos vivas, libres y sin miedo

“Este libro es para celebrar su paso por la tierra y para decirle que, claro que sí, lo vamos a tirar. Al patriarcado lo vamos a tirar”, escribe Cristina en el libro homenaje a su hermana Liliana.

Foto: Twitter

HISTORIAS PARA MAMÁ

Por Yazmin Espinoza / La Voz de Michoacán

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  • Cristina Rivera Garza

La cita con la que abro esta columna es de Cristina Rivera Garza en “El invencible verano de Liliana”, libro que es un homenaje a su hermana, víctima de feminicidio.

Estamos a punto de conmemorar el Día Internacional de la Mujer, una fecha en la que se busca hacer conciencia sobre la importancia de empoderar a las mujeres en todos los entornos, proteger sus derechos y garantizar que éstas puedan alcanzar todo su potencial; de igual forma sirve para visibilizar la desigualdad y discriminación que aún viven las mujeres en todo el mundo, así como hacer efectivos sus derechos, incluyendo la necesidad de eliminar la brecha salarial, a fin de que las mujeres reciban la misma remuneración por realizar el mismo trabajo que los hombres, incrementar la presencia de las mujeres en puestos de liderazgo y eliminar la doble jornada de trabajo.

Este día también, ha sido tomado por las mujeres para salir a las calles y hacerse escuchar, para protestar por todas las injusticias que como género se sufren y, claro, manifestarse en contra de los feminicidios que cada día cobran la vida de más mujeres.

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Y es por esto que, en esta ocasión, quise hablar con ustedes de “El invencible verano de Liliana”, libro que me parece muestra a un país en el que aún queda mucha justicia por la cual luchar.

El libro comienza con cómo Cristina decide recuperar el expediente del caso de su hermana que murió en manos de su expareja. Liliana era una muchacha de 20 años, estudiante de arquitectura y tenía años tratando de terminar su relación con un novio de la preparatoria que insistía en no dejarla ir.

“La decisión de él fue que ella no tendría una vida sin él. Hace apenas un año decidí abrir las cajas donde depositamos las pertenencias de mi hermana. Su voz atravesó el tiempo y, como la de tantas mujeres desaparecidas y ultrajadas en México, demandó justicia”, dice la autora.

Rabia, tristeza, coraje, dolor, miedo, ternura…fueron muchos los sentimientos que me atraversaron mientras avanzaba en las páginas del libro e iba conociendo un poco más a la increíble mujer que fue Liliana.

Escritos de su puño y letra se van intercalando en la historia con relatos de sus amigos y reflexiones de Cristina sobre un sistema mexicano que culpa a la víctima desde que el cuerpo aún está fresco. Habla también sobre cómo cada persona afronta de una manera diferente el duelo y de la poco mencionada culpa del sobreviviente.

Cabe destacar que fue el 16 de julio de 1990 cuando Liliana Rivera Garza fue víctima de feminicidio, es decir, han pasado casi 32 años desde el hecho que, lamentablemente, se sigue repitiendo y continúa destruyendo familias completas. Cuando le pasó a Liliana, aún ni siquiera existía el asesinato tipificado como feminicidio, esos famosamente llamados “crímenes pasionales” poco llegaban a importar. ¿Ha cambiado algo en estas tres décadas además del nombre del delito?

Algo importante de este caso es que Ángel González Ramos no ha pagado por el asesinato que cometió. Y si, el libro menciona su nombre completo, y comparte una imagen perfecta del asesino que se dio a la fuga y que, hasta la fecha, continúa en las sombras.

Probablemente no es casualidad que este libro se haya publicado en la primavera del 2021, cinco años después de la primera marcha feminista del 24 de abril, que reunió en las calles a miles de mujeres en dieciséis distintas ciudades mexicanas.

“Este libro es para celebrar su paso por la tierra y para decirle que, claro que sí, lo vamos a tirar. Al patriarcado lo vamos a tirar”, escribe Cristina en el libro homenaje a su hermana Liliana.

Además de la historia de su hermana, a través del libro Rivera Garza remite a la lectora a “Sin marcas visibles” de Rachel Louise Snyder, texto en el cual la periodista ordena una serie de alertas que pueden identificarse en una “Prueba de Diagnóstico de Peligro”. Como en la abrumadora mayoría de feminicidios, en el caso de Liliana a la manipulación emocional, a la invasión simbólica de sus espacios, a los celos y el acoso, se sumó la decisión definitiva de dejar a Ángel, lo que probablemente fue el detonante que hizo que él decidiera acabar con la vida de la joven.

Así, “El invencible verano de Liliana” es un libro hermoso, duro, honesto y brutal. ¿Ya lo leíste? ¿Qué te hizo sentir?