Campos de golf, clubes con albercas y fraccionamientos de lujo consumen mayor parte del agua en Morelia

Mientras las colonias y empresas del área urbana consumen la mayor parte del agua en la ciudad, las zonas rurales deben vivir de tandeos.

Foto: Pixabay.

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Desigualdad social se refleja en la distribución del agua en la ciudad de Morelia. Aunado a la falta del vital líquido para el sustento de casi un millón de habitantes, colonias, fraccionamientos y empresas se llevan la mayor parte del agua mientras que casi un 70 por ciento de la población de la zona urbana debe sobrevivir con tandeos. 

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En el marco de la conmemoración del Día Internacional del Agua, la doctora Patricia Dávila, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) campus Morelia y activista ambientalista, advirtió el panorama que se vive a nivel local en cuanto a la distribución del agua de uso cotidiano. 

Fraccionamientos de lujo, campos de golf, clubs con albercas y todo tipo de actividades que solo son costeables para las clases medias-altas de la ciudad, absorben la mayor cantidad en los recursos acuíferos de la ciudad mientras que casi 700 colonias solo de la zona urbana padecen los efectos de las sequías. 


Estimaciones revelan que solo un campo de golf consume hasta 300 mil metros cúbicos de agua por año. Con los cuatro campos de golf con los que cuenta Morelia en las zonas residenciales, habría un consumo superior a los 1.2 millones de metros cúbicos por año solo para la manutención de los espacios. 

Por otro lado y a pesar de que la pirámide de distribución del agua determina que el uso social debe ser el principal destino del recurso hídrico, la industria y la agricultura siguen desplazando a los michoacanos que a pesar de la contingencia sanitaria por el COVID 19 y la urgencia del lavado de manos, carecen del agua. 

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La especialista advirtió que Morelia vive una crisis hídrica importante derivada de la mala repartición del agua, el abatimiento de los pozos de agua, el deterioro de la cuenca del Río Chiquito y de las afectaciones al manantial de la Mintzita. El coctel anterior en conjunto, ha derivado en incertidumbre,  sobre como operarán la necesidad de la ciudad en próximos años. 

Es una contradicción en donde el agua es limitada para las colonias mientras que tenemos derrama y desperdicio en los campos de golf. En una ciudad con problemas de abasto, en todo Morelia con desabasto y vemos que las zonas de campos de golf, oficinas con altos consumos de agua y hay una desigualdad. La otra es que la empresa papelera desde hace 40 años se ha robado el agua del manantial de al Mintzita que era exclusivo de la sociedad y la empresa poco a poco consiguió derecho”, explicó.

Patricia Dávila, investigadora de la UNAM

En promedio, hasta un 50 por ciento de las colonias de Morelia reciben un servicio tandeado que cada vez es más pausado entre cada abasto de líquido. El OOAPAS ha advertido que hasta un 70 por ciento de los pozos profundos que se abastecen de los mantos freáticos ya se encuentran abatidos, por lo que el suministro de agua comienza a ser cada vez más escaso. 

Aunados a lo anterior, hasta 400 colonias de la ciudad consideradas de alta marginación no cuentan siquiera con líneas hidráulicas para el abastecimiento del líquido, por lo que la única opción para las viviendas es el servicio por medio de pipas que terminan por incrementar el costo del servicio de agua tanto para la ciudadanía como para las instituciones. 

Al interior del estado, la distribución del agua también se ha señalado como un problema que afecta a los estratos más bajos mientras que los “poderosos” productores agrícolas e industriales acaparan los recursos hídricos de la entidad. 

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La distribución del uso de agua es la que ha generado serias afectaciones en lo que respecta al uso del recurso y su destino final en tanto en los ríos, lagos y litorales con los que cuenta el estado. A decir del Investigador y Profesor, Arturo Chacón, del Instituto de Investigaciones de los Recursos Naturales (INIRENA) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), es la agricultura y otros usos relacionados los que generan mayor daño al agua del estado.

Se trata de una agricultura que ha calificado como “rustica”, en la que se emplean grandes cantidades de agua de manera poco productiva. El 70 por ciento del agua potable que se usa en nuestro estado se destina a uso agrícola, aun cuando este sector podría emplear aguas tratadas de las plantas de tratamiento luego de su uso urbano y social.


Durante los últimos años, el cambio ilegal de uso de suelo se ha sumado a las tendencias degradadoras del medio ambiente. La capacidad de producción de agua del estado se ha degradado y ha dejado ejemplos como el manantial de la Mintzita, en donde se han perdido hasta el 50 por ciento de la capacidad generadora de agua, en Uruapan, la capacidad hídrica también se ha disminuido de manera importante por efecto de la deforestación.