El uso y el desuso de los puentes peatonales en Morelia: esto opinan conductores y peatones

Los puentes resultan ineficientes, obsoletos e inseguros, acorde con los argumentos dados por la población para evitar su uso.

Foto: Samuel Herrera Jr., La Voz de Michoacán.

Abril García / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Ser considerados como recorridos extensos, espacios inseguros y estructuras obsoletas son algunas de las razones por las que las personas muestran resistencia a utilizar los puentes peatonales en la ciudad de Morelia. A través de una encuesta realizada por este medio, se recopilaron las opiniones, los disgustos y las propuestas que la población tiene respecto a este controversial tema.

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Mediante la recopilación de datos en redes sociales, el 68% de los usuarios expresó sí utilizar los puentes para cruzar vialidades. Entre sus razones para hacerlo destacan la educación, la seguridad y el ejercicio. En contraste, apenas el 32% reveló no hacer uso de ellos por motivos que van desde la sensación de vértigo que las alturas les producen, hasta discapacidades motrices que les impiden atravesarlos.

Entre otras de las razones que los usuarios han ofrecido para evitar el uso de los puentes o para utilizarlos con precaución, se encuentra la exposición a asaltos, esto debido a que son espacios con poca iluminación, concurrencia y vigilancia que se presta para estos actos ilícitos y violentos. Así mismo, se mencionan los daños a la salud que les ocasionan a algunos peatones, como puede ser el desgaste en las articulaciones.

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Por otra parte, los usuarios que si utilizan los puentes peatonales han denunciado las condiciones en las que estos se encuentran, con instalaciones sucias, escalones gastados y recorridos extensos. En este mismo sentido, han manifestado su molestia con los motociclistas que los utilizan para atravesar. Así mismo, para las personas que cargan carriolas, mandado o mascotas resulta cansado utilizarlos. En síntesis, estas construcciones exigen al peatón voluntad, esfuerzo, salud y tiempo.

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Sin embargo, es sabido que la pereza también es un factor clave para no usar esta herramienta vial. Un gran porcentaje de atropellamientos se da en lugares con puentes peatonales a unos metros.

Conductores señalan ser testigos de jóvenes y adultos que corren para atravesar las vialdiades y ganarles a los vehículos, una práctica riesgosa que se prefiere en lugar de subir el puente.

El desuso de los puentes antipeatonales

La construcción de vialidades rápidas como libramientos, avenidas y carreteras tienen como propósito aliviar el problema que la congestión vehicular representa para el ambiente, la salud y la sociedad. Sin embargo, estas infraestructuras, enfocadas en el automóvil, en ocasiones dejan desatendidas las necesidades de movilidad de los habitantes, particularmente de los peatones.

La solución para facilitar los traslados de los peatones es la construcción de puentes peatonales, los cuales resultan ineficientes, obsoletos e inseguros acorde con los argumentos dados por la población para evitar su uso.

El diseño de las vías y la prioridad que se otorga al automóvil son los principales factores que influyen en la frecuencia y gravedad de las colisiones entre vehículos de automotor y los accidentes de atropello a peatones y ciclistas, acorde con la investigación de Sergio Andrade y Miguel Mancera.

Así mismo, ambos especialistas destacan que la construcción de estas vialidades induce a las velocidades excesivas de los vehículos. Este aspecto es crucial, pues la velocidad es la que determina las posibilidades de supervivencia del transeúnte en un percance vial. “Un peatón atropellado por un vehículo que transita a 60 km/h tiene tan sólo 10% de posibilidades de sobrevivir, mientras que a 30 km/h cuenta con 90 %”, expresan.

Foto: La Voz de Michoacán.

Los autores exploran las causas del desuso de estos puentes, algunas de las cuales tienen que ver con la movilidad restringida que personas con discapacidades, vejez, enfermedades y embarazos. Por esta razón, constituyen una infraestructura vial antidemocrática, que segrega y discrimina.

Los investigadores han señalado que la continua inversión en infraestructura destinada al tránsito vehicular, priorizando a automovilistas sobre peatones, promueve vicios de intolerancia y fomenta la brecha entre ambos grupos.