En el Sábado Santo, segundo día del Triduo Pascual, ¿por qué no hay celebraciones oficiales y todo es silencio?

Las campanas siguen mudas, las imágenes religiosas cubiertas, solo se mantiene la cruz entronizada el Viernes Santo en los templos, hasta la noche que se celebra la Vigilia Pascual.

Redacción / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. En el segundo día del Triduo Pascual las campanas continúan calladas, no hay propiamente un culto litúrgico oficial; es un día de meditación y silencio tras la muerte de Jesús el Viernes Santo.

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Así es la mayor parte del Sábado Santo, donde solo se recomienda el rezo de Laudes (oraciones matutinas) y algún otro en tono mariano, para que los católicos acompañen a María que vela junto al sepulcro de su hijo.

No hay misa y la comunión se administra solo como viático; tampoco es permitido celebrarse matrimonios u otros sacramentos, a excepción de la confesión y la unción de los enfermos.

De acuerdo con lo dispuesto por la Iglesia católica, en este día se medita que Cristo está en el sepulcro, que ha bajado al lugar de los muertos, pero con la esperanza de la resurrección, como lo prometió.

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En los templos las imágenes religiosas continúan cubiertas con el velo morado, excepto las del Señor en el sepulcro y la Virgen en su advocación de Dolores y de la Soledad, expuestas para su veneración, y se mantiene la cruz entronizada un día antes.

¿Y EN LA NOCHE?

La noche del Sábado Santo se fusiona, litúrgicamente hablando, con el domingo de resurrección mediante la solemne Vigilia Pascual, expone el portal católico Aleteia.

Esta celebración significa el triunfo de Dios y de la vida sobre el pecado y la muerte. Al inicio, el sacerdote que la preside, apaga todas las luces de la iglesia y se enciende el cirio pascual para dar paso al fuego nuevo.

En el cirio se marca el año y las letras griegas “Alfa” y “Omega, en señal de que Jesús es el principio y fin de los tiempos y que este año le pertenece.

Se bendice el fuego y en procesión se van encendiendo las velas y las luces del recinto religioso, y se canta el Pregón Pascual, un poema muy antiguo, escrito alrededor del año 300, que proclama a Jesús como fuego nuevo.

La Vigilia Pascual continúa con la Liturgia de la Palabra, donde se leen 7 lecturas de la biblia, empezando con el pasaje de la Creación hasta llegar a la Resurrección; una de las más importantes es la del libro del Éxodo, en la que se relata cómo Dios salvó a los israelitas de los soldados egipcios que los perseguían en el Mar Rojo, y ahora en la celebración de la noche del Sábado Santo se conmemora que Dios, por Jesús, ha salvado a la humanidad.

En la celebración también suele haber bautizos, y aunque no los haya, de todas maneras se bendice la pila bautismal, se renuevan las promesas bautismales y se recita la Letanía de los Santos.

Finalmente, continúa la celebración eucarística en un ambiente festivo y de alabanza, con cantos de aleluya, celebrando que se cumplieron las promesas de Dios.

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