Charly García, lirismo surrealista

El “Adiós Sui Generis” de 1975, tres discos con dos conciertos memorables en el Luna Park de Buenos Aires, sellan la transformación saturnina de toda una época en la voz de Charly, que comandaba ese “ejército loco” que de alguna manera incluía al rock argentino.

Gustavo Ogarrio

En 1969, Charly García y Nito Mestre van a formar Sui Generis. Comienza el “lirismo surrealista” del cantautor argentino, como le llamaría Pedro Lemebel. A este lirismo de Sui Generis, cuya máquina suave producía canciones en las que la letra ya dejaba sentir una poética propia, le corresponde un ciclo tan concentrado que en tres años generan tres discos en los que se despliega ese cambio de sensibilidad de todo el rock argentino: “Vida” (1972), “Confesiones invierno” (1973) y “Pequeñas anécdotas sobre instituciones” (1974).

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El “Adiós Sui Generis” de 1975, tres discos con dos conciertos memorables en el Luna Park de Buenos Aires, sellan la transformación saturnina de toda una época en la voz de Charly, que comandaba ese “ejército loco” que de alguna manera incluía al rock argentino.

Integrado por Charly García, David Lebón, Pedro Aznar, y Oscar Moro, Serú Girán graba en 1978 su primer disco. En 1979, Serú Girán lanza “La grasa de las capitales”, que incluye temas como “Perro andaluz” y el “bang, bang, bang” de “Viernes 3 AM”; un suicidio colectivo y simbólico que se despliega en cambios de “tiempo y de amor”, “de música y de Dios”, “de sexo y de ideas”, “de color y de fronteras”; en medio de la madrugada se van “los que no pueden más”.

Sobre este disco, Rubén Ortega ha dicho: “Para este segundo disco crearon la obra más contestataria y revolucionaria de 1979 en la Argentina. Con una portada que hacía burla a la revista Gente y citando las frases en su contra que recopilaron, Serú Girán presentó “La grasa de las capitales”.

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La portada, sobre todo polémica, mostraba de manera ingeniosa a Pedro Aznar vestido de oficinista, a David Lebón vestido de jugador de Rugby y a Oscar Moro como carnicero. Finalmente podíamos ver a Charly vestido como trabajador de una petrolera, haciendo una queja a estas empresas que <se quedan con todo el dinero>”.